Archive for the ‘personal struggle’ Category
Cumple
Cuando yo comencé en esto de la bloggeadera (o ‘bloggeada’ o ‘blogging’) en el 2003, yo sólo tenía dos referencias. Uno ya no escribe (el buen Paco Tostado, que terminó viniéndose a vivir al DF) y Wil Wheaton (el protagonista principal de ‘Stand By Me’ que luego salió en Star Trek y que ahora se gana la vida como bloggero y escritor profesional).
Wil es, en pocas palabras, la meritita onda. Es el más clásico ejemplo que yo tengo cuando defino un blog ‘personal’; esto significa que a lo largo de los años (chas! años) que lo he seguido, el cuate ha pasado de ser un poco resentido por su pasado como estrella infantil y miembro de una serie de culto como Star Trek, a ser alguien que ha aprendido a aceptarse como lo que fue para construir a partir de ahí.
Hoy, leyendo un par de posts atrasados me encontré con una frase que me deja sin saber exactamente qué hacer con ella. Tiene tantas lecturas a nivel personal y profesional, y me llega en un momento tan particular (estoy a 16 días de cumplir 29 años) que prefiero postearla aquí, para que esa frase me vea desde mi blog, y yo a ella, a ver si en un momento nos reconocemos o si creemos que es mejor seguir adelante sin que nos involucremos demasiado.
En el párrafo, Wil habla de una serie de películas que estuvo viendo ahora que salió de una operación en la nariz:
I watched Chinatown for the first time since I was 19 or 20, and I’m really glad I did. For all the time I spent in my 20s worrying about being in my 30s, I remember something someone told me when I was 29 (paraphrased): «Your 20s are about gathering information and experience, and your 30s are about putting it to use.» I still feel like I have a lot to learn, but I feel more sure of who I am — way more sure of who I am than I did when I was younger — and I don’t know what relevance this rambling tangent had when I started talking about it, but watching Chinatown in my 30s was a profoundly different and much more rewarding experience than it was when I was younger.
La leo y la releo y de verdad no sé qué pensar. Si decir que sí, o decir que no, o decir que tal vez. Lo que sí es cierto es que, así como esta frase la puse aquí para que desde acá nos viéramos, Chinatown es un DVD que tengo en mi colección pero que nunca me he animado a ver. Está esperando, tal vez, a que el pasar de los días, los meses y los años hagan que nos miremos y que quizás un día, nos animemos a conocernos mutuamente.
Sexo (y un poco de amor)
Aborrezco el 14 de febrero y todo a su alrededor, pero creo que este mundo es mejor cuando cosas como los siguientes párrafos de Ayn Rand los lee más gente que la que normalmente los leería y si la excusa es que hoy es Día de San Valentín®, so be it.
El texto habla de Amor y Sexo, así nomás. Lo encuentran en el ‘Atlas Shrugged’:
[Some people] think that sex is a physical capacity which functions independently of one’s mind, choice, or code of values. They think that your body creates a desire and makes a choice for you — just about in some such way as if iron ore transformed itself into railroad rails of its own volition. Love is blind, they say; sex is impervious to reason and mocks the power of all philosophers.
But, in fact, a man’s sexual choice is the result and the sum of his fundamental convictions. Tell me what a man finds sexually attractive and I will tell you his entire philosophy of life. Show me the woman he sleeps with and I will tell you his valuation of himself. No matter what corruption he’s taught about the virtue of selflessness, sex is the most profoundly selfish of all acts, an act which he cannot perform for any motive but his own enjoyment — just try to think of performing it as an act of selfless charity! — an act which is not possible in self-abasement, only in self-exaltation, only in the confidence of being desired and being worthy of desire. It is an act that forces him to stand naked in spirit, as well as in body, and to accept his real ego as his standard of value. He will always be attracted to the woman who reflects his deepest vision of himself, the woman whose surrender permits him to experience — or to fake — a sense of self-esteem. The man who is proudly certain of his own value will want the highest type of woman he can find, the woman he admires, the strongest, the hardest to conquer, because only the possession of a heroine will give him the sense of an achievement, not the possession of a brainless slut. He does not seek to gain his value, but to express it. There is no conflict between the standards of his mind and the desires of his body…
Observe the ugly mess which most men make of their sex lives — and observe the mess of contradictions which they hold as their moral philosophy. One proceeds from the other. Love is our response to our highest values, and can be nothing else. Let a man corrupt his values and his view of existence — let him profess that love is not self-enjoyment but self-denial, that virtue consists, not of pride but of pity or pain or weakness or sacrifice, that the noblest love is born, not of admiration but of charity, not in response to values but in response to flaws, — and he will have cut himself in two. His body will not obey him, it will not respond, it will make him impotent toward the woman he professes to love and draw him to the lowest type of whore he can find. His body will always follow the logic of his deepest convictions; if he believes that flaws are values, he has damned existence as evil and only the evil will attract him. He has damned himself and he will feel that depravity is all he is worthy of enjoying… Then he will scream that his body has vicious desires of its own which his mind cannot conquer, that sex is sin, that true love is a pure emotion of the spirit. And then he will wonder why love brings him nothing but boredom and sex nothing but shame….
