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La vida irreal de Salvador Leal

Archive for junio, 2004

La frase del mes

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Con respecto al juicio de desafuero en contra de Andrés Manuel López Obrador:

«El resultado del escándalo es difícil de predecir, pero fijará en qué grado puede cambiar México de ser un País regido por líderes fuertes a un País gobernado por la Ley»

Standard & Poor’s
Calificadora de Valores

Written by Salvador Leal

junio 18th, 2004 at 1:42 pm

Fever!

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*NOTA* Debido a la cantidad de links contenidos en este post, se recomienda ser leído a la hora de la comida, comiendo frente al monitor y leyendo.

Todos los días llego y lo primero que hago al llegar a mi oficina es prender la computadora y revisar mis correos electrónicos. Si por mí fuera, revisaría primero los de mi cuenta en gmail o hotmail o los otros dos o tres mails personales con los que cuento. Pero no; chamba es chamba y a los ñoños nos han acostumbrado a ser responsables, bien portaditos y peinaditos. Así que, ya con el winamp a todo lo que da, el primer buzón que checo es el de la oficina (por alguna razón que aún no comprendo, la asistente de mi jefe adora mandar correos a las 3 de la mañana).

Veo si hay algo que resolver inmediatamente (generalmente sí) y como el letrero que puse arriba de mi puerta dice ‘A esta oficina entran problemas y necesariamente deben salir soluciones’, pues dedico los primeros minutos de mi día a dar respuesta y cauce a los problemas que se le hayan ocurrido a la asistente de mi jefe en algún lugar perdido entre las 2 y las 5 de la madrugada.
Después de que los primeros objetivos están cumplidos, bajo 3 pisos (para una definición más exacta de cómo es mi oficina, vayan a este post) y voy con Lola por un cafecito. El mío no sabe a hígado encebollado (cfr. Semidios) pues Lola es de una maquinita de Nescafé que tuvieron a bien ponernos atrás de la sala de juntas.

Si en alguna ocasión me ofrecen una oferta jugosa de trabajo, esa oferta tendrá que incluir el detalle que tengo en esta oficina: el café es absolutamente gratis. ¿Hoy quiero despertar más deprisa y necesito un expresso? Aprieto el no. 10 y presto! ¿Que tengo ganas de consentirme un poquito? Dándole click al no. 7 tengo un calientito cappuccino vainilla. ¿Cuánto costó el café? A mí, lo único que me cuesta es la taza en la que me sirvo (no me gusta tomar café en vasitos de cartón) Y como la taza es una taza que ya lleva tiempo conmigo (una blanca de Seinfeld), pues básicamente el café es gratis. Todo él. Una lluvia de café para bañarme diariamente. Un monzón de cafeína que empapa mi oficina y… bueno, creo que ya vieron mi punto.

Ya con mi tacita de café, ahora sí, entro a la *blogósfera*. No sé si ustedes que leen esto son como yo, pero a mí me encanta enterarme de las cosas nuevas que publican los ‘chicos del blog’. Y empiezo con el mismo orden de los links que están a la derecha de esta pantalla. Así que el primero es el Joe. Joe publica casi cada mes y, cuando se descuida, hasta dos veces por mes. Pero lo que escribe suele ser bastante bueno y de lo bueno, poco; su blog es limpio y elegante, reflejo de su actividad de diseñador minimalista y escultor en sus tiempos libres. Después viene el Cheki, que ahorita está obsesionado con los Pumas. Luego el blog del banano. ¿Alguna vez le han echado un ojo? No quiero sonar a Chilango Mamón™ pero nunca pensé que existiera tanta creatividad en nuestra provincia mexicana. Creo que los capitalinos estamos tan cerrados en nuestro propio mundo y nuestros propios problemas, que de repente se nos olvida que no se necesita ir a la Condesa y vivir en Coyoacán para ser creativo, inteligente y certero.

