Archive for the ‘cumpleaños’ Category
Cuenta regresiva
Este año cumplo 30 años.
(pausa dramática)
(más pausa dramática)
Otros amigos, cuando han cumplido 30 años se han aventado de paracaídas, así que creo que ya está muy visto.
Me pregunto cuánto tiempo tendría que entrenarme para esto:
wingsuit base jumping from Ali on Vimeo.
Cumple II
El tradicional link con mi wishlist cumpleañero.
Faltan sólo 12 días para el 19 de marzo.
*Mensaje patrocinado por Amazon.com
Cumple
Cuando yo comencé en esto de la bloggeadera (o ‘bloggeada’ o ‘blogging’) en el 2003, yo sólo tenía dos referencias. Uno ya no escribe (el buen Paco Tostado, que terminó viniéndose a vivir al DF) y Wil Wheaton (el protagonista principal de ‘Stand By Me’ que luego salió en Star Trek y que ahora se gana la vida como bloggero y escritor profesional).
Wil es, en pocas palabras, la meritita onda. Es el más clásico ejemplo que yo tengo cuando defino un blog ‘personal’; esto significa que a lo largo de los años (chas! años) que lo he seguido, el cuate ha pasado de ser un poco resentido por su pasado como estrella infantil y miembro de una serie de culto como Star Trek, a ser alguien que ha aprendido a aceptarse como lo que fue para construir a partir de ahí.
Hoy, leyendo un par de posts atrasados me encontré con una frase que me deja sin saber exactamente qué hacer con ella. Tiene tantas lecturas a nivel personal y profesional, y me llega en un momento tan particular (estoy a 16 días de cumplir 29 años) que prefiero postearla aquí, para que esa frase me vea desde mi blog, y yo a ella, a ver si en un momento nos reconocemos o si creemos que es mejor seguir adelante sin que nos involucremos demasiado.
En el párrafo, Wil habla de una serie de películas que estuvo viendo ahora que salió de una operación en la nariz:
I watched Chinatown for the first time since I was 19 or 20, and I’m really glad I did. For all the time I spent in my 20s worrying about being in my 30s, I remember something someone told me when I was 29 (paraphrased): «Your 20s are about gathering information and experience, and your 30s are about putting it to use.» I still feel like I have a lot to learn, but I feel more sure of who I am — way more sure of who I am than I did when I was younger — and I don’t know what relevance this rambling tangent had when I started talking about it, but watching Chinatown in my 30s was a profoundly different and much more rewarding experience than it was when I was younger.
La leo y la releo y de verdad no sé qué pensar. Si decir que sí, o decir que no, o decir que tal vez. Lo que sí es cierto es que, así como esta frase la puse aquí para que desde acá nos viéramos, Chinatown es un DVD que tengo en mi colección pero que nunca me he animado a ver. Está esperando, tal vez, a que el pasar de los días, los meses y los años hagan que nos miremos y que quizás un día, nos animemos a conocernos mutuamente.
Grow Up
* Este viernes fui al Open House de un amigo que se acaba de ir a vivir solo. Así, solo. Bebimos cerveza, fumamos sheesha y escuchamos buena música. Quizás eso a ustedes no les sorprenda (¿a quién diablos le va a sorprender que un twentysomething se vaya a vivir solito?)… pero para mí significa bastante. Debido a que nos conocemos desde que estábamos en quinto de primaria, ir a su depa y disfrutar unas chelas arropados por su (suyo de él) nuevo hogar, me hizo pensar en mil y un cosas no sólo mientras estábamos ahí, sino también muchas horas despues de haber dejado su depa.
* El próximo martes, Rodrigo, un buen amigo, se va a trabajar a los EEUU. Le ofrecieron dirigir un periódico para hispanos en Atlanta y para allá se va. Este sábado fue su despedida en un bar y al momento de despedirme de él, me llegó una muy extraña sensación de no saber exactamente cuándo nos volveremos a ver.
* Peter, aquel viejo compañero de aventuras (cfr. nuestro viaje a Acapulco y a Montreal) me visitó en la oficina el jueves pasado para platicarme que también se va a vivir solito. Hablamos durante un buen rato de cómo las series de televisión de varios amigos están llegando a su final de temporada simultáneamente y quedamos en vernos a su regreso de París.
