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La vida irreal de Salvador Leal

Las Cinco del… Martes

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Pues sí, mi cerebro está lleno de tantas cosas, pendientes, chambas, compromisos, citas, juntas y demás… que mi creatividad está al tope. Suficientemente al tope como para usar Las Cinco del Viernes, en martes. Sea pues. No creo que sea tan grave.

1) ¿Hasta qué edad creiste en los Reyes Magos? ¿Quién te descubrió la triste realidad?
¿O sea cómo? ¿¿Acaso están insinuando que los Reyes Magos no existen??
La verdad es que me enteré de la triste realidad bastante mayorcito. No sé si por ser muy ñoño, muy estúpido o una patética combinación de las dos que me persigue a la fecha (por razones obvias, yo voto por la tercera opción).
Lo que lo hizo divertido es que por aquellas fechas en las que yo me enteré de ‘eso’, mi pequeña hermana comenzó a ser ‘consciente’ de que en la Navidad te traen regalos, así que yo adopté el papel de Melchor y era el que ideaba la forma de acomodar los regalos, era el que ponía todos los juguetes de mi hermana en orden y, desde luego, era el que me comía las galletas y la comida que horas antes habíamos puesto juntos.

2) ¿Te dejaba el ratoncito de los dientes algún regalo debajo de la almohada a cambio de los dientes que se te caían? ¿Cuál era el regalo?
Claro que me dejaban!! Y generalmente era un billete de diez mil pesos (OBVIO antes de que le quitaran tres ceros al peso, ¿no?). Recuerdo que todo el dinero que recibía del ratón lo ahorraba en una cuenta del Banco Internacional (hoy conocido como Bital HSBC)… ¿me pregunto dónde estará todo ese dinero ahora?

3) ¿En que juego infantil eras imbatible?
Turista y Monopoly. Los dos son básicamente lo mismo, nomás que el Monopoly tiene más nombre y es más global que el Turista. A la fecha, sigo siendo invencible. Se reciben retas.

4) ¿Coleccionabas estampitas? ¿Llegaste a terminar alguna colección? ¿Cómo llamabas a las estampitas que te faltaban y a los repetidos?
Las estampitas y colecciones de ese estilo me daban una flojera im-pre-sio-nan-te. Mis papás, en un desesperado intento por hacerme un ‘niño normal’ me compraban cientos de sobrecitos con estampitas del mundial de Italia 90 para que llenara el álbum, mismos sobrecitos que yo tiraba en los botes de basura de mi escuela. A la fecha, sigo sin entender la razón de las estampitas y los álbumes. So… los llenas y luego?

5) ¿Llevabas bata (baby, delantal…) en el colegio? ¿Cómo era?
A ver… ya he explicado que iba en una escuela de puros hombres. ¿A los hombres les hacen ir de delantal a la escuela? ¡CLARO QUE NO!
De hecho, una de las cosas que caracterizaban a mi escuela era que aunque era tan estricta y con castigos y tareas fuera de toda proporción, no usábamos ningún tipo de uniforme. La única ocasión (en la primaria) en la que nos uniformábamos eran en los actos cívicos que se realizaban cada dos meses y para el cual nos poníamos el ‘traje de gala’, cuyo diseño no ha variado desde que los fundadores de mi escuela llegaron a México en 1899.
Fuera de esas ocasiones, el resto de los días podíamos ir como se nos pegara la gana (ja!) siempre y cuando no llevaráramos tenis, ni shorts, ni el cabello largo, ni las uñas sucias; además, teníamos que traer un pañuelo en la bolsa y nuestros zapatos relucientes.
Cuando pasabas a la secundaria y la preparatoria, las reglas no cambiaban demasiado. Ahora sí podías usar tenis, pero nunca podías traer el pelo largo, ni aretes o piercings, mucho menos tatuajes o el pelo pintado. Pero fuera de eso… todo lo demás se permitía (snif!)

Written by Salvador Leal

octubre 12th, 2004 at 2:12 pm

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