Only the man who extols the purity of a love devoid of desire is capable of the depravity of a desire devoid of love.
Basado en una historia de la vida real
1. Desde hace un par de meses traigo en la cabeza la idea para una novela corta. Ya tengo los personajes (3), el setting principal, dos o tres situaciones que les ocurren a los personajes y el final. Me hace falta investigar y platicar con dos o tres amigos acerca de cómo resolverían algunos problemas, pero fuera de eso tengo la obra negra de una novela corta en mi cabeza.
Sin embargo, existe un problema. Para que la novela corta tenga más punch, necesito que el inicio de la misma comience con una leyenda del estilo ‘Historia basada en un hecho real’. Y el problema es que, claro, mi historia no está basada en la realidad. El problema no es tan grande; finalmente no es una historia descabellada ni donde aparezcan personajes sobre-naturales o situaciones sobre-humanas. Lo único que necesito es que la gente tenga a la realidad como su marco de referencia, que realmente crea que la realidad es el espacio en el que se mueve la gente que habita en mi novela y que le sea más sencillo creer que la historia ahí relatada realmente sucedió.
2. Cuando una empresa de alimentos, por ejemplo, desea poner en sus productos que éstos ayudan a una mejor digestión, que tienen la facultad de favorecer la circulación sanguínea o si simplemente quieren decir que está adicionado con vitaminas y hierro, tienen que pasar por una larga y tortuosa serie de exámenes para certificar que lo que están diciendo de un producto es cierto. Si esto ocurre con los productos de consumo, ¿qué pasa con la literatura? ¿quién certifica que mi historia es o no verdadera? ¿a alguien le importa?
Uno se acerca a la literatura con la certeza el deseo de que, en algún momento en tu paseo por las páginas del libro, el autor te va a engañar. ¿por qué la frase ‘basado en una historia de la vida real’ no puede ser parte del engaño? ¿en qué momento esa es una frase mágica e intocable por la ficción? ¿por qué no se puede considerar como un factor que le dé más fuerza al relato?
3. Y la respuesta es sí. Sí me pongo a pensar en todo este tipo de cosas antes de ponerme a escribir una sola línea. Espero que, una vez resuelto mi dilema, la escritura del resto de la novela sea mucho más fluido.
Dedalus
En 1996 leí, motivado por una obra de teatro, el libro de James Joyce ‘Retrato del Artista Adolescente‘. En aquel momento se convirtió en el libro más importante que había leído hasta entonces (y sí, ya había leído a Borges) y se convirtió en una referencia importante en aquel tiempo.
Pasaron los años, y justo ahora que lo medito un poco, creo que fue la universidad la que me hizo olvidar lo mucho que significaba el libro de Joyce. Supongo que la universidad acapara tu atención y hace que te enfoques sólo en ciertas cosas.
Ayer bajé la versión en audiolibro a mi iPod y me siento como si lo ‘leyera’ por primera vez. Y realmente se me había olvidado lo muy importante que era/es para mí la historia que ahí se relata así como lo muy relacionada que está con mi vida.
Así que esta es de las cosas que posteo simplemente para que no se me olviden: Stephen Dedalus y tú tienen más de una cosa en común.
Fragmentos
Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.
Gracias, Jaime Sabines.
Tomando vuelo
Pues sí, debo aceptarlo. Pasó varias veces por mi cabeza cerrar el changarro y dedicarme a tareas más redituables y menos públicas.