Posteriormente viene mi gurú. Hasta miedo me da de promocionarlo demasiado pues sé que perdería lectores en no time. Pero qué se le va a hacer.
Mauricio sigue a continuación y también es un goce leerlo. El post que mejor recuerdo es en donde hablaba de su taza para el café… búsquenlo.

Ursus solía publicar más, pero ahora se encuentra en un impasse; sin embargo sus fotos suelen ser excelentes. Canibalitum es el primero de mis gustos culpables de blog. Hay ocasiones en las que me hace sonrojar y otras en las que me saca una franca carcajada. Hay otras en las que simplemente no le entiendo nada. Pero de ahí me volé la foto que adorna SalvadorLeal.com y por ello le doy las gracias. Monn salió a la luz por su foto de entrada y aunque hace tiempo que no postea nada, sigue listada. Maga es la siguiente y es un blog con el que muchas veces no estoy de acuerdo pero que siempre publica esas opiniones de una manera bastante inteligente. Igual si nos conociéramos en persona nos golpearíamos (je!) pero es un blog que merece ser leído.

Woms es un vecino de la del Valle. Aún se me hace extraño que un Papá™ (en el caso específico de Armando) o una Mamá™ (en el caso de muchas blogeras más) escriba un blog. No es mala onda, simplemente no me imagino a ninguno de mis papás metiéndose a escribir acerca de las idioteces de su hijito Salvador. ¿O sí? (pausa mientras voy al google a hacer una búsqueda rápida)
Marco Zink es de los que escriben de vez en nunca, pero ahorita tiene una muy buena cita de Freud en su blog. La Nana X es en extremo subersiva. Sus relatos suben el color y el calor a cualquiera y no son aptos para menores de edad; pero es un blog muy bien escrito y forma parte de mis placeres culpables.

El blog de Cool Desechable es visualmente muy atractivo y aunque de repente también postea cosas con las que no estoy de acuerdo (i.e. ondas globalifóbicas) debo decir que sus imágenes son tremendamente creativas. Es un fanático de la Mac y se nota que es diseñador o algo por el estilo. La Lluvia Azul es de las más recientes víctimas de la adicción al blog; lleva poco tiempo pero cuando habló acerca del lugar donde se encuentra su casa lo tengo como mis favoritos. Además, a ella le debemos el título de este post. A Butterposa la tienes que leer. Algunas veces está de buenas y otras como que medio se deprime, pero siempre tiene algo bueno que decir.

La más reciente adquisición de links listados en mi blog es este cuate que se distingue por tener el épico nombre de Ruy Díaz y por ser el único de los blogs que no está en el Blogger (sacrilegio!!) sino en LiveJournal. Me gusta tanto el blog de este cuate que estoy a nada de hacerme una playera que diga ‘Soy fan de Semidios’ por el frente y ‘… y de Ruy Feben también’ en la parte de atrás. Y para terminar, mi último gusto culpable, el buen Brayan, que se fue a tomar un receso y ya está de vuelta. Antes solía escribir anglicismos entre párrafo y párrafo, ahora hay que rascarle para encontrar palabras en español, pero sigue siendo igual de pegador.

Después de revisar toooooodos esos blogs, se supone que me pongo a trabajar. Y sí lo hago, pero con una sonrisa en la boca y con la certeza de que allá afuera existe gente valiosísima, con mucha creatividad e inteligencia, que siente, llora, sufre, ríe y se burla de su vida. Y que siento más cercanos gracias al blog. Este post está dedicado a todos ellos, que hacen de mis mañanas algo bastante más entretenido y que, sin querer y sin saberlo, se han vuelto buenos cuates.

En fin… me voy a trabajar que si no me van a correr!

