Archive for julio, 2004
Recuerdo que hace muuuucho tiempo, cuando yo comenzaba a utilizar el correo electrónico (en el ITAM, en unas máquinas de monitor monocromático que utilizábamos para checar nuestro correo Telnet), las primeras ‘cadenas’ que recibí eran bastante buenas. Sobretodo porque tenían cosas como la que hoy decidí publicar: un chismógrafo. ¿Qué es eso? Pues es el nombre *comercial* de una lista con una serie de preguntas que van desde lo superficial hasta lo profundo, pensadas para que conozcas un poco más a las personas de una comunidad que aceptan entre sí el responder a los cuestionamientos de la lista.
Este me lo pasó Mr. Feben el día de ayer y, en teoría, todos los que leen este blog deberían contestarlo de la misma forma. No esperaría ‘organizar’ una ‘contestación masiva’ del chismógrafo entre toda la comunidad bloggera (que leen y/o escriben)… pero estaría
cool conocernos todavía más, ¿no?
1. ¿Cuál es tu nombre/apodo?: Salvador Leal; tengo pocos apodos, en la primaria/secundaria/prepa, siempre fui «Leal», aunque algunas personas utilizan el mexicanísimo ‘Chava’ también.
2. ¿Qué color de ropa interior traes puesto?: Naranja con dibujitos de dinosaurios (insertar una cara sonrojada)
3. ¿Qué escuchas ahora mismo?: Grandaddy – AM180
4. ¿Qué fue lo último que comiste?: Sushi
5. Si fueras una crayola, ¿qué color serías?: Amarillo
6. ¿Dónde planeas ir en tu luna de miel?: El dónde no es importante, lo importante es con quién.
7. ¿Cómo esta el clima ahora mismo?: Lluvioso nubladón
8. ¿Qué es lo primero que le notas al sexo opuesto?: Y no sólo en el sexo opuesto: los ojos. Es curioso, pero para mí nadie ‘existe’ si no he visto sus ojos. Y no necesariamente los de la cara.
9. ¿Te cae bien la persona que te envío esto?: Mucho…
10. ¿Cómo te sientes hoy?: Como un millón de dólares
11. ¿Cuál es tu bebida favorita?: el Zubrowka
13. ¿Cuál es tu trago favorito?: el Zubrowka, ¿no oiste?
14. ¿Cuál es el próximo CD que te vas a comprar?: REM Greatest Hits (no lo tengo!!!)
15. ¿Color de pelo?: Negro
16. ¿Color de ojos: Cafesones
17. Usas lentes de contacto?: Sip
18. ¿Te gusta alguien?: Sip
19. ¿Mes favorito?: Marzo
20. ¿Comida favorita?: Mexicana o Italiana… y si la hace mi mamá mejor (sí… tengo mamitis y qué!)
21. ¿Última pelicula que viste?: La lengua de las mariposas… pero en la tele!
22. ¿Día favorito del año?: Marzo 19
23. ¿Eres demasiado tímido/tímida para invitar a alguien a salir?: CA-ÑON
24. ¿Te gustan las películas felices o de terror mejor?: Me encantan las películas felices
26. ¿Besos o abrazos?: Depende de quién los da, ¿no?
28. ¿Chocolate o vainilla?: Vainilla todo el tiempo, toda la vida
29. ¿Quieres que tus amistades te respondan?: Pues estaría chido que aunque sea
copypastearan el cuestionario y me lo mandaran sus respuestas por
mail
30. ¿Quién es el/la más probable que responda?: NPI (y no, no son las iniciales de algún amigo)
31. ¿Quién es el/la más probable que NO responda?: Feben, porque él me la mandó
33. ¿Qué libros estas leyendo?: Puf!! varios, ‘The Moral Animal’ de Robert Wright, ‘Las Aventuras de un Violonchelo’ de Carlos Prieto, ‘Maus I’ de Art Spiegelman, ‘Breakthrough Thinking’ del Harvard Business Review y ‘La Realidad de los Medios de Masas’ de Niklas Luhmann. Y si te lo estabas preguntando, sí, me gusta leer muchos libros a la vez. Y sí, de repente confundo conceptos de un libro con otro.
