Archive for the ‘pointless a secas’ Category
Raro
1. El daño que provocaron en mi psique tantos y tantos años de presentar exámenes en la escuela es muy probable que jamás termine de ser curado en terapia. Hoy soñé que estaba en un examen de dibujo. El profesor era el mismo que me tocó en 2° y 3° de secundaria, un arquitecto que disfrutaba hacerle la vida complicada a sus alumnos. Recuerdo que la clase me gustaba particularmente porque era de los pocos que entendía cómo hacer bien un ortogonal y un isométrico (mis amigos ingenieros y arquitectos me dicen que eso ya te lo hace una compu en tres patadas) y obviamente yo era su favorito justo por la misma razón.
En mi sueño estábamos en el examen final en donde él nos daba distintas figuras que teníamos que pasar en papel y hacer, justamente, una proyección ortogonal y un isométrico. Recuerdo que, al llegar al salón de clases, el tipo te daba la figura que te tocaba hacer y era loquísimo porque todos tenían figuras realmente complicadas ya no digas de poner en isométrico, sino siquiera de dibujar! Había un tipo con cara de franca decepción que tenía en sus manos un carrusel que giraba trepado en un cono. Yo llegaba tarde pero como era el consentido, me tocaba una hoja de papel con 8 dibujos y yo solo tenía que escoger uno de ellos para copiarlo en la hoja de mi examen.
A la mitad del examen me daba cuenta que parte del examen era que, después de todo el numerito ortogonal-e-isométrico, teníamos que pasarlo en código html y se tenía que ver exactamente igual en la pantalla de una computadora. Yo no me acordaba de ningún comando html y comenzaba a preguntarme cómo diablos le iba a hacer para pasar un examen tan estúpidamente sencillo cuando desperté.
2. ¿No les ha pasado que de repente se les queda pegada una tonadita o una canción y no se puede deshacer de ella? A mí me sucedió el sábado. Durante todo el día tuve pegada la canción -horror de los horrores- del Unicornio Azul de Silvio Rodríguez. Lo peor no fue eso, lo realmente malo sucedió cuando esa tonadita fue sustituida por una canción que escuché en el centro. Era cantada por una rondalla cristiana (sí… leyeron bien… no sólo era una RONDALLA, sino que además era de CRISTIANOS!) y su corito decía «Libertaaaad, libertaaaaad…» y luego otra parte de la canción que hablaba de la aceptación de Cristo y la felicidad.
Es hora que no se me quita la tonadita y estoy a punto de pegarme un tiro. Lamento decirlo pero entre la rondalla cristiana y Silvio Rodríguez prefieron -gulp- a Silvio.
3. Hoy salí de mi casa y se me olvidó la cartera en mi cuarto. Aparte de que no tengo un sólo centavo para salir a comer, dentro de mi cartera está mi licencia para manejar.
Lo que me ha sorprendido del hecho de no traer licencia es lo realmente vulnerable que me siento. Hasta el día de hoy no me había sentido nunca protegido por la Ley. Hoy me siento absolutamente desprotegido sin mi licencia. No es que me sienta cometiendo un delito al manejar sin permiso, pero siento que si me pasa algo, la Ley no sólo no estará de mi lado sino que me la dejarán caer con toda su fuerza. La sensación que traigo es rara de verdad y no sé si achacársela a que no me había dado cuenta de la verdadera institucionalidad de una Ley en la vida diaria o a que simplemente tengo hambre y no tengo lana ni para comprar unas papitas.
4. Inserte aquí un enorme suspiro porque el día de hoy cumplo un año de estar en una dieta baja en carbohidratos. De hecho, la última frase del punto anterior es absolutamente incorrecta pues justamente desde hace un año que no como papitas. De hecho, si hago un recuento, hace 12 meses que no como spaguetti, ni papitas, doritos o botanas por el estilo. Tampoco he vuelto a probar un refresco con azúcar (ahora todo lo que tomo es agua mineral o refresco light), ni un bolillo. Snif.
5. Hoy comienza, oficialmente, The Worst Week Of My Year™. No sé si eso provoquemás o menos posts. Sólo pido que, si en algún momento están desocupados, lo disfruten al máximo y brinden ese momento de ocio en honor del wey que escribe este blog y que muy probablemente no tenga tiempo ni para respirar esta semana.
