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La vida irreal de Salvador Leal

Monstruo Come-Galletas

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A todos los que pertenecen a mi generación (nacidos en el 79, +/- 5 años) nos tocó crecer con ‘Plaza Sésamo’. Pero la versión que a nosotros nos tocó no tiene NADA que ver con lo que se hace ahora; en aquellos tiempos, ‘Plaza Sésamo’ era lo más tercermundista del mundo.
Los personajes vivian en una vecindad poblada por guatemaltecos, colombianos, argentinos y varios mexicanos; se pasaban pequeños documentales de los niños del campo asistiendo a escuelas rurales y ayudando a su papá en la época de cosecha e incluso la cancioncita (que recuerdo muuuuy bien y que estoy dispuesto a pagar por su versión en mp3) era tremendamente folklórica. Es más, recordemos que nuestra versión de ‘Big Bird’ era ‘Montoya’, un perico verde… con eso les digo todo.

Había, sin embargo, algunos personajes que se utilizaban de la versión gringa, ‘El Conde Contar’, por ejemplo, o ‘Beto’ y ‘Enrique’, y uno de los que mejor me caían (gringos, por supuesto) era el Monstruo Come-Galletas.

El único chiste del Monstruo Come-Galletas era, como su nombre bien lo indica, comer galletas (jo-jo) y la razón por la que me caía bien era porque mientras que todo el resto de los muppets de Plaza Sésamo estaban enfocados en enseñarte a contar, o los colores, o cómo cruzar la calle, o la diferencia entre ‘cerca’ y ‘lejos’… al Monstruo Come-Galletas los rollos educativos le valían madres y lo único que quería hacer era zamparse sus galletas.
Si René llegaba y le pedía que comenzara a contar uuuuuuuna galleeeeeeeta, dooooos galleeeeeeetas, treeeeeees galleeeeeetas, este cuate agarraba el plato donde estaban todas las galletas y, sin contarlas, se las comía.
El tipo rockeaba.

Y digo rockeaba porque acabo de leer esta noticia, triste y terrible… Resulta que por todo el problema de obesidad en los Estados Unidos y como un apoyo a dietas alimenticias sanas, el Monstruo Come-Galletas «ampliará sus hábitos alimenticios» según dijo un portavoz de la casa productora de Plaza Sésamo.

¡Carajo! ¡Ya no hay valores! ¡Es llevar el terreno de lo políticamente correcto a fronteras nunca antes exploradas! Pobrecito. Yo que él, renunciaba al show.

Written by Salvador Leal

abril 11th, 2005 at 2:06 pm

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