Archive for 2008
Mucho
Como debe ser.
Mucho estrés. Mucha tensión. Mucha incertidumbre. Y al final, pues final feliz.
Yastá, ya pasé mi examen profesional.
Les debo los detalles para la próxima.
Mientras, vayan pensando cómo me van a festejar los cinco años de este blog que se cumplen el próximo 28 de diciembre.
(WTF!! 5 fucking años!!)
Cuenta regresiva
Estoy a 12 horas de «El Gran Final»…
Ya no hay uñas que morder.
Ya no hay pestañas que quemar.
Ya no hay mucho más que hacer.
Más que subirle a todo el volumen y gritar con Jim…
Más noticias…
… en esta semana de Final de Temporada.
¿Se acuerdan que hace muuuuucho tiempo comenzamos, unos cuates y yo, con una estación de radio por internet llamada Básico FM? ¿Sí? Denle por ahí ‘básico fm’ en buscar y verán una larga colección de posts en donde cuento las vicisitudes de nuestro pequeño bebé.
Hace un par de meses les platicaba que Básico FM había hecho la estación de radio oficial del Vive Latino, el festival de música en español más importante de nuestro país. Poquito después firmamos con OCESA un convenio para continuar haciéndoles VLRadio (por www.vivelatino.com.mx) y sacar una estación de pop a la que llamamos Control FM (por www.ocesa.com.mx). La mayor novedad de nuestros desarrollos fue que en cualquiera de las dos estaciones, uno puede ‘enviar’ una canción a quien uno quiera. Algo así como cuando en la radio le pedías al locutor que le dedicara una canción a tu novia que también estaba escuchando, nomás que ahora se la mandas por correo electrónico y ella la puede escuchar una y otra y otra vez. Y no hay un molesto locutor de por medio.
Bueeeeno, pues hoy me da mucho gusto avisarles que Básico FM es la mano detrás del más nuevo proyecto de Motorola: www.rokrmusic.com, una página absolutamente enfocada a sus teléfonos Motorokr en donde nosotros les hemos hecho la infraestructura para transmitir su propia estación de radio al público de América Latina. Los países que estamos cubriendo con esta página son: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Venezuela. Ahí nomás (sí, nos tuvimos que poner a estudiar portugués).
Y sí, este post es pa’ presumir. Pero si uno no puede presumir este tipo de cosas en su blog, ¿entonces en dónde?
Hoy, como hace 4 años, escuchar es Básico.
¿Qué pasa…
… cuándo la última semana laboral del año tienes el inicio de una maestría, tu examen profesional de la licenciatura y la presentación del guión de tu primer sitcom?
Bueno, pues tienes un Final de Temporada en el sitcom de tu vida.
Nos vemos del otro lado…
Y rápidamente…
… un mensaje de nuestros patrocinadores:
¿Aún no sabe qué regalarme en esta Navidad?
¿El intercambio navideño es una pesadilla debido a que no conoce los gustos de quien le tocó?
¿Cree que mis gustos son raros y que comprando una corbata se libera del compromiso?
Si usted es de estas personas y yo soy quien el destino puso en el papelito que está en sus manos y que lleva el nombre del individuo que le corresponde en el intercambio navideño, siga las siguientes instrucciones:
1. Vaya a mi Wish List de Amazon.com
2. Navegue en ella.
3. Una vez que se ha hecho a la idea de las cosas que quiero y no tengo…
4. Cómprelo.
SalvadorLeal.com: Porque somos la mejor opción de información en lo que a Salvador Leal se refiere.
(jingle) SalvadoooooorLe-al (cha-cha-cha) punto (cha) com (cha-cha-cha)
Crónicas Itamitas I
Es viernes, ya es noche y estoy estudiando.
De la nada, como si no hubieran pasado cinco años, estoy de regreso en el mismo lugar.
Afuera, millones de personas se disponen a salir o han pasado la tarde con sus amigos. Y yo, como me solía pasar en época de exámenes finales en el ITAM, no. Recuerdo que en esa temporada a mí se me olvidaban los días de la semana y sólo me quedaba con las fechas y el examen que me tocaba. 14, Econometría; 17, Microeconomía Avanzada II; 18, Economía Internacional; 22 (sí, juro que una vez tuve un examen un 22 de diciembre), Derecho y Economía.
No importaba si era viernes, sábado o domingo, durante Los Finales™ estaba en la biblioteca. De hecho, la biblioteca del ITAM la abrían las 24 horas para los intensos que querían estudiar Problemas de la Realidad Contemporánea a las 3 de la mañana. Por un papelito pegado que está a un lado de mí, me doy cuenta que la bonita tradición se mantiene. Nunca me vi llegado, de viernes a sábado, a las 2 de la mañana, con mi tambache de libros, apuntes y fotocopias. Me sigo sin ver, pero ahora creo que por lo menos daría una buena premisa para película u obra de teatro.