Written by Salvador Leal

junio 17th, 2004 at 10:30 am

Moviendo el tapete

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En México, si algo o alguien te mueve el tapete, significa que ese algo o alguien ha provocado un pequeño (o leve o de dimensiones catastróficas, de acuerdo con el evento) movimiento en tu vida. Las consecuencias pueden ir desde boda y bautizo (esta sociedad de hoy en día está a nada de ofrecer paquetes de iglesia y hospital al 2×1) hasta la simple determinación de dejar de fumar (o de comer, o de creer en alguna religión).
Releo mi definición de mover el tapete y está bastante más apocaliptica de lo que me está sucediendo hoy en día. Pero, bueh, una movida de tapete es una movida de tapete. Me explico:

De mi bola de amigos (una bola no muy amplia pero bastante valiosa y diversa), nadie se ha casado. A todos nos han dicho que en cuanto comience el primero, los demás caeremos como moscas… no sé si esa sea la razón y seamos muy solidarios con la comunidad, el caso es que hasta el día de hoy, todos mis amigos (hombres, obvio) siguen solteritos.

Hoy ha caído el primero.

Pero no, lo que me mueve el tapete no es que se vaya a casar y marque para todos el inicio de una nueva fase en nuestras vidas bla, bla, bla, yakuzá, yakuzá. No. No es por eso. Resulta que el primer cuate que se va a casar… es gay! Así como lo oyen, mi cuate va a *formalizar* la relación con su novio y se irán a vivir juntos cual marido y marido. Chisus!!
Como ya lo había dicho en un post anterior, no tengo ningún problema con la homosexualidad y tal, pero sí me saca un poco de onda que el primero de mis cuates que se case resulte ser tan poco… mmmm… ortodoxo, digamos.

Por otro lado, llevo varias semanas que voy al Spinning los lunes, pero el resto de la semana a mi cerebro se le ocurren diversas razones para no ir (‘está lloviendo’, ‘ayer me desvelé’, ‘tengo que llegar temprano a la oficina’, ‘me duele el taint’, ‘tengo un desayuno’). Hoy recibí un correo electrónico por parte del Spinning donde dice que el 30 de junio es el último día que estarán abiertos. Me pregunto si continuarían de haberles pagado más clases… y ahora ¿qué pasará con la instructora fan de Chayanne? ¿qué sucederá con las gordas con las que tomaba clases? ¿qué deporte tendré que hacer?… ¿y en dónde?

Salvador está sobre un tapete que se mueve.

P.D. Si mi cuate (él sabe quién) está leyendo esto, desde aquí te mando un abrazote de felicitaciones y estaremos en primera fila para… ¿agarrar el ramo?, ¿bailar A la vibora de la Mar?… en fín, ahí estaremos. Felicidades!

Written by Salvador Leal

junio 16th, 2004 at 11:50 am

PolancOlímpico

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La oficina donde tienen el dudoso honor de tenerme trabajando, se encuentra enclavado en el corazón de la zona de Polansky (Polanco en los mapas turísticos). Para mayores referencias a quienes no viven en la ciudad de México, si vieron ‘Sexo, Pudor y Lágrimas’, Polanco es el lugar en donde se encuentran los edificios de las distintas historias que salen en la película.
Si ustedes han ojeado una de las revistas de turismo o de esas que van en los aviones, les dirán que Polansky, y en especial Presidente Masaryk, es el equivalente al Rodeo Drive mexicano o a nuestra Fifth Avenue región 4; esto es, la zona de compras más cara y *exclusiva* de la ciudad se encuentra justo en la esquina de mi oficina. ¿Necesitan un traje de último momento? Pues cruzan la calle, entran a Ermenegildo Zegna y escogen el de su predilección. ¿Que se les olvidó comprar el regalo de ese significant other? Pues van a Tiffany’s rapidito y salen del apuro.
La fauna de Polanco también es bastante característica. Es una zona cuasi-invadida por la comunidad judía, los yuppies y las Mamás de las Lomas™. Uno sale a la hora de la comida y hasta los empleados de bajo nivel (i.e. yours truly) parece que van rumbo a LA comida de negocios. El 70% del tiempo hablan por el celular y todo el tiempo pareciera que están cerrando el negocio que les permitirá comprarse un yate un poco más grande.