Pero los bloggers, los malditos bloggers, nomás no me dejan. Y no es que un grupo de escritores de bitácoras haya ido a hacer plantón a mi casa sin dejarme salir hasta que no escriba unas palabras. No, para nada. Lo que sí sucedió es que, después de que me alejé del mundo del blog, decidí regresar a leer mis blogs favoritos… y qué cosa, son tan buenos y tan sinceros que uno termina de leerlos con ganas de abrir una bitácora y escribir. Ahora que, como en mi caso, si la bitácora ya está abierta y bastante descuidada, pues a uno sólo le queda regresar a su vieja casa, abrir puertas y ventanas, sacudir el polvo, barrer los rincones y comenzar de nuevo. Y pues aquí les voy.
Ahora, el asunto no está exento de problemas. Como varios de ustedes habrán deducido de los comentarios, mi vida (bueh, la vida del wey que escribe esto) ha cambiado radicalmente. Aquí cabe la advertencia que hago siempre que alguien me pregunta de mi blog y es: «no, mi blog no es un blog personal». Lo digo y lo sostengo, éste no es un blog personal. Es más, a lo que más se acercaría sería a un blog *literario*… mi problema con ese adjetivo es que, si me lo pongo, al ratito tendría que publicar poesía o fragmentos de mi próxima novela. Creo entonces que así como hay un público para los blogs de tecnología, los de sexo, los personales y los comunales, supongo que también hay un público para un blog, como el mío, en donde un tipo toma su vida y la reinventa vía internet.
Ahora, lo más increíble de todo es algo de lo que son testigos todas las personas que me conocen. Y es que, con todo y cosas inventadas, mi vida real, la que vivo todos los días, tiene bastante más cosas que la vida que he descrito en el blog. Supongo que el día en el que mi ficción le gane a mi realidad, una de dos, o estaré muerto o estaré ganando el premio Príncipe de Asturias.
Sea como sea, debo decir que me da gusto estar de regreso y que tengo mil y un cosas que platicarles. Por principio de cuentas, debo decirles que no hay nada como salirse de casa de los papás. Nada. Y, ojo, yo no estoy diciendo que sea bueno o malo. No. Lo que estoy diciendo es que no hay nada como despertarse una mañana y descubrir, yendo ya tarde al trabajo, que el gas se acabó, que la bomba de agua no funciona y que tu microondas acaba de quemar los fusibles de todo el edificio.
Idea para las empresas de productos higiénicos: Inventen unas toallitas como las que utilizan las mamás para limpiar bebés, pero que sean más grandes, tengan un olor cool y con las que uno se pueda limpiar cara-manos-axilas-pies como para dar el gatazo de que uno se bañó. Créanme amigos de Colgate y Procter, tendrían un gran mercado en todos aquellos twentysomethings que se salen de su casa para independizarse y que olvidan pagar el gas o a quienes les falla la bomba del agua justo el día en el que tienen LA junta del año.
En fin, las cosas en el Planeta Salvador Leal han cambiado muchísimo pero no dejan de tener ‘el toque’ de siempre. Uno, por ejemplo, quisiera haberse mudado a un lugar en donde los vecinos de la cuadra no fueran dignos personajes de ‘One Flew Over the Cuckoo’s Nest’, o comprender por qué un metro cúbico no es igual a mil litros (pequeña duda existencial que sigo teniendo con la compañía de gas). O darse cuenta que, si uno paga la electricidad en un banco, la comisión que le cobran puede llegar a ser del 50% de la cuenta de la luz.
Maldita sea. Odio crecer. Sobretodo porque está resultando más divertido de lo que me lo imaginé.
50 Años
Hace exactamente 50 años, el libro que cambió mi vida de una forma impactante, fue publicado. Su nombre es ‘Atlas Shrugged’ (en español, ‘La Rebelión de Atlas’) y fue escrito por una mujer de nombre Ayn Rand.
Este libro, de más de mil páginas (sí, es un verdadero reto terminarlo) le llevó 13 años escribirlo. La parte crucial de la historia, un discurso que ocupa 55 páginas, nomás le tomó más de tres años. Su mensaje central es impecable: El ser humano (cada uno de ellos) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para sí. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida.
El mejor homenaje a 50 años de su publicación no es ni siquiera releer el libro, sino vivir de acuerdo a su espíritu. El mejor lugar para comenzar a leerlo es hoy, no porque cumpla cinco décadas de vida sino porque cada día que pase sin conocer la fuerza detrás de las letras escritas por Rand es un día en el que vivirás peligrosamente cerca de caer en las garras de todo lo malo que hay en este planeta. El mejor lector, eres tú, que sin terminar de leer esta frase vayas, corras, compres y leas ‘Atlas Shrugged’.
