Archive for 2008
Too much
Igual y el asunto de los blogs ya se salió de control…
*sigh*
Cada vez que algo así sale, el Dios de la Blogosfera mata un gatito.
Saber decir que no
Una de las maravillas de trabajar en radio, y más específicamente, en una estación de Televisa Radio, es que nunca había algo siquiera cercano a ‘un día común y corriente’. La vida de las estaciones vecinas (y de la nuestra propia, WFM) creaban lo necesario para que así, de la nada, te encontraras a celebridades a la vuelta del pasillo.
Uno estaba súper metido en la computadora, levantabas un poco la mirada, y veías pasar a Zamorita o a Chabelo o a José José.
Así fue como conocí al Príncipe de la Canción. A la fecha, lo considero uno de los highlights de mi vida profesional. El tipo es simplemente un GRAN TIPO. Un señorón. Es… es… pues es José José. Todo lo que te puedas imaginar, es tres veces más. Es más amable que muchísimos ‘artistas’ más, es más profesional que varios de quienes trabajábamos ahí y con quienes le declaramos nuestra admiración, nos trató como si fuera la primera vez que lo reconocían en la calle. Tipazo.
Tan tipazo fue, que nos atrevimos a pedirle que nos grabara, así en frío, sin guión ni nada, algo para la estación. El señor nos dijo que con mucho gusto y lo metimos al estudio del 96.9. Mientras caminábamos hacia allá, planeamos medio al vapor qué queríamos que nos dijera, lo escribimos en una hoja y alguien del equipo se metió con él para darle las indicaciones de intencionalidad que necesitábamos. Lo tuvimos, fácil, 20 minutos. Y el señor dijo todas y cada una de las cosas que le pedimos que nos dijera. ¿Chistes internos de la estación? Listo ¿Mensajes de contestadora? Listo ¿Frases institucionales de la estación? Listo ¿Material para un autopromocional? Listo. Todo, TODO lo que le pedimos, lo dijo con el mejor de los humores y la disposición. Vaya, hasta nos sentimos mal de acapararlo tanto. El señor no nos dijo que no a ninguna de nuestras peticiones…
Corte al presente, 2008. Alguien llega con una idea, probablemente un manager o el amigo de un manager. «Las nuevas generaciones tienen que conocerlo don José», le dice. «Tiene usted que estar a la vanguardia musical, tiene que darle al público, a ese público que lo ha hecho grande, las cosas que demanda, don José». El Príncipe de la Canción escucha atento y con una sonrisa dibujada en el rostro. Con la voz lastimada por los años, sólo atina a decir: «Claro, lo que tú digas».
Y así fue como pasamos de José José, el Príncipe de la Canción, a J J Da Prince:
Y ahora, la encuesta:
¿De todo el video, qué es más impactante?
a) Que José José cante reggaeton.
b) Que José José baile reggaeton.
c) Que la hija de José José cante. Y cante reggaeton.
d) Todas las anteriores.
Deadline I
Imaginen la clásica secuencia de película en donde alguien está súper metido escribiendo algo.
Ahora, pongan en su mente la imagen de su servidor (o sea, yo) frente a una computadora, noche y día, escribiendo.
Pero cuando digo ‘noche y día’ es, de verdad, ‘noche y día’. Es más, son varios cortes: yo escribiendo, más o menos relajado; yo, mordiendo un lápiz, como teniendo estreñimiento mental; yo, con un café en la mano y afuera es de noche; yo, con otro café en la mano y afuera es de mañana; yo, durmiendo sobre el teclado; yo, escribiendo con una sonrisa; yo, borrando lo recién escrito haciendo puchero; yo, mentándole la madre al monitor. En pocas palabras, alguien que está *escribiendo*
¿Ya? ¿No? Okey, ayudemos al más puro estilo cinematográfico… con un poco de música:
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Gonzales – Dot
Actualmente, mi vida vive de deadlines. El primero es este miércoles 9, el segundo es el siguiente miércoles. El último, y más importante llega el lunes 2 de junio.
Salvador Leal escribe.
Electrónico FM
Todos los miércoles, desde hace más de dos años, el equipo que conforma Básico FM, S.A. de C.V. se reúne para grabar un programa que sale en diversas estaciones de provincia y tiene su junta semanal de ‘quienes somos, qué hacemos, a dónde vamos, qué clientes nos han pateado el trasero de nuevo’.
Algunas juntas son divertidas (siguiendo la más arraigada tradición de las juntas de radio en las que yo he estado), otras juntas están llenas de problemas (sobretodo las que tocan el tema de las ventas) y unas más son aburridísimas (especialmente cuando David y Alberto se ponen a hablar de rollos de internet, transmisión y avances tecnológicos… lo siento amigos, pero así es).