Vaya, con decirles que esta zona se encuentra dentro del recorrido turístico del Turibus! (no crean, eso de ser considerado *destino turístico* saca de onda bastante, sobretodo si no está uno en su mejor día, abre las cortinas y se encuentra con una horda de japoneses sacándote fotos)

Pero… ¿por qué les cuento esto?
Pues porque parte de los beneficios de estar en la zona de Polansky es que los eventos importantes de la ciudad vienen a tí. Ahí tienen el caso de la antorcha olímpica. Uno sale a comer y mientras se decide entre el pato o el salmón, la comitiva que le está dando la vuelta al mundo con la antorcha pasa frente a tí. Nada mal, nada mal. Fotos, en la galería de SalvadorLeal.com

Written by Salvador Leal

junio 15th, 2004 at 4:19 pm

Mi hermana y Chayanne

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¿No les ha pasado que de repente escuchan un comentario (o un chiste o un witty remark) y se dicen a ustedes mismos ‘Ojalá se me hubiera ocurrido a mí’? Esto no tiene que ver con ideas geniales ni con proyectos que les hubiera gustado pensar primero (‘ojalá se me hubiera ocurrido a mí eso de Windows’, ‘ojalá hubiera patentado el # del teléfono’) sino con las respuestas que otra persona dio en determinada situación y que son tan buenas, que quisieran haberla dicho ustedes. Eso me pasó el día de ayer.

Yo tengo una pequeña hermana cuya mayor cruz es tener un hermano diez años mayor que ella. Yo lo pienso y creo que me hubiera gustado tener un hermano mayor, pero ella está convencida de que es una experiencia similar a tener un tumor inextirpable en algún lugar de tu cuerpo particularmente incómodo. Pero bueno, este post no trata de las disfuncionalidades de mi familia.
Mi hermana tiene un teléfono celular. Esto no es raro; ella, yo y 30 millones de usuarios más también tenemos un teléfono celular.
El asunto divertido (muy al estilo Seinfeld), es que su número telefónico es casi IDENTICO (sin la clave de marcación celular, obvio) al de una estación de radio de la Ciudad de México que transmite música pop: Stereo 97.7

Como muchas otras estaciones, Stereo 97.7 tiene muchas promociones en donde regalan distintos artículos: discos, ropa, vales, pases y boletos para conciertos. Actualmente, la estación está regalando boletos para el *nuevo* concierto de Chayanne.
Desde el jueves, mi hermana está recibiendo un promedio de 12 llamadas diarias a su celular de personas que buscan con desesperación una oportunidad para ganarse boletos para ir a ver a Chayanne

Si mi teléfono celular fuera el del problema, el viernes mismo hubiera ido a cancelar mi número y problema arreglado. Mi hermana no. La solución de mi hermana fue menos efectiva pero muchísimo más divertida.

MAÑANA. INT. SÁBADO. CASA DE LA FAMILIA LEAL.
(La familia desayuda tranquilamente alrededor de una mesa circular. El padre de familia le pide a su hija que le pase la fruta cuando, de repente, suena el celular de la pequeña de la casa. Ella lo contesta)

Hermana Menor: ¿Bueno?
(pausa)
(La Hermana Menor le indica por medio de señas a su Hermano Mayor que es alguien que llama por boletos de Chayanne)
Hermana Menor: (con voz de locutora de estación de radio grupera) Muuuuuuuuuuy bieeeeeeeeeenn!!! Ahora únicamente necesito que me des la clave correcta y habrás ganado…
(pausa dramática)
Hermana Menor: (con más euforia que la primera vez) FEEEEELICIDAAAAAAAAADES. Te has ganado No uno, sino DOS, DOS BOLETOS PARA EL GRAAAAAAAN CONCIERTO DE…. CHAYAAAAAAANNE!!!
(se escucha un grito emocionado en el celular)
Hermana Menor: Sí, sí… no me cuelgues que voy a tomar tus datos.
(la voz del celular está tremendamente emocionada y agradece a gritos a la ‘locutora’)
Mi hermana agarra el celular y le cuelga. Toma la fruta y se la pasa a mi papá. El Hermano Mayor se queda boquiabierto.