Gracias, Ayn.
Sisterna
Aunque sé que estoy doblando un poco las reglas que yo mismo puse con respecto al blog, este post está totalmente dedicado a la mejor hermana que ha pisado el Planeta Tierra. La mía.
Un poquito de poesía para este martes:
I’ll sing myself to sleep
A song from the darkest hour
Secrets I can’t keep
Inside of the day
Swing from high to deep
Extremes of sweet and sour
Hope that God exists
I hope, I prayDrawn by the undertow
My life is out of control
I believe this wave will bear my weight
So let it flowThose who feel the breath of sadness
Sit down next to me
Those who find they’re touched by madness
Sit down next to me
Those who find themselves ridiculous
Sit down next to me
In love, in fear, in hate, in tears
Te voy a extrañar mucho 🙂
¡Paren las prensas!
Yo, lo saben, soy un freak amante de los mapas.
Y como buen freak amante de los mapas, me estoy preguntando por qué la siguiente noticia no está en las primeras planas de los principales diarios de la Ciudad de México…
¡¡EL DISTRITO FEDERAL YA ESTÁ MAPEADO EN GOOGLE MAPS!!
… Y para nuestros amigos de provincia que nos acompañan, también están mapeadas muchas, muchísimas ciudades del país.
Adiós Guía Roji, hola Google Maps!!
Secretaría de Educación Libre
El día de ayer fueron publicadas las escuelas primarias y secundarias con mayor puntaje dentro de la prueba ENLACE 2007. Aquí, la lista cortesía de El Universal:
Independientemente de aquello que haya sido evaluado en la prueba, me atrevo a decir una herejía para la manera en la que muchos ven el papel del gobierno en la educación. ¿Se han dado cuenta que la gran mayoría de las escuelas con alto puntaje son escuelas privadas? ¿No significaría esto que las escuelas tienen todos los incentivos (la colegiatura de padres de familia) para tener buenos maestros y generar alumnos con buen rendimiento académico?
Y si esto es cierto… ¿no sería mejor que el gobierno, en lugar de usar los impuestos para generar un sistema educativo que no está dando los resultados, le diera esa lana a los padres de familia para que llevaran ese cheque educativo a la escuela de su preferencia?
La idea no es mía, desde luego. Pero es un concepto que en algún momento nos mencionaron en la carrera con el nombre de ‘school vouchers’ que a mí, en lo particular, siempre me ha resultado muy atractivo. Lo que hace el gobierno es darle a los papás la libertad de elección con respecto a la educación de sus hijos, mientras que en las escuelas se generan competencias feroces por obtener -y mantener- la mayor cantidad de cheques educativos… ¿cómo hacen esto? contratando buenos maestros y generando todos los incentivos posibles para que los alumnos tengan las mejores calificaciones. Un círculo virtuoso educativo.
Ese cheque educativo tiene características muy particulares, una de ellas es que no se puede gastar en ninguna otra cosa que no sea en educación (no faltaría el papá que se chupe el cheque en lugar de gastarlo en la educación de su pequeñuelo). Otra es que el sistema funciona en comunidades más o menos grandes en donde tener una escuela sea un negocio redituable, pues en las comunidades marginadas del país no habría muchas opciones de dónde escoger y las personas se verían obligadas -como se ven ahora- a quedarse en la escuela más cercana y no en la mejor.
Finalmente, y ahí es donde la cosa se pone difícil, los cheques educativos revelarían formalmente lo que muchas instituciones educativas ya han descubierto desde hace años: tener una escuela es un (buen) negocio, sobretodo si tus utilidades dependen, en el largo plazo, de tener maestros de calidad que generen estudiantes de calidad. El problema es que en nuestro país la educación es vista como una bandera patriótica, derecho constitucional por el que han muerto mexicanos y obligación del Estado, sin importar si el Estado puede con el paquete o no.
Aceptar que la educación es un negocio y cederle el poder de elección a los padres de familia equivaldría, para muchos, en una cuasi privatización del sector educativo. El problema es que, de acuerdo con la prueba ENLACE 2007 y de facto, la educación (de calidad) ya está privatizada.