34. ¿Qué está en tu mousepad?: Mi maus
35. ¿Juego de mesa preferido?: Monopoly y Scrabble
36. ¿Revistas favoritas?: GQ todo el tiempo, toda la vida
38. ¿Olor que odias?: La cebolla cruda, la gasolina, los perros muertos, el pollo crudo…
39. ¿Sonido favorito?: El sonido que hacen los hielos en un vaso de cristal lleno de CocaCola
40. ¿Peor sentimiento en el mundo?: Lo que sientes cuando te enteras que alguien muere
41. ¿Lo primero que piensas al despertar?: «Here we go again…»
42. ¿Color favorito?: Azul
43. ¿Cuántos timbrazos antes de contestar el teléfono?: Nunca más de 3
44. Cuando tengas hijos:
a) ¿qué sexo prefieres?: Hombrecitos
b) ¿qué nombre le pondrás?: Salvador y José María
c) ¿cuántos quieres?: 2 ó 5
45. ¿Cosa favorita de la vida?: Que la puedes vivir
46. ¿Te gusta manejar rápido?: Mucho
47. ¿Duermes con peluche?: ¿es albur?
48. ¿Qué hay debajo de tu cama?: Polvo…muuuuucho polvo
49. Una cosa buena sobre la persona que te envió: Que es un excelente escritor
50. ¿Qué hay en el estéreo de tu carro ahora mismo?: Un compilado mío que tiene el mega creativo título de ‘Beat Alto’
52. ¿Alguna vez has tomado tanto que hasta perdiste la conciencia?: Sip… y no sé si avergonzarme o enorgullecerme
53. Has faltado a clases solo porque estaba lloviendo?: NUNCA!
54. ¿Verano o Invierno?: Si tuviera que escoger uno (pues los dos me encantan), quizás me iría por invierno. Sobretodo por la carga emocional. Pero el verano rockea!
55. ¿Has guardado secretos?: Todo el tiempo, toda la vida. Prácticamente es mi segunda profesión.
56. ¿Tuviste un amigo imaginario cuando eras pequeño?: Claro!! Todavía platico con él
57. Jabón: Zest
58. ¿Día o noche?: Tardecita
59. Personaje de caricatura favorito: Peter Pan todo el tiempo toda la vida
60. Helado favorito: Pralines n’ Cream de Baskin and Robbins y el Escocés de Santa Clara
61. ¿Cuál es tu canción favorita?: Tengo ‘n’ canciones favoritas: Jane Says de Jane’s Addiction, Sing de Blur, Champage Supernova de Oasis…
62. Deporte favorito: El futbol, por todo lo que está a su alrededor: botana, tele, amigos, chelas…
63. Un cachito de una canción: «and I’m freeeeeeeee, free faaaaaaaaallingggg»
64. Tienes mascota: No… siempre he querido tener una Iguana (insertar aquí una frustración)
65. ¿Te llevas bien con tus papás?: Sip
66. Actor o actriz favorita: Puf! muchos: Jack Nicholson, Al Pacino, Resee Whiterspoon, Julia Roberts
67. ¿Tatuajes?: Nunca en la vida, le tengo terror a las agujas; en caso de que me obligaran, me tatuaría puntitos que formaran alguna constelación chida.
68. ¿Condimento favorito en una ensalada?: Aderezo de queso roquefort
69. ¿Alguna vez nadaste desnudo/a?: Nunca jamás; la desnudez es un concepto con el que todavía no puedo lidiar.
70. ¿Te burlas de la gente?: Guardar secretos es mi segunda profesión, burlame de la gente es la primera.
71. ¿A qué le temes?: A la muerte. Y no a la mía.
72. ¿Una almohada o dos?: Dos todo el tiempo, toda la vida
73. ¿El vaso mitad lleno o mitad vacío?: Soy optimista y creo que está medio lleno; pero soy realista y SÉ que está medio vacío
74. Película favorita: uuuuuuy ‘ene’: Peter Pan, Pulp Fiction, Fight Club, Star Wars, Indiana Jones, Gattaca, 28 Days After, the Green Mile, y un laaaaargo etc.
75. Cantantes o grupos favoritos: No tengo a nadie que considere mi favorito.. quizás Portishead… sí… ese está cool
76. Coche ideal: Un BMW roadster Z3…. o cualquier roadster
77. Zapatillas preferidas: Zapatillas? uuh??
78. Perfume preferido: Hugo Boss todo el tiempo toda la vida
79. Perfume favorito en un chavo: Contestar a esta pregunta sería entrar en una parte muy oscura de mi vida
80. ¿Hora a la que te duermes?: 1a.m., por lo general
81. Algo que le quieras decir a las personas que leen esto: Quiero tomarme unas chelas con ustedes. Neto
82. Coleccionas algo: Recuerdos… y estoy empezando una colección de botellas (cascos) de refrescos.
83. Programa de televisión favorito: Muchos. Dawson’s Creek, Jimmy Neutrón, Murphy Brown, the West Wing, the O.C.
84. ¿Te irías a vivir a otro país?: A vivir…. ¿mucho tiempo? No
85. Candidato/a preferido/a para el 2006: Eso se los respondo en privado
86. Equipo de futbol: Los Pumas de la UNAM!
92. Persona que admiras: A mis papás.
———EN ESTOS MOMENTOS———–
– Qué ropa traes puesta: Pantalón de pijama de cuadritos y una playera viejita de WFM
– Estás tomando algo: Canada Dry
– En que piensas: En que ya me cansé de contestar…
– Que escuchas: Blue States – Season Song
– Estas hablando con alguien: Nadie me habla en el Messenger!
