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La vida irreal de Salvador Leal

Candidatos 2006

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En los últimos días he tenido varias conversaciones con distintos amigos acerca de las elecciones presidenciales del próximo año.

Si ustedes son no-mexicanos y no tienen idea de lo que hablo, les aviso que el próximo 6 de julio, en México eligiremos a nuestro próximo presidente entre muchas otras cosas más: diputados, senadores, jefes de gobierno y un largo etcétera.
Debido a que el presidente actual no nos salió muy bueno que digamos, desde el segundo año de su gobierno se han ido destapando poco a poco personas que quieren el puesto. Unos lo ven como previsión política, otros como estrategia adelantada y otros como vil arribismo, pero el caso es que desde ya, existen muchos pre-candidatos que quieren ser el nuevo titular del Poder Ejecutivo.

Dentro de estos candidatos, hay tres que puntean en las encuestas y que, debido a que en México no tenemos mejores cosas de las cuales hablar, han acaparado litros de tinta, millones de neuronas y varios cientos de papilas gustativas gastadas de lo tanto que se habla de cada uno de ellos, ya sea en medios de comunicación formales, en pláticas de café entre amigas o en sesiones de alcohol entre cuates. El caso es que desde hace tiempo me encuentro con un común denominador en todas las conversaciones en las que he estado involucrado, y esta es la frase de: «no hay ni a cuál irle: los tres son malos».

Como nunca, los mexicanos nos encontramos en un terrible conflicto de escoger entre cualquiera de los tres personajes que van arriba en las encuestas: sea quien sea, será malo. Uno es un ex-miembro del gabinete del presidente actual que no se caracteriza ni por sus buenos resultados, ni por su manejo de la política interior, ni por su timing político. Otro es un fiel heredero del partido que gobernó a este país por más de 70 años y que tiene una enorme cola que le pisen (los últimos reportes hablan de una cola con el tamaño de la distancia que van de la ciudad de México hasta Villahermosa, Tabasco). El tercero -y el más popular- es un señor al que le encanta satisfacer a sus electores, sin importar cuánto cueste; lo que parece no saber es que eso ya lo tuvimos en el pasado con políticas similares que nos hicieron caer en términos económicos hasta niveles poco explorados por países de nuestro calibre. Como bien me dijo ayer un amigo, tenemos al Inútil, al Corrupto y al Ignorante. Triste elección, ¿no?

Así pues, ayer me fui a dormir con la idea de que, de seguir las encuestas como van, los mexicanos no podremos elegir a nadie que sea medianamente bueno. Sea como sea, eligiremos a alguien más malo que la carne de puerco. Y en un momento de lucidez (de esos pocos que todavía me quedan) se me ocurrió que si vamos a elegir a alguien malo, pues ¿por qué no elegimos al más malo de todos? Si ya sabemos que la elección terminará en alguien terrible, pues por lo menos que sea el mejor de los malos, ¿no?

Y así fue como pensé que igual y la solución de este país está en elegir, ya de entrada, al más malo de todos los malos. ¿Qué les parece?

Gracias a Alfonso por el diseño.

Written by Salvador Leal

julio 20th, 2005 at 5:37 pm

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