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La vida irreal de Salvador Leal

Jailhouse Rock

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Cuando yo estaba en la prepa hice una lista de las cosas que tenía que hacer antes de cumplir los 21 años. La lista estaba llena de cosas como ‘lanzarme de paracaídas’, ‘navegar por el Amazonas’ y ‘viajar en submarino’. Dentro de el resto de actividades que tenía que cumplir en tiempo récord, estaba una que en aquel momento que la escribí me llenó de curiosidad pero que ahora que lo he experimentado, puedo tacharlo de la lista y esperar jamás volver a estar en una situación así.

No. No tiene que ver con la zoofilia o el bondage. Una de las cosas que estaba en mi lista era ‘pasar una noche en la cárcel’.

Pues resulta que tuve la oportunidad de visitar un reclusorio. Una vez adentro no me sentí ni oprimido ni encerrado ni mucho menos. Quizás eso fue lo más aterrador.
El reclusorio no se parece a las cárceles que vemos en la televisión. Más bien es como un enorme campus universitario con varios edificios y áreas libres. Los pasillos sí están enrejados, pero una vez que llegas a un ‘área común’, te sientes como si estuvieras en un parque de alguno de los cinturones de misera que pululan alrededor de la ciudad de México.
El uniforme reglamentario es de color caqui y no está homogeneizado en todos los reos, esto es, no hay un sólo modelito sino que la ropa que tengas, con tal de que sea de ese color, sirve. Hay una parte baja que está cubierta con lonas en donde se vende de todo… y ‘de todo’ cubre un rango que comienza con quesadillas y garnachas para terminar con armas y drogas.

El ambiente se siente pesado. El olor es muy característico y se te queda por mucho tiempo después de que ya has salido de ahí. La gente se te queda viendo de una manera bastante extraña y prefiero no darle interpretación a los pensamientos de los reos.

Es una pequeña sociedad donde -ahora sí, muy parecido a las cárceles de las películas- hay varias personalidades: los líderes que traen a su achichincles a un lado, los apestados que aún no se recuperan de la última golpiza, los flojos que no hacen nada y los deportistas que se pasan el tiempo haciendo ejercicio. Todo tiene precio: sentarte en la sombra, dormir con cobijas, no ser molestado. Hasta pareciera que resulta más caro vivir adentro que estar afuera.

Los reos no le tienen miedo a platicar. Muchos de ellos inclusive toman la iniciativa. El problema es cuando comienzan a preguntarte cosas demasiado personales como ‘¿en qué colonia vives?’ o ‘qué bonito reloj…¿dónde lo compraste?’.

La zona de la cocina y la panadería está aparte y cuando llegamos estaban lavando la primera y preparando los bolillos en la segunda. Esa mañana habían dado pancita de desayuno y, aunque me encanta la pancita, el olor penetrante que se desprenden los restos de 3000 raciones en el piso mezclado con agua jabonosa y manteca, me revolvieron el estómago. Los bolillos, por otro lado, olían delicioso.

Los reos escuchan radio y ven televisión. Me acordé mucho de mi antigua jefa en W que decía ‘nunca sabes quién te está escuchando… ni en dónde’. En efecto, los reclusos también bailan ‘La mesa que más aplauda’.

He escrito este post de una manera tan poco fluida debido a que he tratado de acomodar los recuerdos y las sensaciones que tengo en la memoria para darle un poco de orden a un lugar en donde la coherencia no es una virtud que sobresalga.

Salir de ahí es extraño. Al inicio les decía que no me sentí ni oprimido ni encerrado, pero al salir sí se siente una diferencia. No podría describirla, pero es más palpable afuera que adentro.

Asi que… ya visité el reclusorio. Puedo tachar eso de mi lista. Y sí, pensando en todos los que jamás hemos visto la cárcel por dentro, logré meter mi cámara; no es por presumir, pero sacar fotos en el reclusorio es algo prácticamente imposible. Si quieren ver las fotos, entren a la galería de SalvadorLeal.com

Nota: Tooooodavía no aprendo a ponerle pie de foto a las imágenes, pero hay una pequeña explicación de cada una de ellas si dejan el cursor sobre la foto durante más de tres segundos.

Written by Salvador Leal

mayo 20th, 2004 at 12:54 pm

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