6. Recuerdo la firma del correo electrónico de un viejo amigo, allá en los albores del internet que decía «Silvio Rodríguez es el único que ha tenido un unicornio azul… y lo pierde el imbécil!». Extraño a ese viejo amigo.
Acaparando
Hoy, ahorita, justo hace 10 segundos, me di cuenta que la palabra ‘acaparador’ es una palabra realmente complicada para alguien que no sabe español.
Digo, yo sé qué significa ‘acaparar’… pero si fuera gringo o francés o alemán, creo que me costaría mucho trabajo aprenderme un verbo que representa una acción tan específica. Vaya, probablemente me tendría que aprender las ocasiones en donde se puede ocupar el verbo y esas ocasiones, además, no son muchas.
Creo que si tuviera que aprender español, me las vería negras.
… esos fueron mis 2 minutos de descanso el día de hoy. *sigh*
Volver a repetir
Odio, odio, odio, ODIO, odio con todas mis ganas la frase ‘volver a repetir’. La odio. Me desquicia, saca lo peor de mí. Creo ser relativamente tolerante con los bestialismos a los que nos enfrentamos día a día, incluido el uso de tres verbos en una misma oración (¿a poco no han escuchado cosas como ‘tratar de volver a hacer’ o ‘quiso seguir tratando’?), las numerosas faltas de ortografía y el uso de la palabra ‘bizarro’ como sinónimo de ‘extraño’ o ‘raro’ (cuando en castellano, ‘bizarro’ significa ‘valiente’… [búsquenlo aquí]).
Pero con el ‘volver a repetir’ nomás no puedo. Es más fuerte que yo. Cuando escucho un «Mire joven, se lo vuelvo a repetir, la avenida está cerrada» o «Te lo vuelvo a repetir, esa es la situación», hasta humito me sale por las orejas.
Nota: Si tú eres de los que utiliza esa combinación de verbos, por favor, razónalos primero. Uno puede repetir las cosas, o puede volver a decir las cosas, pero volver a repetir implica que ya te han dicho la misma cosa en, al menos, dos ocasiones anteriores. Sólo así se permitiría el uso correcto de volver a repetir. Y generalmente no, ese no es el uso que se le da en conversaciones comunes y corrientes.
Por tu atención, miel gracias.
**Este fue un mensaje patrocinado por la Fundación Salvador Leal para el Correcto Uso del Lenguaje**
Otro más de ‘El Informal’
¿Recuerdan que escribo para un programa de televisión que se llama ‘El Informal’?
Si no lo sabían o no se acuerdan, les informo: junto con un grupo de cuates escribimos un programa que sale todos los jueves a las 9.30pm de la noche en Azteca 7 y que se llama ‘El Informal’. Tiene un humor muy particular que utiliza muchos recursos del absurdo y la estupidez. Sí… somos algo tetos (ja!), pero nos divertimos mucho escribiendo y armando el programa.
Pues bien, ya con todo esto dicho, NO SE PUEDEN PERDER EL PROGRAMA DE MAÑANA. ¿Por qué? Pues porque saldrán al aire los tres escritores/creativos que hacemos el programa!! A petición popular, hemos decidido dejar a un lado nuestras vergüenzas y mostrar nuestras feas caras en la tele (dos de los tres somos gente de radio… imagínense la fealdad!)
Espero sus comentarios. No sólo de esa parte sino de todo el programa. Porfa. Quiero saber qué opinan; si han visto las demás emisiones y ahora ésta, es buen momento para repasar nuestros aciertos y nuestras ‘areas de oportunidad’. Lleguen puntuales, ya lo saben, 9.30 de la noche.
De hecho, es muy muy probable que no empiece a las 9.30 en punto (ya saben cómo es la puntualidad mexicana) pero no sean malos y quédense a ver todo el programa… no sólo a los escritores que lo hacemos.
En resumen: El Informal, por Azteca 7. Todos los jueves (sí, mañana) a las 9.30pm.