¡¡Ojalá se me hubiera ocurrido a mí!!

Written by Salvador Leal

junio 14th, 2004 at 12:11 pm

Las Cinco del Viernes

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Periódicamente solemos contestar las preguntas publicadas en el blog ‘Las cinco del viernes’ y hoy es uno de esos días en los que la creatividad y la soltura literaria son tantos… que preferimos no hacerles caso y seguir las reglas que nos marca esta serie de preguntas que, semana a semana, se publican con la intención de «irnos conociendo mejor»(sic). Dicho esto, ahí van:

1)¿Cuáles son tus placeres culpables?
Uuuuuuuuuffff. Muchísimos. Y de todo tipo.
Musicales (Juan Gabriel y Joselito, por ejemplo), Cinematográficas (las películas de Freddie Prinze Jr.), Literarias (el Club Social del Reforma), Gastronómicas (los burritos de frijoles con queso de Lonchibon), etc.

Releo el párrafo y me doy cuenta de la cantidad de nacadas de las que soy capaz. Lo siento. No me avergüenzo de ellas pues también sé que tengo otro tipo de placeres no culpables, ya sean musicales (que van desde Keane hasta Maria Callas), cinematográficas (The Godfather y Motorama), literarias (Douglas Coupland y James Joyce) o gastronómicas (desde los langostinos au beurre hasta las fresas a la pimienta)

2)¿Cual ha sido la cosa de que más te has sentido avergonzado?
Nomás entre ustedes y yo: tengo una pésima memoria, pero mala, muy mala. Existen personas que suelen recordar nombres pero no caras, o que recuerdan caras pero los nombres se les olvidan. Yo no puedo recordar ni las caras ni los nombres de las personas que conozco de manera ‘reciente’. Me averguenzo muchísimo de: 1) que alguien me salude y yo no tenga ni la más remota idea de a quién estoy saludando ó 2) que vea a alguien, que ese alguien me vea y que yo no pueda recordar quién diablos es o de dónde lo conozco para acercarme y saludarlo. Es muy vergonzoso y es socialmente muy reprobable. Mea culpa.

3)¿Qué cosas tiendes a hacer «a escondidas»?
Comer y vomitar. Jejejeje, pequeña broma bulímica.
Mmmmmmmm. Me gusta mucho ver a las personas sin saber que las estoy viendo. Supongo que tengo un voyeurismo reprimido en alguna parte de mi cerebro.

4)¿De qué te sientes orgulloso?
De muchísimas cosas. Decirlas me haría ver demasiado insoportable. Pero tengo muchísimas más cosas de las cuales sentirme orgulloso, satisfecho y agradecido que de las que me siento avergonzado o arrepentido.

5)¿Qué cosa nunca «te va a gustar»?
Nunca nunca nunca nunca podré soportar los bailes de animales. Me explico. Todos hemos ido a una boda/quince años/graduación y hemos bailado música pop, guapachosa, etc. Aborrezco hasta con el último gramo de mi cuerpo las canciones que utilizan a los animales para hacer los bailes, es decir: el baile del perrito, el baile del mono, el venado, etc, etc, etc. No soy defensor de los derechos de los animales (quizás hasta todo lo contrario, je!) pero se me hace la cosa más naca/humillante/estúpida que se puede bailar. Lo siento. Pero lo ooooodio!

Written by Salvador Leal

junio 11th, 2004 at 12:52 pm

A las pruebas me remito

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En esta futbolera semana he recibido en el tag, en el correo electrónico (exlocutor@gmail.com) y en el messenger (exlocutor@hotmail.com) diversas dudas acerca de mi lealtad a los Pumas de la UNAM.
Ahora resulta que si uno no va por la vida con el cachete pintado con un Puma y gritando ‘Goya!’ a la primera provocación, es un wey que nunca ha pisado Ciudad Universitaria. Pues bien, para acabar con esas dudas, a las pruebas me remito.