—————-EN LAS ULTIMAS 24 HRS——————
– Has llorado: Obvio no
– Limpiaste tu cuarto: … Desgraciadamente si… pero nomás porque estoy remodelando mi cuarto
– Lavaste ropa: Jamás!
– Manejaste: Leve
——-CREES EN——————
– Ti mismo: Siempre. Todo el tiempo, toda la vida
– En tus amigos: Claro. En quién más, si no?
– Santa Claus: Nunca creí en Santa. Me cae bien el viejo… pero nomás no
– En el destino: A pesar de todo… o más bien, debido a todo. Si.
– Fantasmas: Aún no decido al respecto.
Lo primero que hago al despertarme y lo último que hago antes de dormir es ver televisión. Mi condición de MediaJunkie™ me lo exige.
Ya eran las 2 de la mañana cuando, desesperado por no encontrar nada que ver (tengo Cablevisión básico y analizo seriamente el cambiarme de plan), llegué a un canal sin personalidad. Ya saben, de esos que se quedaron a finales de la década los ochenta y principios de los noventa, con comerciales chafísimas como de tele de provincia (este comentario no intenta lastimar a nadie de provincia, pero nomás comparen los promocionales de TVC con los de Sony o Warner). Este canal, prestado por MVS a Cablevisión, se llama MultiCinema. Cha-Fí-Si-Ma.
La imagen es medio granulada, mal transmitida y las cortinillas a cortes comerciales son la cosa más demodé del mundo. Pero ayer (hoy, pues) a las dos de la mañana, no había más que infomerciales en la mayoría de los canales o programas aburridísimos en el History Channel. Así que llegué hasta ese canal (el 49, justo antes del Disney Channel) y comencé a ver una película. La película se llama ‘La Lengua de las Mariposas’ de José Luis Cuerda.
La película es de esas películas que hacen los españoles para concursar en certámenes internacionales y ganar premios. Está bien escrita, bien dirigida, bien actuada, pero está destinada a ser pasada o en la Cineteca… o en el canal MultiCinema. Pero bueh, el asunto es que hubo una frase que se me quedó muy grabada y con la que me pude ir a dormir en paz:
«En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío»
Me hizo pensar muchas cosas, desde cuando aprendí a leer (me acuerdo perfecto de la sensación de triunfo que fue el poder leer mi primer libro yo solito) hasta ahora que me pongo a escribir con la esperanza de que, algún día, publicaré algo.
Hace algunos meses platicaba una persona ‘mayor’ de cómo a «estas nuevas generaciones» no les gustaba leer ni escribir y de cómo la televisión y los videojuegos habían venido a terminar con la poca cultura de la gente. El ambiente no estaba como para corregirlo, pero creo que a él le hubiera dado mucho gusto ver que el espíritu creador humano es mucho más fuerte que cualquier argumento en su contra, y que la literatura (escrita y leída por humanos), al igual que la vida, will find its way. No importa que sea en pluma y papel, en máquina de escribir o a través de blogs que son escritos y leídos a todas horas.
Hace mucho tiempo leí que cuando la gente escucha que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, no se pone a pensar que parte de esa imagen y semejanza que nos dio fue su propio espíritu creador, las ganas de hacer cosas nuevas y ponerlas a funcionar.
Cada vez que pintamos, cantamos, componemos canciones (no importa que sea rock, electrónico o cumbia), escribimos (cartas, blogs, poemas, novelas)… cada vez que creamos algo, estamos queriendo -y logrando- ser Dioses. Y me gusta.
Todo iba mal.
Originalmente, hoy no quería comer solo en la oficina. Así que a la hora de la comida, y aprovechando que el tráfico está un poco más soportable que de costumbre gracias a la época de vacaciones, decidí ir a mi casa. Sólo mandé un mensajito a mi mamá para que supiera que iba para allá. Diez segundos después, me llaman al celular para decirme que en la casa no hay nadie, que hay comida pero que yo tendría que calentarla.
Llamo por celular a tres amigos y los tres me dicen que o no pueden ir a comer conmigo o que tienen cosas que hacer. A estas alturas ya estaba tan enojado que ni siquiera me fijé en lo inverosímiles de sus excusas; yo me sentía la persona más desgraciada del mundo: sin amigos, sin comida, sin familia y sin nadie de compañía.
Regreso a la oficina sin saber qué comer, cuando un Costco se aparece en mi camino.