Sin embargo, hay un tipo de juntas que pone a temblar a todos los que nos sentamos semana a semana en el cuartel de Básico FM: cuando Alberto Cruz ‘el Niño’ llega y dice «tengo una idea». Ahí todos sabemos que la puerca ha torcido el rabo y que se avecinan días difíciles.
Así nace hoy Electrónico.FM, el nuevo proyecto de la familia de Básico FM.
De qué trata la estación, creo que se sobreentiende con el nombre (ja!), pero lo interesante es que para nosotros significa un pasito más dentro de los muchos que esta empresa quiere dar. Porfa, dénle un vistazo, seguro tiene errores, bugs y problemitas; ayúdennos a solucionarlos diciéndonoslos.
Y lo mejor de todo, díganle a sus amigos, compas, panas, cuates y valedores a quienes les gusta la música electrónica que ya tienen una estación pensada en ellos. ¿Las principales diferencias de nuestra estación con cualquier otra? Pues las diferencias que han hecho de Básico FM la estación mexicana de radio en línea más reconocida y de mayor antigüedad: pura música, sin locutores; sin comerciales; la programación no se repite cada 4 u 8 horas, la programación es distinta para cada día de la semana, como si estuvieras escuchando una estación de radio en FM; y lo mejor de todo… existe una muy amplia posibilidad de que puedas escuchar Electronico.FM en tu oficina gracias a su avanzadísima tecnología salta firewalls.
Eah pues, vayan a echarle oreja, dejen sus comentarios y sigan al pendiente de las sorpresas que les tenemos en Básico. Y no, eso no incluye la próxima aparición de Polka.FM, Reggaeton.FM ni PasitoDuranguense.FM. Será mejor.
Abierto
Resulta que en una economía, un mercado puede estar ‘abierto’ o ‘cerrado’ y eso puede hacer toda la diferencia del mundo. Por supuesto que hay niveles entre los dos (muy abierto, abiertito, nomás emparejado y cerrado con tres candados cual puerta negra) y de esos niveles dependen muchas cosas.
Por ejemplo, si uno va a al súper y te das una vuelta por el pasillo de los cereales o los yogurths verás que tienes doscientos tipos distintos de productos: con pasas, sin miel, con extra fibra, adicionado con vitaminas, deslactosado, con fruta fresca o sin componentes artificiales. Y varias marcas de cada uno: marca propia, General Mills, Nestlé, Danone, Bimbo, Kellogg’s…
El mercado de los yogurths, como podemos ver, está mucho más abierto que, por ejemplo, el mercado de los hielos, donde 23 millones de habitantes podemos escoger solamente entre Hielos Iglú y Hielos Fiesta.
Hay muchas razones para que un mercado esté abierto o esté cerrado. Unas dependen de la dificultad de manufacturar un producto o cumplir con un servicio (es mucho más abierto el «mercado de quesadillas de la esquina» que el mercado de «cortes argentinos»), otras tienen que ver con rollos sanitarios y en algunos más, el gobierno interviene para que determinado producto sólo lo haga una empresa.
Dicho esto, quiero poner aquí, en mi muy humilde espacio, my two cents en lo que al asunto de Pemex se refiere. Si tooooodo el mundo tiene tantos problemas existenciales con que vendan Pemex (con eso de que es «de todos los mexicanos»), ¿qué tal que en lugar de vender Pemex, abrimos el mercado del petróleo y dejamos que entren competidores?
La experiencia nos dice que cuando un mercado que está artificialmente cerrado (como el del petróleo y la electricidad) se abre, la entrada de competidores permite una disminución en los precios del producto que estaba regulado. ¡Igual y si ponemos a competir a Pemex con otras empresas de su calibre, el resultado son mejores productos a un menor precio!
Quizás peco de ingenuo/optimista/economicista (whatever that means), pero si tanto quieren que Pemex continue siendo de «todos los mexicanos», pues no hay mejor forma de hacer esto que aventándola a un mercado en donde tiene alguien con quién comparar su servicio, su productividad y sus productos.
En una de esas descubrimos que la gasolina que compramos podría ser más barata y de mejor calidad con la presión de otro jugador en el mercado.
Gitano
Si algún día me permito hacer un curriculum vitae de mi vida *alterna*, quisiera que me reconocieran como Cazador de Canciones.
Sólo Dios sabe lo que he llegado a hacer por encontrar una canción. Preguntar el disco que se escucha en un oscuro café de Buenos Aires es una anécdota que se repite una y otra vez sólo que con distintos lugares, países y personas.