Vayan directamente a la galería de SalvadorLeal.com para mayores informes. No es precisamente mi mejor fotografía (parezco un bebé orangután) pero demuestra claramente de qué lado ruge el puma.

*Cable de Última Hora* Los boletos vía Ticketmaster para el partido del domingo se han agotado. En estos momentos tengo dos dudas: a) no sé si prestarme al juego de la reventa y b) estoy acostumbrado a pensar en los *revendedores* como señores prietos panzones que no suben las manos más allá del nivel de su cinturón, así que no me los imagino frente a una computadora haciendo básicamente lo mismo; la reventa cibernética, ¿cuenta como reventa?.

Written by Salvador Leal

junio 10th, 2004 at 10:58 am

Futbol II

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El domingo, si consigo boletos para el partido de los Pumas, estaremos gritando y celebrando ese campeonato tan largamente esperado

Es una lástima que yo y prácticamente la mitad de la ciudad de México, hayamos pensado lo mismo. ¿¿Vieron las imágenes para conseguir boletos?? Era como si hubieran avisado que iban a repartir los excedentes petroleros a cada uno de los mexicanos que se formara!

Y de repente, el tema de ‘La Final’ está no sólo en los noticieros deportivos sino en las primeras planas de los periódicos y con López-Dóriga. No faltan los culturosos que comienzan a hablar de una sociedad enajenada por el futbol o a los eventos deportivos como el verdadero opio de la sociedad. Yo mismo (no sé por qué) recibo un correo electrónico de alguien que está «decepcionado, nunca pensé que fueras del montón que cae en las garras del futbol y grita como subnormal en los estadios o frente a la tele».

Chas! Para dar una respuesta *inteligente* a todo este fenómeno y para demostrar que tener preferencias por un equipo (no se diga los Pumas) no es ser subnormal, cedo la palabra al buen Carl Sagan y una selección de su Billions and Billions:

«Tenemos que considerar, pues, que durante millones de años nuestros antepasados varones fueron nómadas que (…) formaban una sola línea de cazadores que gritando y corriendo trataban de espantar una manada de jabalíes. Sus vidas dependían de la destreza cinegética y del trabajo en equipo. Gran parte de su cultura estaba tejida en el telar de la caza. Los buenos cazadores eran también buenos guerreros. Luego, tras un largo periodo -tal ves unos cuantos miles de siglos-, muchos varores iban a nacer con una predisposición natural para la caza y el trabajo en equipo. ¿Por qué? Porque los cazadores incompetentes o faltos de entusiasmo dejaban menos descendencia.
(…)
«Tales inclinaciones tienen que seguir presentes en nosotros después de 10,000 generaciones en las que matar animales fue nuestro valladar contra la inanición. Y ansiamos ejercerlas, aunque sea a través de otros. Los deportes de equipo proporcionan una vía.
«Una parte de nuestro ser anhela unirse a una minúscula banda de hermanos en un empeño osado e intrépido. Podemos advertirlo incluso en los videojuegos y juegos de rol tan populares entre los varones preadolescentes y adolescentes. Todas las virtudes masculinas tradicionales -laconismo, maña, sencillez, precisión, estabilidad, profundo conocimiento de los animales, trabajo en equipo, amor por la vida al aire libre-era conductas adaptativas en nuestra época de cazadores-recolectores. Todavía admiramos estos rasgos, aunque casi hemos olvidado por qué.
(…)
«Una competencia deportiva es un conflicto simbólico apenas enmascarado. Hablamos de ganar y perder una guera con la misma naturalidad con la que se habla de ganar y perder un partido. (…) La mayor parte de los principales deportes se hallan asociados con una nación o con una ciudad y son símbolo de patriotismo y de orgullo cívico. Nuestro equipo nos representa -en tanto pueblo- frente a otros individuos de algún lugar diferente, habitado por seres extraños y, quizás, hostiles.»