Decido comer los deliciosos (y carísimos)
wraps de pavo y queso suizo que venden en el interior de la tienda y, mientras voy rumbo a la zona de comida, encuentro que el DVD de The Firm está a $88.00. Por si no lo sabían, The Firm es una de mis películas favoritas (bueh, tengo como dos mil películas favoritas, pero
The Firm entra en la categoría de las que me gusta ver una y otra y otra y otra vez… y también entra en la categoría de las que el resto de las personas consideran como aburridísima [que es el mismo caso de El Informe Pelícano]).
Ahorita estoy en mi oficina. Y aunque nada salió como estaba planeado, estoy viendo mi peliculita en el DVD de la laptop, con mi wrap de pavo y queso suizo y un refresquito.
Desde aquí, un mensaje a todos los que no pudieron ir a comer conmigo (mi familia incluida!): __________________________________!! (inserte aquí la frase más insultante que conozcan)
A pesar de haber sido educado en una escuela de religiosos (o quizás, debido a eso), no suelo confiar en los curas. Si tengo un problema, si me carcome la conciencia y necesito confesárselo a alguien o si necesito consejo, no acudo con mi padrecito de cabecera (que, además, no tengo) o con mi consejero espiritual. Siempre que tengo alguno de esos problemas, generalmente se resuelve al calor de unas chelas o unos vodkas con algún cuate.
Pero si todo eso falla y necesito un verdadero gurú al que necesito contarle mis males o pedirle consejo… voy a la peluquería de Max & Beto.
Resulta que esta peluquería tiene su historia. El dueño es un mexico-italiano de nombre Max que tenía su local muy cerca de la que ahora es mi casa. De hecho, yo nunca habría conocido este lugar sino fuera porque en el ocaso del año de 1977 (comienza a sonar ‘Blowin’ in the Wind’ de Joan Baez) a un par de mocosos se les ocurrió casarse. Dentro de los preparativos, el novio fue a cortarse el pelo a alguna estética de renombre y lo dejaron como oveja trasquilada. Paniqueado porque la boda sería en dos días, preguntó por alguna buena peluquería donde le pudieran arreglar el horrible corte que le habían hecho a precio de oro. Una amiga le recomendó un pequeño local ubicado cerca de la Colonia Narvarte. El resto es parte de una historia con final feliz: el novio queda con un corte magnífico y se casa con la novia y son felices para siempre.
Bueno, no para siempre, pues dos años después tienen a un pequeñuelo que vendría a modificar de muchas formas su vida y sus niveles de presión arterial.
Así es, adivinaron. La joven pareja son mis papás y el pequeño retoño soy yo.
Desde entonces, mi papá no acude con otro peluquero que no sea Max y a mí, que desde mi primer corte de pelo me llevaron a esa peluquería, me lo corta su ayudante de nombre Beto.
De esta forma, nunca he conocido otro peluquero ni otra peluquería. Sólo hubo un pequeño paréntesis en donde Beto huyó por razones desconocidas para regresar tres meses después al sentir el karma de todos aquellos cuya vida se encontraba absolutamente desequilibrada por la falta de su peluquero de cabecera.
En mi caso, ir a la peluquería es todo un evento. !Imagínense cuando llego al lugar en donde llevan cortándome el pelo veinticinco años! Desde luego me echaron muchas porras cuando entré a trabajar al radio y también cuando decidí salirme, ahí estuvieron cuando tuve mi etapa de rebeldía (todos los ñoños tenemos una etapa de no-ñoño) y decidí dejarme el pelo largo y también cuando tuve mi primer trabajo serio y tenía que tener un corte impecable.
Durante el corte se hablan de muchas cosas, de política, cultura, sexo, religión… Generalmente el que comienza es Max (que ya está bastante viejito) y el que le da cuerda es Beto. Son como pareja cómica; imagínense a Beto y Enrique o a Don Teofilito y Andobas en donde Max dice algo y Beto nomás contesta ‘maestro, ya está usted muy viejito… mejor fíjese dónde corta porque el señor ya está quedando de casquete corto’ (si no tienen ni idea de quiénes son Don Teofilito y Andobas, vayan
aquí) .
Uno no puede llegar con mucha prisa pues, como bien sabemos los usuarios de una peluquería, el corte de pelo tiene sus tiempos y sus formas. Al tomarnos con calma y reservar cierto tiempo para ir a la cortarnos el pelo, ese momento se presta para platicar de muchas cosas y pensar otras tantas. Así que si yo tengo un problema y lo comienzo a platicar, Beto no es el único que ayuda con la solución, ya que la participación de Max también es vital. Son algo así como un Sigmund Freud dividido en dos y con batita corta de color gris. Algunas veces, hasta el resto de los clientes intervienen y se arman buenos debates.