* Mi prima me invitó la semana pasada a su nuevo departamento. Ella también se acaba de mudar. Comimos sushi, pizza y jugamos una cosa que se llama Cranium.
Una de mis canciones favoritas de los Beach Boys es When I Grow Up. Y desde hace un par de semanas he traído pegada la tonadita en la cabeza. No sé si sea la cercanía de mi cumpleaños o que tantas cosas estén pasando a mi alrededor… pero nomás por tenerla disponible desde cualquier lugar, aquí la dejo.
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When I grow up to be a man
Will I dig the same things that turn me on as a kid?
Will I look back and say that I wish I hadn’t done what I did?
Will I joke around and still dig those sounds?
When I grow up to be a man?
Will I look for the same things in a woman that I dig in a girl?
(fourteen, fifteen)
Will I settle down fast or will I first wanna travel the world?
(sixteen, seventeen)
Now I’m young and free, but how will it be
When I grow up to be a man?
Will my kids be proud or think their old man is really a square?
(eighteen, nineteen)
When they’re out having fun yeah, will I still wanna have my share?
(twenty, twenty-one)
Will I love my wife for the rest of my life
When I grow up to be a man?
What will I be when I grow up to be a man?
(twenty-two, twenty-three)
Won’t last forever
(twenty-four, twenty-five)
It’s kind of sad
(twenty-six, twenty-seven)
Won’t last forever
(twenty-eight, twenty-nine)
It’s kind of sad
(thirty, thirty-one)
Won’t last forever
(thirty-two…)
Algunas migajas
1. El sábado tuve dos intensas discusiones (una por la mañana y otra por la noche) acerca del comercial de Tang que todos los nacidos circa 1980 tenemos tatuado en el inconciente. El core de la controversia está en las líneas finales del comercial que va más o menos así:
En la pantalla vemos a tres personajes, una Señora De Las Lomas®, su mayordomo Jaime (vestido como EL estereotipo de mayordomo) y un niño de lentecitos.
Señora De Las Lomas: Jaimeeeeee, el niño tiene sed… y no hay naranjas!!
Jaime: Por eso siempre tengo Tang
(imágenes de alguien preparando Tang; el niño se toma su vasote de agua pintada)
Niño oligofrénico: ¡Quiero más!
Jaime: No se lo merece
Nuestra dificultad radica en que no sabemos cuál era la línea que cerraba el comercial (if any), pues hasta el momento, la discusión está en el orden de las líneas de Jaime. Un grupo (encabezado por mí), se ha pronunciado a favor del cambio de orden en lo que dice Jaime, es decir, que lo último que dice Jaime es «por eso siempre tengo Tang». El otro grupo con quién he tenido esta discusión, opina que el orden del comercial es como está escrito allá arriba y que la línea de cierre es la también muy conocida y flemática «no se lo merece».
¿Alguien recuerda más de ese comercial?
2. Este año he decidido no hacer publicidad alguna de mi cumpleaños. Ni fiesta o celebración pública, ni paro de labores, ni cierre de calles o vecindades para el jolgorio. Después de que el año pasado hubo hasta artículos promocionales (un CD, badges y cerveza Che-LEAL), en el 2007 reinará la prudencia y la austeridá (AMLO dixit).
Ahí si se quieren acordar de mí, pus bien. Si no, también. Snif.
3. Cuando pasa lo que sucedió con el Oscar, lo que pasa cuando vamos al Mundial o a las Olimpiadas… sólo me pongo a pensar en aquello que escribió Octavio Paz hace más de medio siglo.
El ideal de hombría para los otros pueblos consiste en una abierta y agresiva disposición al combate; nosotros acentuamos el carácter defensivo, listos a repeler el ataque.
(…)
La hombría se mide por la invulnerabilidad ante las armas enemigas o ante los impactos del mundo exterior. El estoicismo es la más alta de nuestras virtudes guerreras y políticas. Nuestra historia está llena de frases y episodios que revelan la indiferencia de nuestros héroes ante el dolor o el peligro. Desde niños nos enseñan a sufrir con dignidad las derrotas, concepción que no carece de grandeza. Y si no todos somos estoicos e impasibles -como Juárez y Cuauhtémoc- al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad.