Sagan, Carl, Miles de Millones, Ed. Zeta, Barcelona, 1998.

Así que, la próxima vez que su mamá/novia/esposa/pareja se queje de su afición a ver los partidos de fut por la tele, cómprenle el libro de Sagan y díganle: ‘Primero leelo y luego hablamos». Si no la convencen, por lo menos les dará tiempo suficiente para terminar de ver el partido!

Written by Salvador Leal

junio 9th, 2004 at 10:28 am

Andrés Manuel Potter Obrador

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Con el riesgo de pasar por un ñoño de primer nivel, vuelvo a traer a cuento a Harry Potter a este blog. Ayer me acordé de este fragmento que aparece en el primer libro de la serie:

– ¿Señor? -dijo Harry-. Estuve pensando… Señor, aunque la Piedra ya no esté, Vol… quiero decir Quién-Usted-Sabe…
– Llámalo Voldemort, Harry. Utiliza siempre el nombre correcto de las cosas. El miedo a un nombre aumenta el miedo a la cosa que se nombra.

Rowling, J.K., Harry Potter y la Piedra Filosofal, Ed. Emecé, Barcelona, 2000.

Es curioso cómo Andrés Manuel López Obrador, nuestro sui generis Jefe de Gobierno, se refiere a Carlos Salinas de Gortari como ‘El Innombrable’.
¿Mucho miedo? ¿Quiere borrar à la Stalin a una persona de la historia? ¿Quiere aplicarle el mismo castigo que se le aplicó al asesino de John Lennon para que la gente no recuerde nunca su nombre? ¿No es medio ridícula su forma de actuar? ¿No le da más publicidad a Salinas? No cabe duda… such is life at Hope City

Nota: El caso del asesino John Lennon es cuasi-único en el mundo. Para evitar darle publicidad a la persona que asesinó al líder de los Beatles, los fans alrededor del mundo evitaron decir su nombre en un acuerdo que, de haber sido organizado, no habría sido tan efectivo. A la fecha, el nombre del asesino del líder de los Beatles no está en el top of mind de las personas promedio.

Da click aquí para saber el nombre de la persona que mató a John Lennon.

Mark D. Chapman

Written by Salvador Leal

junio 8th, 2004 at 3:54 pm

Futbol

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Los deportes, ya lo he dicho en esta página, no son mi delirio. Vaya, ni siquiera son mi hobbie. Apenas estoy aprendiendo a vivir con el deporte en mi vida y lo considero en mi lista de males necesarios junto con Carlos Salinas, Carmen Salinas y La Oreja. Así de mal me caen los deportes.

Pero el caso del futbol se cocina aparte. No me gusta ni jugarlo, ni le entiendo del todo (el fuera de lugar es uno de los grandes misterios de mi vida), ni los jugadores me caen bien. Pero me encanta todo lo que hay alrededor del fut: la tele, los amigos, las chelas, la botana, la polémica, la competencia y el desmadre.
Para mí, el futbol es el pretexto perfecto para ver a los amigos que hace tiempo que no veo o para estar con los cuates con los que religiosamente nos reunimos para ver ciertos eventos deportivos. Ya sea algún buen partido del Mundial o un simple América-Chivas es motivo de cuidadosa organización donde hay un variado menú que va desde la carne tártara hasta mis internacionalmente conocidas aceitunas empanizadas rellenas de queso roquefort. Todo en aras del entretenimiento.

Futbolísticamente hablando, únicamente he tenido dos grandes momentos de emoción. Momentos en donde realmente me he metido en el partido y podría haber saltado a la cancha de haber tenido la oportunidad; el resto del tiempo suelo estar bastante tranquilito.