Generalmente salgo con una perspectiva mucho más clara que con la que entré a la peluquería y sintiendo que, en cuanto salgo de la puerta, Max le dice a alguno de los que están bajo la tijera ‘¿Ve usté a ese chamaco? Pues él se corta el pelo con nosotros desde que nació!’.
La peluquería se cambió de lugar y ahora está bastante más lejos de lo que estaba originalmente. Sin embargo, no me atrevo a ir con otra persona que me corte el pelo y me dé alivio espiritual por el mismo precio. Porque además, el precio es ridículo (por lo menos para un corte de pelo en la Ciudad de México). En aquellos meses en los que Beto huyó para encontrarse con él mismo, tuve que hacer uso de los servicios de una estética de más o menos buen ver. Salí de ahí pagando $200 pesos por algo que en mi peluquería cobran $40!!
Como se podrán imaginar, ayer me fui a cortar el pelo. Y mientras escuchaba los tijeretazos de Beto y a ‘El Fonógrafo’ de fondo (sólo le cambiaban de estación cuando yo estaba al aire *snif*), pensaba en cuántas cosas han sucedido desde entonces, en cuántas personas que son como personajes muy secundarios de esta serie de televisión que algunas veces parece mi vida, siguen ahí, temporada tras temporada.
En todo eso estaba pensando cuando de repente, estornudé. (les recuerdo que tengo gripa)
Sólo alcancé a escuchar a Beto diciendo algo así como ‘uuuts!’.
Moraleja: No se vayan a cortar el pelo cuando tengan gripe. No hay nada como salir a la calle con gripe Y con una parte de la cabeza sin pelo, como si se te estuviera cayendo a puños. Pensé en usar una gorra, pero no puedo venir a la oficina de traje y con la única gorra que me queda (porque además soy de cabeza grande). También pensé en usar sombrero pero me voy a ver aún más ridículo. Maldita gripe!
Y no, bola de malpensados… NO es albur.
Hace algunos días fue el cumpleaños de Vertti (jejeje, ese era su ‘nombre’ en la primaria, secundaria y prepa) y la novia de Cornejo (chas! de verdad que eso de sólo decir apellidos parece de burócratas de quinta) nos invitó a pasar el fin de semana en El Chico, Hidalgo. Hasta allá llegamos con carne para asar, chorizos, chelas y mucha música.
Debo decir que nos la pasamos muy bien. El Chico es uno de los parques nacionales más cercanos al Distrito Federal (sólo a hora y media de camino!) y es perfecto en caso de que estén buscando una opción más….
PUUUUUUUUUUUUUUUUUFFFF
OKEY, YA NO AGUANTO MÁS!
Originalmente iba a escribir acerca de lo mucho que nos divertimos en El Chico, Hgo., pero me estoy muriendo!!
Tengo una gripe horrible. Ya me acabé los kleenex disponibles en la oficina y un pañuelo que había traído ‘por si las moscas’. Me duele la cabeza, tengo el cuerpo cortado, mi naríz está roja y trae un goteo que resulta grotesco por lo abundante.
Tenía planeado platicarles todo del viaje, tips, lugares donde quedarse… pero la neta es que no puedo.
Si quieren ver las fotos de este fin de semana, den click
aquí.
Si quieren más info de cómo llegar a El Chico, Hgo., den click
aquí.
Si quieren saber en dónde voy a terminar con esta gripe, den click
aquí.
Distintos flashazos.
Flashazo No. 1:
Durante doce años (seis de primaria, tres de secundaria y tres de prepa) yo no tuve nombre. La espartana educación impartida por los hermanos maristas, indicaba que los alumnos no tenían nombre, sino únicamente apellido… o apodo, en el mejor de los casos. El hecho de que los maestros nos llamaran por nuestros apellidos y no por nuestros nombres, generaba que entre los mismos alumnos nos llamáramos por nuestros apellidos, cosa que, ahora que lo pienso, ha de haber hecho sonar los recreos como oficina de gobierno.
– Iturriaga! Pase al pizarrón.
– Montes de Oca y de la O, deje de pegarle a Godínez y termine su ejercicio.
– González, vaya a la dirección.
– Zamarripa!! Es la última vez que le llamo la atención!!