P.D. Nomás por que me gusta mucho-mucho, les paso la primera nota de ‘El Informal’ de manaña:
Como todos seguramente saben, el lunes pasado falleció Steve Irwin, mejor conocido como «el Cazador de Cocodrilos» — En su honor, harán una bolsa y un par de zapatos con su piel.
Futbol
Extraído directamente desde el baúl de los recuerdos, aquí va el extracto de un post que escribí hace dos años:
«Tenemos que considerar, pues, que durante millones de años nuestros antepasados varones fueron nómadas que (…) formaban una sola línea de cazadores que gritando y corriendo trataban de espantar una manada de jabalíes. Sus vidas dependían de la destreza cinegética y del trabajo en equipo. Gran parte de su cultura estaba tejida en el telar de la caza. Los buenos cazadores eran también buenos guerreros. Luego, tras un largo periodo -tal ves unos cuantos miles de siglos-, muchos varores iban a nacer con una predisposición natural para la caza y el trabajo en equipo. ¿Por qué? Porque los cazadores incompetentes o faltos de entusiasmo dejaban menos descendencia.
(…)
«Tales inclinaciones tienen que seguir presentes en nosotros después de 10,000 generaciones en las que matar animales fue nuestro valladar contra la inanición. Y ansiamos ejercerlas, aunque sea a través de otros. Los deportes de equipo proporcionan una vía.
«Una parte de nuestro ser anhela unirse a una minúscula banda de hermanos en un empeño osado e intrépido. Podemos advertirlo incluso en los videojuegos y juegos de rol tan populares entre los varones preadolescentes y adolescentes. Todas las virtudes masculinas tradicionales -laconismo, maña, sencillez, precisión, estabilidad, profundo conocimiento de los animales, trabajo en equipo, amor por la vida al aire libre- eran conductas adaptativas en nuestra época de cazadores-recolectores. Todavía admiramos estos rasgos, aunque casi hemos olvidado por qué.
(…)
«Una competencia deportiva es un conflicto simbólico apenas enmascarado. Hablamos de ganar y perder una guera con la misma naturalidad con la que se habla de ganar y perder un partido. (…) La mayor parte de los principales deportes se hallan asociados con una nación o con una ciudad y son símbolo de patriotismo y de orgullo cívico. Nuestro equipo nos representa -en tanto pueblo- frente a otros individuos de algún lugar diferente, habitado por seres extraños y, quizás, hostiles.»
SAGAN, Carl, Miles de Millones, Ed. Zeta, Barcelona, 1998.
De pasada
Escuchado en una mesa de conocido restaurante de la zona de Polanco:
Ay no, eso de cortarse las venas con galletas de animalitos está super out!
Lo de hoy es cortarse las venas con barritas de granola!
Adoro los cambios de referencias culturales en las conversaciones juveniles…
Dato
El próximo 4 de mayo, un poquitín después de la una de la mañana, habrá un instante en el que se dará la siguiente alineación numérica en nuestro calendario:
Y eso nunca se volverá a dar Y esto volverá a suceder hasta el año 3006 Y esto no volverá a suceder sino hasta el año 2106. (damn! ya no suena taaaaaa impactante)
(voz de Jack Palance) «Aunque usted… no lo crea»
Limpieza + Cuento
Estoy haciendo limpieza en mi cuarto. Claro, lo voy haciendo por partes. Comencé con la ropa de mis cajones y la ropa del clóset; luego pasamos al grupo de cajas y documentos que tenía guardados de mis dos anteriores chambas… terminar con esto me tomó dos fines de semana (escombrar, como dijera mi abuelita). Acomodé los libros en el librero y puse en una columna todos los que tengo que leer en fechas próximas.
El pasado fin de semana terminé con la zona de los zapatos y comencé con los cajones de mi escritorio. Justo en uno de los primeros cajones me encontré un cuento que escribí hace varios (muchos) años. Y como nunca les he puesto *verdadera* creación literaria original, pues aquí se las dejo.
El cuento no tiene título, así que se aceptan sugerencias. Ahí les va:
El Sol estaba a punto de llegar a su posición más alta en el cielo. Ya era la hora.