Si estás de buenas, dices «Hola, oye, eso que estás escuchando está increíble, ¿cómo se llama?»; si no quieres que se entere que te ha gustado la canción, te esperas a que el disco (o el playlist) avance dos o tres canciones y luego te acercas a preguntar «¿qué disco es?». Si estás de mamón, sólo llegas y dices «¿qué estoy escuchando?».
Cuando es la radio (BBC 6, por ejemplo) o el transporte público o algún lugar público en donde no puedes preguntar, tomas pedazos de las letras para después buscarlas en Google; si es instrumental, te grabas la melodía y la vas tarareando a todos aquellos amigos cuyo gusto y sapiencia musical conoces, compartes y respetas.
Y la búsqueda puede durar tiempo, mucho tiempo. Mi récord hasta ahorita son siete años. Siete. Años. 2,555 días buscando una canción que escuché en algún momento. Y la encontré.
La más reciente búsqueda sólo duró cuatro años.
Todo sucedió mientras estábamos en el Festival de Jazz de Montreal (para las aventuras en Montreal, dar click aquí), en el escenario, un oscuro grupo gitano y en las bocinas, una alucinante canción que combinaba sonidos de Europa Oriental con algo de funk y toquecitos de ska. En mi videocámara quedó grabado un pedacito de la canción que hizo que todos los que en ese momento estábamos ahí, bailáramos como desquiciados. Pero no tenía más.
Y no tuve más durante 4 años que duré en encontrar la canción. Que, finalmente, está aquí:
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Besh O Drom – Tortapapír
Ahora sólo quedan 11 en la lista…
India
El New York Times responde una pregunta que yo había tenido desde siempre. Bueno, no desde siempre, pero sí desde 5° de primaria.
Fue en ese año, y gracias al profesor López Flores que yo aprendí que en la India creían en muchos dioses… bueno, decir ‘muchos dioses’ de hecho es quedarse corto. El hinduismo tiene cientos de dioses que se veneran de distintas maneras en las distintas ramas de la religión.
Yo estudié con los maristas, en una escuela católica en donde al frente de todos los salones había una cruz y una imagen de la Virgen María. Teniendo esto como referencia, se podrán imaginar que mi primer razonamiento, al enterarme de la cantidad estúpida de dioses que tienen en la India, fue: «seguramente en los salones de clases de la India no hay espacio para el pizarrón por la cantidad de cuadros e imágenes que cuelgan de la pared».
Hoy, gracias al New York Times, finalmente tengo una imagen de un salón en la India y descubro, no con poca sorpresa, que no hay 300 imágenes de dioses distintos.
Ahora mi pregunta es todavía más profunda: ¿por qué nomás hay un Dios al frente? ¿¿y por qué está a un lado de Gandhi??
Este post inaugura la categoría de ‘religión’… nomás porque estamos en días santos por acá.
Sky
¿Ya vieron Google Sky?
Es como Google Earth o Google Maps… pero en las estrellas de la noche.
¿Cómo carajos se les ocurren ese tipo de aplicaciones tan bonitas?
En otras noticias, prometo volver a escribir en cuanto tenga 5 minutos para poner mi mente en paz y mis dedos en el teclado.
Efecto Garfield
Pues bien, finalmente tenemos datos duros acerca de las aseveraciones que hemos realizado en este espacio. Nuestros colegas de Consulta Mitofsky, preocupados por los datos e información vertidos en SalvadorLeal.com, decidieron realizar una encuesta en donde se preguntaban qué días de la semana son los que más y los que menos gustan a los mexicanos.
Las revelaciones son sorprendentes: con el 43.1%, el día menos gustado es el lunes.
Go, Consulta Mitofsky!
En otros datos menos novedosos, el martes y el domingo vienen en segundo y tercer lugar en cuanto a los menos queridos. Esto significa que todo lo que huela a Lunes, ya sea antes o después, es malo y envenena. Algo así como un ‘Efecto Garfield’.
El informe que se publica en esta encuesta de opinión (y que podría denominarse ‘Mitofsky en Drogas’) continúa, pero ahora preguntándole a los mexicanos cuál es el número que más les gusta. Sí, sí, así cómo lo leen. Alguien en su sano juicio -es un decir- decidió llegar con un mexicano promedio y preguntarle si el 4 le gusta más que el 2 y por qué.
Si ustedes tienen la duda, pregúntenselo primero ustedes: ¿qué número es mi favorito? Lo más probable es que se respondan: 9.
Sí, el número nueve es el número favorito entre los mexicanos con un nivel de preferencia del 15.9%. Muy cerca, con el 14.4% y miras a convertirse en el Número Favorito Legítimo, está el número 8. Después vienen el 7 y el 5.
Parafraseando al Dr. Yaron Brook, no sé qué me sorprende más, que el número 9 sea el favorito de los mexicanos o que alguien haya gastado una cantidad considerable de recursos en averiguarlo.