Así pues, cuando alguno de mis compañeritos llamaba a mi casa, siempre preguntaban ‘Disculpe, ¿está Leal?’. A la fecha, mi mamá, cada vez que me llaman por teléfono, grita: «Leaaaaaaal, te llaman!!». Así fue durante doce años, Leal para acá y Leal para allá. Leal, califique estos exámenes y Leal, pase al pizarrón y resuelva el ejercicio (recordemos que Leal era the ultimate ñoño). Lo curioso es que más te valdría tener un apellido poco común o que no hubiera otra persona que tuviera el mismo apellido que tú en el salón, porque entonces en lugar de llamarte por tu apellido, te llamarían por un apodo que generalmente no era ni tantito favorable. De esa forma, las fotos que posteé el día de ayer en SalvadorLeal.com, tienen a personas como Camargo, Loranca, Vertti, Espinosa, Gurrea, Bonilla, De León, Piazza, Gutiérrez de Quevedo, Suárez, Flores, Villamil, Ducoing, Valencia, García, Cornejo, Soreque… o todavía mejor, el Cookie, el Chancro, el Perro, la Nana, Largo, la Marmota, el Simpatías, el Sobras, el Oso, los hermanos Cuervo, el Lobo, Zamorita y Simba.
Flashazo No. 2
Los dos últimos posts de
Roger, el hermano de Moga (cuyo verdadero nombre era Maurice), han tocado fibras sensibles en mi memoria. Uno hablaba de los conjuntos musicales en el Instituto México Primaria y el otro de los concursos de Poesía en ese mismo lugar. Podría hablar de las estudiantinas y eso… pero mejor lo guardamos para otra mejor ocasión.
Lo que sí me movió cañón fue cuando habló de los concursos de poesía que tenían lugar en el Auditorio Vicente Tejedor de mi escuela. Era exactamente como él los pinta.
En algún momento del año, todos los maestros de español, les anunciaba a sus 55 monstruitos (porque éramos 55 weyes por salón!), que tenían una semana para aprenderse una poesía y declamarla frente al salón. Los que mejor la dijeran, participarían en un *Magno Concurso de Poesía* en donde estaría presente toda la escuela y sus autoridades, padres, madres, abuelitas y amigos que los acompañaran. En pocas palabras, después de la celebración del Cumpleaños del Director, era EL evento de la escuela. Las razones didácticas que tiene un concurso de poesía las ignoro, pero pueden ir desde las más loables como el incentivo a la memoria y la capacidad histriónica, hasta el fomento vicioso del ambiente más competitivo en el que me ha tocado estar (y eso que trabajé en Procter & Gamble, eh!).
Y así pasábamos las clases de español de las siguientes semanas, escuchando a moconetes de 7 años declamando ‘Por qué me alejé del vicio’ o
‘La Chacha Micaila’. Imaginen a Joselito (el wey más chiquito de la generación), comenzando su poesía con un:
No es por hacerles desaire, es que ya no soy del vicio
Ustedes me lo perdonen…
Pero hace más de cinco años que no bebo copas
Manque ande con los amigos
¿Que si no me cuadran?
Harto, para que he de hacerme el santito!
Si he sido rete borracho como pocos lo haigan sido
Pero ahora si ya no tomo aunque me lleven los pingos
No puedo imaginar qué papá o qué mamá les pusieron a declamar algo así a un chavito que para esas alturas el producto con mayor contenido alcohólico que había tomado habían sido los chocolates de balón rellenos de rompope. Si no era esa poesía, las clásicas eran ‘Sólo tengo 17 años’, que contaba la historia de un chavito que moría en un accidente automovilístico, o ‘Canción del Pirata’, que era la más socorrida para salir del paso y que uno la escuchaba en la terrible interpretación de Pérez, Buitrón, López y Martínez.
Una vez que se pasaban todos, el profesor, haciendo gala de la más arraigada tradición priísta, nombraba al insulso chamaco que representaría al salón en el Concurso del auditorio. La verdad, para que lo niego, de seis años en primaria y tres en secundaria, a mí me tocó participar todos los años. Yo siempre pensé que era por mis dotes actorales, pero ahora que estoy haciendo este recuento, sí creo que era menos malo que Ballínez declamando ‘El Brindis del Bohemio’ o a Zepeda con una poesía de Rafael de León que tenía que ser dicha como si fuera nacido en España a principios de siglo (a mí, la neta, me encaba el final).
Durante la primaria, como bien lo apunta Roger, me emocionaba ser el representante del salón. En la secundaria lo odié como pocas cosas he odiado. Hoy, no puedo agradecer lo suficiente el haber tenido esa experiencia, pues las tablas que te da estar en un auditorio lleno hasta el tope o frente a toda la escuela declamando al micrófono (porque al ganador le tocaba repetir su interpretación al siguiente acto cívico frente a 2,500 personas), no las consigues en otro lado que no sean las reuniones del Sindicato Mexicano de Electricistas o siendo candidato a la Presidencia de la República.