Como se pueden dar cuenta, me he aburrido un poco y he decidido postear. En mis épocas no había internet inalámbrico. Bueh, y aunque lo hubiera habido, yo no tenía laptop. Uno iba al Centro de Cómputo (donde chequé mi correo electrónico colossus durante los primeros tres años de la carrera, I swear) a perder el tiempo y ver cómo los demás estaban haciendo trabajos finales. Benditos ellos. Yo casi nunca tuve que presentar trabajos escritos, puros exámenes. Ninguno como para el que estoy estudiando ahorita, though. El único que me viene a la mente fue una investigación para Historia Económica de México en donde analicé la importancia tributaria del pulque en la Nueva España. Neto. Resulta que la segunda entrada de dinero más importante para nuestra Madre Patria, era por el pulque. La primera era la plata.
En aquellas épocas no había internet inalámbrico que me permitiera aislarme un rato del estudio. Bueh, para el caso tampoco había blogs ni twitts ni Facebook. Hoy vi a dos itamitas cuyos blogs leo y que ellos no lo saben. Son pequeñas celebridades en mi cabeza (neta sus blogs son muy buenos) pero se me hizo demasiado freak acercarme a ellos y decirles «hola, soy Salvador y me gusta mucho tu blog». No sé si eso se estile entre los universitarios de hoy en día. O si siga siendo tan freak como hubiera sido en mis épocas llegar de la nada con alguien y comenzar una conversación.
Con tristeza he descubierto que una parte de la biblioteca que dejaban abierta los domingos, ha sido cerrada y remodelada. Lástima. Adoraba estudiar ahí los domingos. Llegaba a eso de las 10 de la mañana y me quedaba hasta bien pasadas las cinco de la tarde. Como nunca había nadie, no habían distracciones. Sólo el radio y la tranquilidad que te da un domingo en el sur de la ciudad. Hoy esa zona está convertida en una cosa que denominan «Aulas Ejecutivas». Me he asomado (no se puede entrar) y parece la Sala Centurión de American Express. Me pregunto quién tomará clases ahí. Me pregunto si ha pasado suficiente tiempo como para que yo tome clases ahí.
La leyenda decía que los maestros se ponían más buena onda durante las épocas navideñas. Que, según esto, había más aprobados en la temporada de exámenes finales de diciembre que en la de mayo. Nunca supe si era cierto. Me lo sigo preguntando ahorita, a cinco años de haber pasado mi penúltimo examen de la carrera y a una semana de hacer el último.
Logos
Conforme uno va creciendo, uno va adquiriendo filias y fobias. Unas las tienes desde hace tanto tiempo que son «de toda la vida»; otras son de la más reciente adquisición, pero la fuerza de tu cariño (o repulsión) hacen que te apropies de ellas como si siempre hubieran estado aquí.
A mí siempre me han gustado los logotipos, por ejemplo. Pero hasta muy recientemente descubrí que me gustan también las tipografías. Me vi un documental llamado ‘Helvetica’ que hace homenaje a los 50 años de esa tipografía (una variante que tooooodo el mundo conoce es la letra Arial). Bastante recomendable si eres un freak de las tipografías o apenas un amateur (en el sentido clásico de la palabra), como yo.
Dentro de las muchas cosas que aprendí en ‘Helvetica’, la que más me gustó fue la similitud que existe entre la música y la tipografía. En la música, los silencios son igual de importantes que las notas musicales; deben estar puestos en el momento justo. En la tipografía, los espacios entre las letras son igual de importantes que las letras. No sé, siento que hay algo zen en el asunto.
Peeeero en fin, toda esta introducción es porque no quería dejarlos nomás con un link que me gustó mucho, sino también explicar un poco el génesis de una de mis filias más grandes. Adoro, adoro, adoro, ADORO, pero de verdad, ADORO, los 10 ó 15 segundos en las películas en donde hay una animación de la productora o la distribuidora. Sí, me fascinan hasta el punto de que, si alguien me vendiera un DVD con una recopilación de esos pequeños cortos (para que vean lo irracional de mi adoración, ni siquiera sé cómo se les llama técnicamente), lo compraba inmediatamente. El rayo que cae en un árbol en la productora de Jerry Bruckheimer, el collage de imágenes de DC Comics Film, la bicicleta de Televicine (bueno, quizás esa no), bueno, hasta el rayito chafa de Touchstone Pictures me late. Son re fan, qué le voy a hacer.