El Laberinto de la Soledad, Octavio Paz (1950)
De la celebración…
Pues siento no haber escrito antes. Aquí en mi oficina decidieron que como ya cumplí 25 años la cantidad de trabajo que me iba a ser asignada se iba a multiplicar por veinticinco…
En fin, el fin de semana de celebraciones estuvo increíble. Desde el viernes hasta ya bien comenzado el domingo, no creo haber dormido más de 3 horas acumuladas. Los sentimientos y la reflexiones que surgen en los momentos de ruido y música son, en el caso de cumplir años, muy comparables a los que podemos tener instalados en el silencio y la meditación. La profundidad de estas reflexiones no me ha dejado digerirlas del todo, así que me limitaré -por el momento- a hacer un recuento/anécdota de lo ocurrido este fin de semana.
Como se había publicado en el este blog, el sábado había dos eventos: el concierto de Junior Senior y la presentación de Kinky. De Junior Senior sólo puedo decir que la calidad del evento fue inversamente proporcional a la duración del mismo: duró 50 minutos (pagué $280.00… talking about cost & benefit) El highlight de la noche fue el grandioso cover a Twist & Shout y el ambiente del Salón 21.
Con Kinky, la historia es distinta. Resulta que el evento de Kinky estaba patrocinado por la frecuencia en donde antes solía estar la estación de radio donde trabajé (el 96.9 de fm) así que me encontré con casi todas las personas con las que conviví durante el tiempo que fui Locutor de Radio™. Aquí cabe resaltar que, contrario a lo que ocurre en el resto de las estaciones de radio (y de los lugares de trabajo también), el equipo que hacía WFM era un equipo sui generis. Resulta que éramos un grupo de 6 personas que nunca antes habían hecho radio comercial en su vida y que de repente se veían obligados a trabajar con una cuasi leyenda de la radio con 16 Años De Experiencia™ (ese último ™ es un chiste local). Juntos vivimos muchas alegrías y muchas tristezas, pasamos problemas que jamás pensamos podríamos pasar, salíamos de antro juntos, nos regañaban a todos al mismo tiempo y nos gritaban con la misma frecuencia (esto no es necesariamente del todo cierto… yo era de los consentidos), teníamos juntas masivas que resultaban ser todavía más divertidas que el trabajo de oficina, jugábamos guerritas con pistolas de agua cuando caía la noche y también nos íbamos de vacaciones juntos. Este último punto es el que me interesa el día de hoy (para el resto de las situaciones tendrán que seguir visitando periódicamente este blog o esperarse a que todo el material anecdótico lo junte en un guión de televisión para hacer una serie cómica).
Un diciembre, nuestra jefa decidió mandar a tres personas a cubrir una serie de conciertos que estábamos patrocinando en Acapulco con motivo del Aca World Sound Festival (recuérdenlo aquí) y como se juntaba con ciertos días de vacaciones que nos había concedido milagrosamente, el equipo de 3 personas se volvió de la noche a la mañana en dos coches con personas que iban, unas a «trabajar» y otras a «ayudarles a trabajar».
No exagero cuando digo que las anécdotas que surgieron en WFM dan como para una serie de televisión. Imagen al grupo de locutores principiantes en su primera misión rumbo a Acapulco acompañados del gerente de la estación, el encargado de promoción y el diseñador de la estación. Imaginen además que entre el grupo de locutores hay una parejita que quiere todo el uno con la otra pero que mantiene su relación en secreto para evitar que La Jefa se entere (meses después supimos que La Jefa lo supo mucho antes que el resto del equipo). Agreguenle un concierto en la playa, un productor de eventos de música electrónica que en momentos parece barón de la droga, un niño que cuida lugares de estacionamiento en la playa del Princess y de cuya boca salen las palabras de sabiduría que guían a nuestros protagonistas a lo largo de su aventura y, finalmente, el detalle de que quien transmite al aire los pormenores de la fiesta tiene que estar medianamente sobrio.
Sé que cuando saque la serie de televisón será un hitazo.