Flashazo No. 3
Así como el post de Roger me trajo recuerdos antiguos, el de Arbol me hizo pensar en todos los amigos que dejé de ver cuando me gradué en 1997 de la prepa. (DIOS SANTO!! YA SON 7 AÑOS!!!) He sabido que a algunos los casaron y otros se casaron por su propia voluntad, de la gran mayoría no he sabido nada, aunque esto no me preocupa pues mi generación era de más de 600 personas y yo no llevaba trato con más del 10%. Contrario a lo que dice Arbol, nosotros todavía no «adoptamos el papel de hombrecitos tratando de platicar los planes futuros, la situación del país, la economía, el trabajo y la seguridad». Nosotros seguimos hablando de música, películas y caricaturas. Y no sé si eso es para alegrarse o para preocuparse.
Lo que sí sé es que añoro como no se imaginan el estar en mi salón de prepa. Y tomando prestado el concepto de Ruy Feben, mi happy place del día es estar en el 106, justo antes de entra a clase de Cachi y después de haber comido unos tacos del Cala. *sigh*
SalvadorLeal.com nació a finales de diciembre del 2003. La primera versión de la página (no del blog, ojo) se notaba que era hecha por alguien que jamás en su vida había abierto el Frontpage o utilizado lenguaje html. Algunos meses después, modifiqué la página y la hice más limpia y sobria (y, a mi punto de vista, más elegante); seguía siendo el mismo idiota que no sabe cómo hacer páginas de internet, pero que ahora ya tenía conocimientos más avanzados de cómo moverle a los templates y qué códigos escribir para que no se viera tan cucho. Así es como está ahora.
Sin embargo, durante la mudanza, muchas de las fotos que originalmente le dieron (la única) plusvalía a mi página, desaparecieron. Todos los días llegaba a mi oficina y veía un post-it que, osadamente, me recordaba que tenía que mudar todas las fotos que originalmente estaban en mi página y que ahora estaban simplemente perdidas en el cyberespacio. Hoy lo he hecho, por lo que ya pueden visitar la nueva
Galería de SalvadorLeal.com (*ATENCIÓN* Denle refresh para que les saque el nuevo listado)
Quizás estoy cometiendo el mismo error del principio publicando fotos de cuando yo era The Greatest Nerd Alive™ y de cuando mis amigos tenían varios años (y varios kilos) menos. Lo que algunos llaman estupidez, yo lo llamo valor; lo que otros llaman ingenuidad, yo lo llamo osadía.
Ahí encontrarán fotos de WFM, la estación de radio donde trabajé y que tantos buenos momentos me dio. También encontrarán una sección de (suenan trompetas) Los Viajes de Salvador y finalmente, un recuento histórico-fotográfico de mis cuates del CUM.
Los dejo para que se rían y/o lloren. Yo he hecho las dos cosas posteando de nuevo las fotos en el sitio. Ya luego les contaré la historia de cada una de ellas.
P.D. Hoy se me ocurrió… si Dios tuviera un blog, ¿de qué escribiría?
Por razones en las cuales no voy a ahondar en este blog, el día de ayer regresé a una vieja práctica que hacía mucho tiempo no llevaba a cabo. Ayer fui al cine solo.
A todos aquellos a los que les gusta vivir en sociedad y disfrutan con el contacto que una relación interpersonal puede traer, ir al cine sin tus cuates o tu novia o tus cuates y tu novia o con tus hermanitos o con el resto de la familia, es básicamente inconcebible. Pero para quienes llevamos la antisocialidad hasta sus últimas consecuencias, ir al cine solito no sólo es la cosa más normal del mundo sino también una de las más disfrutables.
Primero, te suele salir más barato. No es lo mismo ir y comprar tu boleto y unas palomitas y refresco, que dos boletos (
at least), el Combo Parejas (que contiene dos refrescos, unas palomitas grandes y un chocolate que se convertirá en la manzana de la discordia y generará esas bellas discusiones de ‘el chocolate, así como la relación, es de los dos… no sólo de uno’), los dulces que se le antojaron a tu acompañante y el hot-dog
‘porque no comí nada en la oficina’. Llegan momentos en que uno evalúa entre salir al cine y pagar la mensualidad del automóvil.
El caso es que, como no había visto Spiderman 2 decidí que sería un buen día para verla. Graaave error.
(voz de profesor de Economía del ITAM) Cuando uno comienza a trabajar y tiene un mayor ingreso, sus patrones de consumo se ven severamente modificados. Aquí podemos hacer la distinción entre los bienes normales y los bienes inferiores. Los bienes normales son los que consumimos más si
aumenta nuestro ingreso disponible (por ejemplo, la ropa de marca o el café Starbucks), mientras que los bienes inferiores son los bienes cuyo consumo aumenta cuando
disminuye nuestro ingreso (frijoles, café de olla y ropa de Hecalli).