Dicho lo anterior, les (me) dejo un link acerca de la historia de los logotipos detrás de las principales casas productoras en EE.UU. Con un dato que dejo sobre la mesa; yo recuerdo haber leído en algún lado que, en un principio, la montaña de Paramount era el Popocatépetl. Tun-tun-tuun.
Bienvenido
Seguro que ya lo vieron y/o lo escucharon. Lo posteo aquí porque la canción me ENCANTÓ. Soy fan. Refan, de hecho. El video viene de la primera entrega de YouTube Live!
El blog
Cualquiera que haya tenido algún tipo de problema relacionado con escribir un blog personal se puede llamar, con todas sus letras, un bloggero. Y hay un tema que un bloggero simplemente no puede soltar porque es un tema con el que le cuesta trabajo lidiar: la autocensura.
Junten a dos o tres de sus cuates bloggeros; junten a un grupo de bloggers en un Chelas & Blogs y verán que, de repente, la conversación se vuelve de reunión de Alcohólicos Anónimos en donde cada uno va contando lo difícil que le resulta vivir cosas que no puede publicar por temor a que alguien se enfade, a que le traiga problemas en la chamba o a que después pueda ser usado en tu contra.
Ejemplos sobran en esos momentos. Digo, creo que muchos leímos, cuando abrimos nuestra cuenta en Blogger (que aún no era comprada por Google, those were the days) una serie de recomendaciones que comenzaban con un sencillo «no seas estúpido, piensa dos veces las cosas antes de publicarlas». Y uno no hacía caso y de repente, del comentario más inocente (o el más divertido, en la mayoría de los casos), llegaban amigos y conocidos a reclamarte «oye, si la fiesta te aburría tanto, ¿por qué fuiste?», «no puedo creer que pienses eso de mí… porque ese del que escribes obviamente soy yo», «tus tías son tan agradables y tú las describes como verdaderos monstruos», «oye, yo también estaba en esa aventura y nomás no aparecí jamás!».
Así que, después del quinto enojo, uno aprendía a guardarse ciertas cosas y no publicarlas, sabiendo que le causarían problemas. Uno, hay que afrontarlo, escribe con un poco de tiento (por no decir «miedo»). Pero, además, sucede un fenómeno curioso. Cuando llega el clásico tipo que comenta que tu post apesta, tienes la capacidad suficiente de decir «hey, imbécil, si no te gusta, vete a leer a otro lado». Claro, cuando llega alguien ‘en la vida real’ a reclamarte, lo único que atinas a responder es algo así como «esteeee, sí… bueno, yoooo… es que ese no eres tu; de verdad!». Patético.
Conozco varios casos en que la cosa no termina bien. O para el bloggero o para el blog. Unos dejan de escribir para siempre, a otros se les pasa después de un rato y deciden volver a publicar pero «ahora sí, anónimo, para que nadie se entere». Eso es lo que les dicen a sus contactos de messenger y compañeros de crimen. Por que ese es otro. Los que escriben blogs (aquí incluyo mis filias personales) nos sentimos un poco Clark Kent y Superman; de día somos Alicia, Elsa, Christian, Armando o Luis, unos mansos trabajadores en las filas laborales y por las noches nos convertimos en Alice, Yosola, Semidios, WOMS o Huevo, ácidos observadores de la realidad en la que vivimos.
De esto se desprende que la tarea del bloggero no es apta para personas con delirio de persecusión. Uno que lleva el suficiente tiempo en esto, sabe perfectamente cuántos llegaron a su blog buscando palabras clave en el último post o a través de una búsqueda en Google con su nombre verdadero. Y, alguien con verdadera obsesión podría estar preguntándose todo el día cuántas personas de su oficina saben que, uno, además de ser un disciplinado burócrata, también escribe sandeces en internet.
Si en mis manos estuviera, propondría que en la siguiente Semana de la Comunicación de alguna universidad, o Coloquio de Blogs, o Encuentro Bloggero o algo así en donde la gente se junta a platicar del presente y futuro de la blogocosa, yo organizaría una mesa redonda en donde la gente pudiera exponer sus frustraciones (y opiniones también) generadas por la autocensura a la que se ven expuestos los escritores de blogs personales.
Yo nomás me dedicaría a moderar la conversación. Obvio. ¿Quién les ha dicho que este es un blog personal?
Fuentes
Sí, está de moda. Ni modo.
Pero hay frases que, por lo que son, necesito poner acá.
«Uno debe tener mucho miedo al escribir. No es un acto natural como comer, o hacer el amor, es en cierto modo un acto contra natura. Es decirle a la naturaleza que no se basta a sí misma, que necesita otra realidad, la imaginación literaria».
– Carlos Fuentes