Olvido el elemento unificador de la historia. El grupo que tocaba en nuestra fiesta en la playa era un grupo desconocido cuyo disco acababa de salir pero que no era tocado por ninguna estación de radio a pesar de las excelentes críticas extranjeras. Era un grupo de Monterrey que ya se había presentado en Estados Unidos pero que en México simplemente no existían. Su nombre: Kinky.
Ahora se podrán imaginar lo que sentimos en la fiesta del sábado cuando vemos que su tour es un rotundo éxito y que finalmente han conseguido entrar en la escena musical mexicana ofreciendo una alternativa distinta a las Paulinas, Rickys y Sin Banderas. O cuando escuchamos que ‘Soun tha mi primer amor’, rola que bailamos por primera vez en las playas del pacífico mexicano, es ahora una canción que todo el mundo conoce y brincotea con ella.
Al final del evento, todos teníamos un ‘ojito Remi’ anímico por todas las cosas que han pasado desde entonces. La estación cambió de giro y muchos de nosotros también. Unos siguieron en radio mientras que otros nos refugiamos en la seriedad de la vida laboral *normal*. Uno es director de una revista, otra sale en un noticiero matutino, uno más se dedica a la organización de eventos. El grupo se mantiene más o menos en contacto con sus muy dolorosas excepciones. ¿Y yo? Yo sólo sé que cumplí 25 años y que esto realmente apenas es el comienzo.
(inserte aquí Supergrass – Alright mientras Salvador se pone unos lentes oscuros y camina rumbo a la vida)
El Misterio de ‘Las Mañanitas’
Desde que nacemos hasta que nos morimos, si nuestra nacionalidad es mexicana, estamos condenados a escuchar una misma melodía por lo menos una vez al año: Las Mañanitas.
Junto con ‘Pimpón’, ‘La Rata Vieja’ y ‘Lindo Pescadito’ es de las primeras canciones que aprendemos a una edad en la que estamos dispuestos a aprendernos cualquier cosa…como por ejemplo, una canción acerca de las inconcebibles faltas de seguridad que tiene una rata al planchar y que, estúpidamente, se termina autoinfringiendo una quemadura de tercer grado.
A pesar de su fama extendida por todo el territorio nacional y comunidades mexicanas a lo largo y ancho del planeta, no se han escrito muchas líneas acerca de ‘Las Mañanitas’. Nadie sabe bien a bien quién fue el rey David o, todavía más intrigante, porqué cantaba esa serie de versos que festejan los onomásticos. Algunas teorías hablan de que el rey David era aquel gobernante de Israel que mató a Urías el Hitita, nomás porque le había echado el ojo a su mujer, Betsabé. Nunca sabremos, sin embargo, las oscuras razones por las que, además de echarse a Urías y a Betsabé (en distintas acepciones del verbo ‘echar’), cantaba una alegre canción para despertar a las personas. (Para saber más del bizarre love triangle entre Urías, Betsabé y David, aquí)
A mí me han cantado ‘Las Mañanitas’ de muchas formas y con distintos acompañamientos; desde las voces infantiles más inocentes de mis compañeritos de 1o. de kinder, hasta la aguardientosas y pastosas voces de mi amigos en la prepa. Las que te canta tu familia en la clásica ‘partida de pastel’ en donde están invitados hasta los tíos abuelos de Monclova o la versión que canta Topo Gigio con mariachi. Todas son especiales y te saben de distinta manera. En la estación de radio donde solía trabajar, la cantada de ‘Las Mañanitas’ al igual que muchas otras cosas, eran al estilo Montessori… es decir, cada quien empezaba y terminaba cuando su regalada gana se lo dictara. Todos a distintos tonos, con distintos ritmos e inclusive con una variedad de voces tal, que ahora que lo veo a la distancia no me sorprende que en Televisa Radio nos vieran con cara de terror cada vez que alguien aparecía con un pastel y la clara intención de celebrar un cumpleaños.