Uno de esos momentos lo viví en la primavera de 1997.
En la gloriosa institución donde tuve a bien estudiar la preparatoria (el CUM), nos dividían en áreas académicas el último año. Estaba el Área I (físico-matemáticas), Área II (químico-biológicas), Área III (económico-administrativas) y Área IV (que básicamente era a donde se iban los que no querían estudiar nada). Háganse de cuenta las distintas casas de la escuela de Harry Potter.
Y al igual que sucede en el universo creado por J.K. Rowling, desde inicios del año, se fomentaba una competencia constante de los unos contra los otros. Los que generalmente tenían el monopolio de los éxitos (por razones de cantidad y calidad en sus alumnos) era el área I. Era el Gryffindor de la Colonia Del Valle. Por el otro lado estaban los que le seguían en número y en calidad pero que tenían cierto aire de maldad y corrupción… el área III. Si bien en el CUM se juntaban personas clasemedieras (nivel B+ y C), los realmente *fresas* (nivel A) que vestían ropa de marca, salían todos los fines de semana y tenían casa en Cuerna o Valle eran los de área III. A los demás nos venía dando igual todo eso, ya sea por razones de convicción o por razones económicas. Y sí, siguiendo el ejemplo potteresco, los de área III eran el equivalente a Slytherin.

El último año de la preparatoria llegaba a su recta final con el inicio de las Interáreas. Durante un par de meses, se jugaban distintos partidos de varias disciplinas deportivas entre las áreas del CUM y era el evento deportivo del año escolar. Previo a eso ya se había elegido el uniforme, el nombre y el logotipo que identificaría ese año a cada uno de los equipos. En 1997, nosotros éramos los Bulldozers. Los de Área III tenían el mamilísima nombre de los Stockers.

Las Interáreas de ese año han sido de las más competidas que se tenga memoria. Los de área I ya habíamos tenido la primera gran sorpresa del año cuando los Castores de área II, un puñado de locos que apenas tenían tiempo para sacar las materias con mayor carga académica de la escuela, lograron ser los ganadores en futbol americano. Con esas expectativas llegamos a los partidos de futbol. Los ñoños y demás personas que no jugábamos debido a que en nuestra vida habíamos tocado dos veces una pelota de fut, nos juntábamos en las tribunas para apoyar de la manera más salvaje y guarra posible a nuestros compañeros. Junto a nosotros se sentaban las mamás y novias de los jugadores y era de los pocos momentos en los que los losers que estaban echando porras podían echarle los perros a alguna de las invitadas al partido (recuerden que mi prepa era de puros hombres).

Todo este choro ha sido para describirles uno de los momentos más llenos de futbol que ha tenido mi vida. Imaginen la final. Área I contra Área III. Segundo tiempo. 5 minutos para que termine el partido. Marcador: Uno-Uno. Y los de Área III pueden meter gol en cualquier minutos pues están super motivados. Las gradas no pueden estar más encendidas. Literalmente. Área I ha sacado antorchas a las que el Prefecto está corriendo con desesperación para apagar. De repente, el gol.

Ninguno de los que estuvimos en ese partido podremos olvidar jamás a Lennarth, capitán del equipo de área I, corriendo por el lado izquierdo de la cancha después de haber recibido un pase de ‘el Moga’ Soreque (otra cosa que se me olvidaba: en mi escuela todos nos llamábamos por los apellidos… o por los apodos). Burla uno, burla a otro. Lennarth está frente al excelente portero del equipo contrario. Y tira.

El golpe de adrenalina es único. Hemos ganado.

¿Y por qué traigo a cuento este recuerdo? Porque el otro momento de gran emoción futbolera fue en 1991 cuando el gran ‘Tuca’ Ferreti metía un gol que hacía ganar la final a los Pumas de la UNAM contra las Águilas del América. Para mí, el Tuca y Lennarth están en el mismo pedestal deportivo. Sé que es una exageración, pero son las dos únicas personas que han logrado que grite ‘gol’ con la intensidad y la emoción de un comercial de Coca-Cola.

Ahora que mis Pumas están de regreso en una final, les mando desde este blog la mayor de las buenas vibras. El domingo, si consigo boletos, estaremos gritando y celebrando ese campeonato tan largamente esperado.

Written by Salvador Leal

junio 7th, 2004 at 11:11 am