Como lo marcaban los códices y las tradiciones, el juego comenzaría en el instante preciso en que nuestro Sol, aquél por el que trabajamos, vivimos, dormimos y cantamos, llegara a su cenit. Todos los juegos eran importantes, pero ésta no era cualquier confrontación para Mazatzin. Su vida dependía del resultado y no pensaba dejar que Totocani fuera quien se llevara el triunfo, la gloria y la supervivencia.
Un juego de pelota no era nada sencillo; requería una destreza y una velocidad que muy pocos alcanzaban después de arduos entrenamientos que hacían desfallecer aún a los guerreros más fieros. Pero en este caso, los contendientes eran fuertes y experimentados; tanto, que el anuncio de la confrontación entre Totocani y Mazatzin había causado revuelo aun más allá de su círculo de amistades… ¡el propio Tlatoani, gran emperador de Tenochtitlán, iría al encuentro!
El juego no fue fácil. El Sol, nuestro Sol, descargaba con especial saña sus rayos sobre los dos jóvenes que se batían en el campo. Por momentos parecía que uno aventajaba al otro para que, instantes después, éste se recuperara y cobrara terreno sobre el primero. Ninguno de los espectadores recordaba un encuentro tan cerrado y difícil, nadie podría pensar en otra ocasión donde las habilidades de cada jugador alcanzaran tal nivel de perfección y esfuerzo. El marcador, un conjunto de piedras verticales que movían sus muescas según los puntos que cada uno de los jugadores fuera anotando, miraba estoico el desarrollo del partido.
El tiempo transcurría y los dos todavía estaban demasiado parejos para poder adivinar quién sería el ganador, aunque por lo destacado de los jugadores, el Tlatoani, ansioso espectador de la maestría desplegada en el campo de juego, levantaría los brazos de los dos contrincantes en reconocimiento a su esfuerzo.
De repente, un certero movimiento de Totocani le dio la ventaja que tanto había buscado durante el desarrollo del juego. La palidez cubrió los rostros de quienes apoyaban a Mazatzin. Si él no anotaba un punto en la próxima jugada, la victoria de Totocani sería un hecho y la sangre de Mazatzin correría por la piedra de sacrificios según lo establecido por los dos al momento de concertar el partido.
Sólo se escuchaba la pesada respiración de los dos contendientes que ya no transpiraban sudor sino miedo.
La fuerza en el golpe que dio Mazatzin a la pelota, jamás había sido vista y muchos juraron que sería obra de algún tipo de energía sobrehumana, resultado no sólo de años de entrenamiento sino inclusive de intervención divina. El tiro tenía la fuerza de un rayo y dio a los testigos mucho de qué hablar durante los años venideros. La pelota salió disparada, surcando el campo de juego y trazando el destino del partido.
A la mañana siguiente, al despertar el alba, Mazatzin fue desollado vivo con una doble afrenta. No sólo había fallado el tiro y perdido el partido. El golpe fue tan rápido y potente, que el Tlatoani nunca supo que fue lo que lo mató.
Propósitos
– Dos donas glaseadas de Dunkin’ Donuts.
– Una bolsa mediana de palomitas acarameladas de Cinépolis.
– Tres donas de Krispy Kreme.
– Unos pingüinos.
– Un helado de Oreo Cookies n’ Cream de Baskin and Robbins.
– Un helado de Pralines n’ Cream de Baskin and Robbins.
– Un paquete de galletas Oreo cubiertas de chocolate blanco.
– Una pizza grande de pepperoni y extra queso de Domino’s Pizza.
– Un croissant almendrado de la pastelería La Balance.
– Unos tecolotes con salsa verde de Sanborns.
– Un Bagan de roast beef con queso del Big Red.
– Un choux de La Villita.
– Una lasagna.
Desde hace varios meses estoy a dieta. Low-carb le llaman; eso significa nada de pastas, pan, harinas y azúcares (among other things). ¿Me ha funcionado? Sí. ¿Me he muerto de hambre? No. ¿Me gustaba el pan dulce y los postres antes de comenzar la dieta? No. ¿Ahora? Mataría por un pastelito de El Globo.
Dentro de un mes es mi cumpleaños (19 de marzo, anótenlo en sus agendas). Ese fin de semana planeo comerme las cosas de la lista que acabo de enumerar más las que se me ocurran de aquí al 19.