El origen como tal de ‘Las Mañanitas’ también permanece en el más oscuro de los misterios. Recuerdo haber leído en algún libro hace mucho tiempo, que esta melodía había nacido algunos años antes de la Independencia de México. El escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia (favorito de este blog), alimentaba la veracidad de este origen con una versión (inventada o investigada) que incluía los siguientes versos:
«Quisera ser agua de lluvia
para besarte la cara,
y volverme arroyo después
para besarte los pies»
Sea cierta o falsa esa versión, en el buscador de cabecera de todos los que nos preciamos de convivir en la red (esto es, Google), no hay una sola referencia al origen de tan famosa canción. En la mayoría de las páginas que salen como resultado de la búsqueda se le pone a la altura del mariachi y las posadas en cuanto a símbolos de la mexicanidad se refiere. Sin embargo, en ninguna de ellas se explica ni quién compuso ‘Las Mañanitas’ ni mucho menos cuáles fueron los motivos que inspiraron tan famosa composición.
Al llegar a estas líneas se preguntarán si pienso llegar a alguna conclusión.
La respuesta es sencilla: no.
Hoy es mi cumpleaños y simplemente (citando a Tigger) estoy haciendo lo que los ñoños sabemos hacer mejor. Este choro acerca de ‘Las Mañanitas’ está dedicado con agradecimiento a todos aquellos que, ya sea con gusto o con molestia, se han acordado que hoy es mi cumpleaños. Cumplir 25 años no es nada sencillo, pero cumplirlos en compañía de amigos tan queridos es, en definitiva, un lujo y un deleite. Gracias!
En las vísperas
Foto-Pensamiento a un día de mi cumpleaños no. 25
(gracias Adriana!)
Pues…
Faltan dos días para mi cumpleaños… *sigh*
CWSF
Año tras año, se viven eventos que, al hacer el recuento del año mucho tiempo después, vendrán a la memoria como un recuerdo dulzón. De esos recuerdos que tendremos en mente cuando digamos frases que comiencen con un ‘Cuando yo tenía tu edad…’
En algunas ocasiones es el Festival Cervantino o el Glastonbury. En otras, es una simple feria de pueblo. Como seres que vivimos a merced del recuerdo, no aspiramos a tener un mejor futuro sino a que nuestro futuro sea un pasado lleno de experiencias dignas de ser recordadas.
Quizás por eso me estresa tanto mi cumpleaños. Hasta la fecha siempre ha sido un día que podría recordar año tras año: desde aquella vez en que celebré el primero en Chapultepec hasta el último que terminó con el secuestro de un camión escolar, pasando por (desde luego, cómo olvidarlo) la fiesta donde, a la hora de la ‘mordida’, el pequeño festejado guacareó todo lo que había comido hasta entonces.
Han habido cumpleaños que caen en pleno puente del natalicio de Benito Juárez y quienes celebramos somos yo y mi autoestima: hasta mis papás están de puente. Este año, el 19 de marzo -día de mi cumpleaños- cae al inicio del fin de semana y eso nos permitirá organizar el festival conocido en su ramo como ‘más grande que Avándaro pero más discreto que la Feria de las Flores de Xochimilco’, esto es…. el Chava World Sound Festival.
(aquí hacemos una pausa en la que ustedes vuelven a leer de nuevo el título: «Chava World Sound Festival»… miran al cielo desconsolados, suspiran… y siguen leyendo)
Una fecha como ésta no podía pasar como cualquier otra y es debido a eso que hemos traído al dueto más prendido del planeta desde Enrique Cuenca y Eduardo Manzano pisaron los escenarios de este país: Junior Senior. El magno evento tendrá lugar el próximo sábado 20 de marzo alrededor de las 11 de la noche en el Salón 21 y creo que es patrocinado por una estación de radio… pero eso no es importante.
Lo importante es que vayamos y festejemos todos en bola en el 21 que tengo 25…. o que vayamos y tratemos de olvidar todos en bola que tengo 25 (que es lo más probable).
Porque eso no es todo!! Como ustedes saben, tenemos una relación cercana con los Kinky. Ellos se presentan el mismo día nomás que un poco más tarde y en el Bulldog Café… y hasta podríamos entrar de a grapa!
El resumen ejecutivo es:
¿Qué?: Chava World Sound Festival
¿Cuándo?: Sábado 20 de marzo, 2004
¿Dónde?: Salón 21 y Bulldog Café (los dos en la Ciudad de México… lo siento!)
¿Cuánto?: Junior Senior: $230.00; Kinky: circa $250.00 (pero en una de esas ni pagamos!)
¿Por qué?: Pues como dijera John F. Kennedy… ¿y por qué no?