Acapacapulco!
Oficial de Tránsito: Sus papeles, licencia y tarjeta por favor
Peter: Si, claro oficial… mmm… nomás que como puede ver el coche no es mío
Oficial (levantando una ceja): … ¿entonces?
Peter: Pues resulta que este coche es un coche rentado
Oficial: Okey, entonces déjeme ver la factura de la renta de la oficina donde le dieron este vehículo
Peter: Mmmm… lo que sucede es que este coche es de un amigo que renta autos
Oficial: Lo entiendo perfeitamente, lo que necesito es la factura donde dice que usted pagó por el auto
Peter: El problema es que no tenemos esa factura. El coche es prestado
Oficial: Osease que tomaron «prestado» el coche de su amigo
Peter: No, no, no… claro que no, oficial. Nosotros no «tomamos prestado» el auto. Él nos lo prestó
Oficial (con tono de sospecha): ¿Quiere usted decir que un amigo suyo tiene un servicio de renta de autos?
Peter: Sí
Oficial: ¿Que se gana la vida rentando coches?
Peter: Así es
Oficial: Y que les prestó este coche…
Peter: … si
Oficial: … ¿para que ustedes se vinieran a Acapulco?
Peter: Sé que suena extraño pero…
Oficial: … ¿para que ustedes se vinieran a Acapulco.. sin su amigo?
Peter: …
Oficial: Osea que su amigo es muy generoso y que en lugar de rentarles el auto como debe ser, simplemente les dio las llaves para que se vinieran a disfrutar de la Semana Santa… ¿sin él y sin cobrarles?
Peter: Pues… sí
Oficial: Que se me hace que usted y los amigos que trae en estado de ebriedad me van a acompañar a la comisaría.
***
Como les había platicado en el post antepasado, necesitaba un brake con urgencia. Y más tardé en postear mi necesidad imperante de un break, que en lo que me llamó un cuate para invitarme a pasar unos días en su departamento de Acapulco. Bendito sea el blog! Este individuo es un viejo amigo en cuyo cubil playero solemos pasar los días en que las actividades laborales obligan a tomar un respiro aderezado con vodka, por lo que la invitación que me hizo para poner mis neuronas en chanclas y traje de baño me cayó de perlas. Él es de origen danés y su nombre es Lars Jorgen Svend Thrøndr, aunque de cariño lo hemos nombrado Peter.
En el departamento de Peter hemos vivido aventuras que, por su versatilidad, no se podrían concebir en cualquier otro espacio. Desde la creación de ceviche de pez espada aderezado con Mirinda, hasta el encuentro con un viejo capitán de una embarcación llamada ‘La Peregrina’, el departamento de Peter se ha vuelto el escenario de múltiples anécdotas que en su momento contaré en este blog.
Pero para irnos a Acapulco teníamos un reto enorme que salvar antes y ese era el salir de la Ciudad de México justo antes de que toda la población animal, vegetal y mineral saliera también de vacaciones. En pocas palabras, el reto consistía en conseguir que nuestros jefes (los de la oficina, no los paternos) nos dejaran salir lo suficientemente temprano como para evitar el rush de la salida a Cuernavaca de viernes de vacaciones.
Aún está por escribirse el bestseller ‘Porque Me Lo Merezco: 1001 estrategias para hacer que tu Jefe haga lo que tú quieras», pero creo que el grupo de personajes que en esta ocasión conformó la excursión ‘Acapulco Santo’ bien podría escribir uno de los múltiples casos exitosos que vendrían publicados en el libro. En pocas palabras: al que peor le fue, su jefe lo dejó salir a las 11 de la manaña. Yo, debo confesarlo, ni siquiera me presenté a trabajar.
La manecilla grandota aún no le había hecho cosquillitas a la manecilla chiquita (es decir: aún no era el mediodía) cuando los integrantes del ‘Shark Squad’ nos encontrábamos instalados en la comodidad de un Honda Civic blanco cortesía de Ridemex, compañía regenteada por un generoso amigo que nos prestó tan espacioso automóvil (si eso de tener amigos es La Onda).
Menciono lo de espacioso porque tres de los cuatro integrantes del ‘Shark Squad’ ocupamos bastantes más centímetros cúbicos que los que suele ocupar la población en general. El grupo de individuos estaba conformado por:
– Peter. Danés perdido en México cuyo principal hobbie consiste en hacerles la vida imposible a los inquilinos del Buena Vista Social Penitenciary Club.
– Daniel-san. Internacionalista miembro de los cascos azules de la ONU.
– Largo-Joe. Viejo conocido de los lectores de este blog.
– Y yo mero.
La escena es de teen-movie: un grupo de cuates subidos en un potente automóvil que recorre la carretera que los llevará a la playa, todo esto mientras en las bocinas suena ‘Shake your coconuts’ de Junior Senior.
La imagen que todos teníamos en mente de nuestros días en Acapulco era bastante fresita (por no decir ‘burguesa’): champaña con jugo de naranja al despertar, angulas de botana, opípara comida y cena de siete cubiertos. Esto, acompañado de largas sesiones de asoleo en el muelle del edificio de Peter, hacían que nuestras mentes desearan estar allá mucho antes de haber pasado la primera caseta.
… si tan sólo hubiéramos sabido lo que nos esperaba.
Al llegar al departamento, descubrimos con sorpresa, que la tía de Peter y sus amigas habían tenido la misma idea que nosotros. Nuestras opciones no eran muchas: o nos quedábamos a compartir el departamento con personas que nos triplicaban la edad y nos arriesgábamos a vivir un Mrs. Robinson meets Cocoon Weekend, o nos dábamos a la tarea de buscar mejor alojamiento.
A eso de las 10 de la noche, y después de buscar y buscar y buscar y buscar y buscar y buscar y buscar y buscar y buscar, encontramos un alojamiento medianamente decente. El lugar se encontraba en una parte de Guerrero al que, técnicamente, ya no se le puede llamar Acapulco. El hotel (o motel) era la viva inspiración del hotel que sale en ‘Y tu mamá también’. El baño del cuarto del motel tenía todo un ecosistema viviendo en el retrete. Pero la playa…
La playa es, sin lugar a dudas, la mejor playa de la zona. Olvidada por el turismo (aunque quizás el turismo se vio obligado a salir de ahí por las condiciones higiénicas del lugar), la zona en la que se ubicaba nuestro motel con nombre de burdel (‘El Nirvana’) es comparable a las zonas invadidas por el turismo alternativo mexicano; entiéndase con esto: Mazunte, Maruata et.al.
Me voy a trabajar un poco. Seguiré contándoles detalles del viaje del ‘Shark Squad’ a Acapulco. Mientras, pueden revisar las fotos en la galería de SalvadorLeal.com