SalvadorLeal.com

La vida irreal de Salvador Leal

Resolución

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Ya. Tengo demasiadas cosas que hacer. Pero muchas. Y todas son urgentes. Y además me acaban de agendar una reunión mañana a las 4 de la tarde lo que significa que a) voy a tener que venir de trajecito y corbatita y b) que no me voy a poder ir tempra a mi casa en viernes. Argh!

Pero bueh, acabo de leer una frase que me ha gustado mucho y que pienso poner en práctica en este mismo instante: I’m old enough to do what I want, and young enough to do it. En pocas palabras, al diablo el trabajo!

Es curioso, no tengo mucho que contarles y sin embargo he decidido venir a perder el tiempo escribiendo cosas. Por ejemplo, hoy me di cuenta que el hosting de SalvadorLeal.com se venció hace varios días. ¿Que cómo me di cuenta? Sencillo: mi página nomás no abrió y las imágenes que he guardado en aquel servidor nunca se desplegaron. Hablé al servicio de hosting (que no pienso recomendar, digo… son buenos pero no tanto) y me dijeron que mi cuenta había caducado el 12 de agosto, que me habían mandado mails pero que si era Gmail probablemente no habrían llegado.

La frase me pareció una enorme patraña pero aunque de todos modos tenía que pagar, procedí a hacerlo de inmediato (cargo a la tarjeta, shickling!) y para hoy en la tarde, SalvadorLeal.com regresó a su madre. (dato ñoño del día que supongo ya sabían, uno de los significados de ‘madre’ es «Cauce por donde ordinariamente corren las aguas de un río o arroyo» por lo que utilizar la palabre ‘desmadrar’, ‘desmadre’ o ‘salirse de madre’ está correctamente utilizada y no sólo no es una Mala Palabra™ [huy! cómo odio que les digan así a las groserías!!] sino que además están hablando un muy propio y correcto castellano)

Cuando llamé para saber si ya estaba arriba mi página de nuevo, el fulanito que me atendió (de nombre Edgar Pérez) me dijo que no sólo me habían restablecido el servicio sino que además me había dado un pilón. Que si antes tenía capacidad para 5 cuentas de correo (de la cual sólo uso una: salv@salvadorleal.com) ahora tengo 10 a mi entera disposición (pregunta: ¿alguien quiere una cuenta de correo en salvadorleal.com? juar juar), que además me habían aumentado de capacidad y que ahora iba a tener 100Mb, que tendría un usuario web además de poder manejar una base de datos. Para el momento en el que comenzó a hablar del ‘usuario web’ perdí a don Edgar, por lo que si alguien me puede explicar qué diablos fue lo que me dieron de extra, se los agradecería.

Esto de que me den pilón me conflictúa de una manera que no se imaginan. Siento o que el personaje en cuestión está cometiéndo un ilícito para darme un servicio porque le caí bien o que el tipo me está tratando de ligar y por lo tanto está cometiendo un ilícito para ver si yo caigo. Y no, no es que sea demasiado paranoico (bueno, también) pero créanme… ha pasado… varias veces. Shit.

Hoy comí en McDonalds y en la fila del Automac comencé a mandar mensajitos. Mandar mensajitos vía celular es algo que hago cuanto estoy particularmente aburrido. Cuando me contestaron mis mensajitos me sentí afortunado de tener amigos que se toman el tiempo de sacar del aburrimiento a sus cuates. Estrellita en la frente y tres puntos más a mis amigos que contestan mensajitos cuando se los mando desde una junta, un seminario aburridísimo o la cola del Automac.

Me he dado cuenta que no sé cerrar mis posts. Es decir… ahorita ya quería publicar esto que he escrito (y que sigo escribiendo en mi muy particular y ridícula manera de expresar mi inconformidad con la cantidad de chamba que tengo), sin embargo, siempre siento que mis finales deberían tener más punch.
Es más, me atrevería a decir que los mejores posts de este blog son aquellos que tienen un final con punch, ya sea que te hace reír, que te hace sentir mal o que te deja pensando. El desarrollo del post creo que debe ser entretenido y único, con una dinámica especial que te atrape… pero si al final chafeas, creo te quedas como con una sensación de coitus interruptus pero literario.

Supongo que al darle tanta importancia al final, hacer una analogía entre la vida y un post común y corriente no estaría nada fuera de lugar. ¿O sí?

P.D. Este post fue escrito con Aretha Franklin cantando a todo volumen.

Written by Salvador Leal

agosto 18th, 2005 at 7:03 pm

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