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La vida irreal de Salvador Leal

Salvador Va A La Oficina

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El título de este post está inspirado en aquellos cuentos de grises autores de literatura para niños de 3 años. No sé si ustedes recuerden aquellos primeros libros de seis o siete hojas (diez ya era para eruditos) que tenían enormes dibujos y un máximo de quince palabras por hoja. Cada imagen era acompañada de una pequeña y brevísima explicación de lo que le sucedía al protagonista de la historia. Generalmente la trama era sencilla y directa (tan directa como un máximo de diez cuartillas a quince palabras por cuartilla te obligan a ser), esto es: Salvador Se Lava Los Dientes, Salvador Come Verduras o Salvador Tiene Sarampión (Dios, no!)

Pues bien, aquí comienza Salvador Va A La Oficina.
Les pido que se imaginen los dibujitos porque si el dibujo no se me da, el dibujo decorativo de literatura infantil, mucho menos.

1. «¡Pobre Salvador! Su coche está en el taller y no tiene cómo irse a su oficina… ¿qué hará ahora? ¿cómo viajará tan enormes distancias entre su casa y su lugar de trabajo?»
El dibujito muestra al coche de Salvador («Indiana») con el claxon pegado, humo saliendo del cofre y los papeles del coche que muestran que el auto no ha entrado al servicio en mucho tiempo. Junto al coche, Salvador está negro de coraje y le sale humito de las orejas.

2. «Mientras Salvador piensa cómo resolver su problema, se acerca un microbús. ¡Muchas personas viajan en él!»
La imagen es de un microbús con colmillos que salen de la parrilla y, en lugar de faros, unos ojos inyectados de sangre. Salvador se hace a un lado justo antes de que el microbús infernal lo atropelle sádicamente. De las ventanitas del microbús, se ven personas apretadas unas con otras sin poder respirar.

3. «El chofer del microbús no está nada contento cuando Salvador no trae cambio para pagar. Adentro del microbús hay estudiantes y oficinistas que se dirigen a su lugar de trabajo.»
El chofer dice #$%!»%=)&%@»# cuando Salvador trata de pagar con un billete. Al fondo, hay usuarios que se van durmiendo, otros ven con ojos lujuriosos a su compañera de asiento mientras que un último pasajero está sustrayendo la cartera de un burócrata que se ha quedado dormido.

4. «El microbús ha llegado a la estación del metro. El metro viaja por debajo de la tierra y así ahorra mucho tiempo a sus usuarios»
Salvador se baja del microbús y se mete en el metro. De una de las escaleras eléctricas sale una rata que bien podría ser un gato; los vidrios del metro están rayados y la gente tiene cara de niño sacado de ‘The Wall’. La corbata de Salvador se queda atorada en una de las puertas del metro y por poco provoca la muerte por asfixia de nuestro protagonista.

5. «Al salir del metro, Salvador todavía tiene que tomar otro microbús… y ahora tiene que hacer fila pues otros usuarios también quieren llegar a tiempo a su trabajo!»
El dibujo muestra una fila kilométrica a la que no se le ve fin. La gente se golpea para subirse al microbús pues ya se les hizo tarde. El traje y la camisa de Salvador ya están manchados. La corbata parece jerga de gasolinera.

6. «Finalmente, Salvador llega a su trabajo. «¿Qué te sucedió?» pregunta el portero. Salvador sólo se mete a su oficina y cierra con un portazo»
El dibujo de una nubecita gris con un rayito está arriba de la cabeza de Salvador.

7. «…Ahora es tiempo de planear el trayecto de regreso!»
Salvador llora desconsolado en su escritorio mientras la rata que vimos en la imagen del metro se come su lunch.

El viaje no estuvo taaaaan malo. Pero sí me hizo reflexionar mucho; necesito viajar menos en coche y más en transporte público.

(¿¿a quién engaño?? INDIANAAAAAAA, TE EXTRAÑO!!!!!!)

Written by Salvador Leal

mayo 12th, 2004 at 5:08 pm

One Response to 'Salvador Va A La Oficina'

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  1. […] Claro, eso no significa que no me haya dado grandes anécdotas… como aquella ocasión (tres ocasiones, de hecho) en la que se le quedó pegado el […]

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