… the clock is ticking.
Desarrollo
Un día de estos que pueda escribir libremente durante una semana (me imagino en una cabañita con vista al mar), haré un ensayo que se llamará «El papel del Desarrollo en la Creación Humana».
No sé si ustedes se han fijado que muchas de las obras de arte hechas por los seres humanos, particularmente sesgadas hacia disciplinas como la literatura, la música, el cine y la arquitectura, se desarrollan a lo largo de su interpretación. Una historia tiene una trama que se va desenvolviendo, mostrando personajes, lugares y situaciones, que llegan a un clímax (o anti-clímax) para finalmente terminar. Lo mismo las canciones que son reconocidas como particularmente valiosas (por no decir ‘las más populares’ o ‘las más recordadas’) y un desarrollo diferente pero existente, ocurre en las obras arquitectónicas y en la danza.
Sí, releo el párrafo anterior y me doy cuenta de que sera un ensayo deeeeeso, deeeenso. Pero no sé si logré explicarme bien. El fenómeno del ‘desarrollo’ se presenta en las canciones, en las obras de teatro, en las películas y hasta en las civilizaciones creadas por la humanidad. El ‘desarrollo’ no es una consecuéncia lógica del tiempo, sino todo lo contrario; el desarrollo adelanta o atrasa la evolución ‘natural’ de la obra para ponerla en un tiempo más humano. En el caso de la música, por ejemplo, a los sonidos ‘originales’ de la naturaleza (chirridos, golpeteos, los mismos balbuceos y gritos antropoides) se les da una cadencia y un ritmo que no existirían sin la presencia catalizadora de la humanidad.
¿Ya está quedando más claro?
El hombre le da un ritmo propio, *humano*, a las obras creadas por él. Y ese ritmo se refleja en el concepto del desarrollo. Un concepto tan cercano al hombre que es plasmado de manera inevitable. Escojan su libro favorito, o la canción que más les guste y verán que obedecen al patrón del ‘desarrollo’.
¿Y por qué se me ocurrió todo esto? Pues resulta que en el desayuno, mi papá y yo platicábamos que hoy es el aniversario no. 250 de Mozart y de cómo resulta impactante saber que un ser humano pueda llegar a ser y hacer tanto en una disciplina, y que sea lo suficientemente bueno como para perdurar por cientos de años.
Ya después, en el tráfico y escuchando mi canción favorita de Mozart, pensaba en el ensayo que les acabo de platicar y me atrevía a afirmar que una de las cosas que hicieron grandes a Mozart (en otras palabras, una de las características por las que lo consideramos un genio musical) fue el haber llevado el concepto del ‘desarrollo’ en una obra musical a niveles quizás nunca antes escuchados. Y mientras más pensaba en las obras que conozco de don Wolfgang, más me convencía que el tipo tenía un don en lo que a desarrollar las obras musicales se refiere.
Un amigo, compañero de micrófonos y ahora dedicado a editar revistas, me decía una vez que no le gustaban las canciones que terminana en fade out (o sea, que simplemente van bajando el volumen hasta quedar en silencio) pues sentía que al artista (o al productor) mostraba una falta absoluta de creatividad al no saber cómo cerrar su obra. Con sus excepciones, creo que ese argumento engloba en muchos aspectos mi teoría acerca del papel que tiene el ‘desarrollo’ en las obras creadas por seres humanos. Y también se liga con la maestría de Mozart para lograr obras musicales que elevaron el standard del ‘desarrollo’ hasta los niveles a los que pocas personas habían llegado antes: a los más profundamente humanos.
P.D. Sé que es viernes y que no debí haber publicado algo tan rollero, pero si no lo escribía ahorita, seguramente lo hubiera olvidado para el lunes. En la blogosfera uno nunca sabe, por lo que si alguno de los lectores sabe que este concepto del ‘desarrollo’ en las obras humanas ya fue descrito en otra ocasión, no sea malo y hágame el favor de decírmelo. Je! por lo menos para incluirlo en la bibliografía de mi ensayo.
P.D. 2 Y aquí les dejo mi rola favorita de Mozart. Feliz Cumpleaños!!