(regreso a la voz normal) En pocas palabras, como lo explicara un amigo mío que no es economista, cuando eres estudiante y tienes un ingreso que raya en lo miserable, la Barata de Zara® te extasía. En cambio, cuando comienzas a trabajar y comienzas a ganar dinero, lo que te extasía son los 12 meses sin intereses de cualquier tienda departamental.
Dicho esto, hacía mucho -muchísimo- tiempo que no iba al cine en miércoles (pues los boletos de cine en viernes son un bien normal, ¿ok?). Aquí no quiero sonar clasista ni fresista ni nada por el estilo (me encantó mi nueva palabra:
fresista), sino que simplemente tenía un buen rato que mis patrones de consumo habían cambiado y comencé a ir a los cines en fin de semana como buen
pequeñoburgués (por cierto, saludos a
Ruy… no se pueden perder su blog!) . Pues cuál fue mi sorpresa cuando llego a ver una película que tiene tres semanas de estrenada a un cine que parecía La Villa en 12 de diciembre y que me encuentro con que la única función disponible era por ahí de las once de la noche. !!Nunca en mi vida había visto un cine tan atascado!!
Creo que hasta en los estrenos de Star Wars la gente se limita más en cuanto a su asistencia al cine, porque lo que fue ayer, nomás no cabía una persona más. La fila de los boletos era kilométrica, la fila de las palomitas era kilométrica, la fila de las palomitas de caramelo era kilométrica. La fila para entrar a la sala también era kilométrica. !!Y A MÍ QUE NO ME GUSTA CONVIVIR CON LA GENTE!! Era como estar en el metro Indios Verdes un domingo por la tarde (si nunca han vivido esa experiencia, aprovechen este próximo fin de semana para saber cómo se pone) y, la verdad, con un público bastante desmejorado.
Cuando uno va al cine los viernes y sábados, pues se encuentra a las niñitas bien que van en el colegio más in de la Ciudad (inserte aquí su preferido). Cuando uno va al cine los miércoles es cuando se da cuenta de los abismos existentes entre las clases sociales mexicanas. Táchenme de racista, clasista y fresista… pero con lo que yo observé el día de ayer y lo comparé con la experiencia de ir en fin de semana al cine, dan ganas de reir y llorar al mismo tiempo.
Sí, yo sé que es una situación dura y que la gente tiene problemas y que el ingreso y el desempleo y que muchas familias sólo pueden ir al cine ese día y bla bla bla yakuzá yakuzá. Lo sé. Estudié una carrera que se dedica a eso! Pero cuando uno va solo al cine y no tiene nada mejor que hacer que ver a las personas y su comportamiento… uno se puede reír mucho.
Porque no es lo mismo estar en la fila de las palomitas y escuchar un:
– Oseaaaaaa, me das dos jat dogs, porfa…. y mmhmm, una botellita de agua… tienes Perrier?
A que los miércoles te encuentres con alguien que dice:
– Sssssss, tons seríannnnnn… dos jochos… y para bajármelo… tienes Sprais?
Seguramente recuerdan a Daniel-san de la
aventura en Acapulco la pasada Semana Santa. Él, como ya lo había dicho en aquel momento, es un conocido internacionalista miembro de los cascos azules de la ONU. Viaja por el mundo resolviendo conflictos que van desde encuentros armados en Kosovo hasta regateos en el mercado de la colonia del Valle.
Recientemente, Daniel-san visitó la hermana República del Perú. Conoció sus ciudades y sus ruinas, vivió el esplendor inca y se paseo por sus callejuelas coloniales. Cuando llegó al Palacio de Gobierno, levantó la vista para admirar el edificio. En la punta más alta del edificio, que representa la cúspide de la importancia peruana, encontró dos banderas… La bandera del Perú, y la muestra de que o Alejandro Toledo es el primer presidente gay que abiertamente lo expresa en público, o que en aquel país próximamente tendrán cambios radicales que incluirán un himno nacional cantado por los Pet Shop Boys y los uniformes del ejército diseñados por Versace. Den click aquí para ver la foto que tomó Daniel-san y mueran de la impresión.
Y respondiendo a la demanda popular… chan chan chaaaaaaaaaaaaaaan
Ya puse las imágenes del viaje a Montreal en la galería de
SalvadorLeal.com para que vayan y vean si lo que les platiqué y se imaginaron concuerda con las fotos que sacamos en nuestro viaje Boston – Montreal – Quebéc – Hampton Beach – Burlington – Boston – México. Espero comentarios, ya sea en el
tagboard, en el correo electrónico (
exlocutor@gmail.com) o en el
messenger (
exlocutor@hotmail.com)
P.S. En efecto, TODAVÍA no sé cómo ponerles pie de página a las fotos, así que lo que tienen que hacer es mantener el puntero del mouse en la foto de la que quiere información para que les salga una pequeña reseña de lo que están viendo.