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La vida irreal de Salvador Leal

Archive for octubre, 2008

Necaxa

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A mediados de la década de los noventa, yo, un Puma de corazón, comencé a ir a los partidos del Necaxa.

Era 1996 y el Necaxa vivía una de las contradicciones más increíbles que me ha tocado ver: era uno de los equipos más exitosos de esos tiempos, pero nadie iba al estadio a verlos jugar. Y era raro, porque había sido campeón en el 95 y en el 96, además de ganar en la Concacaf. Pero eso no era suficiente como para que la gente fuera a verlos jugar al Azteca.

Cuando digo ‘nadie’, no exagero. Yo estaba ahí, y puedo firmar que en el Estadio Azteca no habremos llegado a las 50 personas viendo un partido. Y estaba ahí porque un cuate me invitaba, casi semana a semana, junto con otros amigos, a echar las chelas en el Azteca. Ahora que lo pienso, era un plan genial: entrar al estadio era prácticamente gratis debido a que no iba nadie, las chelas eran baratas, nadie te pedía identificación y si agarrábamos el lado del sol, el calorcito hacía más disfrutables las cervezas.
Este cuate era de esas personas extrañas que invitaba a cuanto se dejara. Cuando estás en la prepa, tus planes generalmente incluyen sólo a tus amigos o amigos de tus amigos… así que cuando alguien, a quien no conoces del todo, te invitaba a algún lugar, no podías dejar de pensar que esa persona era bastante fuera de lo común. Ese era Rodrigo. Claro, en la prepa todos nos hablábamos por nuestros apellidos, así que yo no era ‘Salvador’, si no ‘Leal’; y él no era ‘Rodrigo’, sino ‘Zavala’.

Zavala era totalmente fuera de lo común. Era fresa y tenía coche, pero escuchaba rock mexicano y le gustaba chelear en el estadio Azteca vacío. No discriminaba, cosa extremadamente rara en una escuela donde discriminar por cualquier cosa (lana, calificaciones, papás, coche, físico), era un deporte muy practicado. Y si mal no recuerdo, tenía buenas calificaciones sin ser nada matado y hasta hacía deporte. Raro, pues.
En una anotación al margen, el profesor de inglés, ‘el Arañita’, le decía ‘zabullet’, que es uno de los peores apodos que se nos podrían haber ocurrido a cualquiera.

En fin. Pasamos a sexto de prepa y lo dejé de ver. Él se fue a área IV y yo estaba en área I, y como en el CUM fomentaban bastante la integración dentro de tu misma área y la competencia contra las demás, pues poco a poco dejamos de frecuentarnos. Supe que entró a Derecho a la Ibero porque una amiga era compañera de su generación. Hace unos cuantos días platicamos de si alguno de los dos había vuelto a saber del buen Rodrigo Zavala; los dos coincidimos en que habría que buscarlo y saber qué era de su vida.

Hoy por la mañana, por el Facebook, me enteré que Rodrigo había muerto. Leí, asqueado, los reportes de prensa que decían que lo habían asesinado. No sé ni cómo poner en palabras lo mucho que me pegó la noticia; la mezcla de indignación, tristeza y desencanto sólo atinaron a tratar de recordarlo toda la mañana como el buen amigo que conocí en 5° de prepa y que me invitaba a tomar chelas al estadio Azteca.

Written by Salvador Leal

octubre 13th, 2008 at 4:40 pm

Equipo

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Nomás porque soy muy buena onda, los quiero mucho y soy incapaz de poner en práctica lo siguiente, les voy a regalar una idea.

Una serie de playeras de equipo de futbol, pero negras (o sea, como de árbitro) y que en la parte de atrás, donde vienen los nombres de los jugadores poner apellidos de dictadores famosos de la historia: Mugabe, Amin, Castro, Hussein y Ceauşescu.

¿Late? ¡Pus órale, ya lo están poniendo en práctica! La serie de ‘Los Dictadores’ tiene mucho potencial, nomás es cosa de que le vean horizonte económico.

Written by Salvador Leal

octubre 9th, 2008 at 2:17 pm

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4 more years?

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Hace cuatro años, publiqué en este blog que había una forma bastante poco ortodoxa pero aparentemente muy exacta para conocer quién sería el próximo presidente de los Estados Unidos: conociendo las estadísticas de venta de máscaras de Halloween.

En efecto, y aunque usted no lo crea, parece que existe una correlación entre las máscaras de Halloween más vendidas del candidato de su preferencia, con los resultados finales de la elección presidencial. Justamente, en el post de hace cuatro años mostraba un poco de incredulidad al enterarme que, de acuerdo con las ventas de esa temporada, Bush repetiría como presidente.

Hoy, tengo noticias esperanzadoras. La venta de máscaras para Halloween de este año van como sigue:

Obama, 55%
McCain, 45%

Godspeed, President Obama!

La página es BuyCostumes.com y, por mi búsqueda en Google, este año no le han dado mucha cobertura a esa noticia…

Written by Salvador Leal

octubre 4th, 2008 at 2:49 pm

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68

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Sabines, siempre Sabines.

El crimen está ahí,
cubierto de hojas de periódicos,
con televisores, con radios, con banderas olímpicas.
El aire denso, inmóvil,
el terror, la ignominia,
alrededor las voces, el tránsito, la vida.
Y el crímen está ahí

Habría que lavar no sólo el piso; la memoria.
Habría que quitarles los ojos a los que vimos,
asesinar también a los deudos,
que nadie llore, que no haya más testigos.
Pero la sangre hecha raíces
y crece como un árbol en el tiempo.

La sangre en el cemento, en las paredes,
en una enredadera: nos salpica,
nos moja de vergüenza, de vergüenza, de vergüenza.
Las bocas de los muertos nos escupen una perpetua sangre quieta.

Jaime Sabines – Tlatelolco 68 (fragmento)

Written by Salvador Leal

octubre 2nd, 2008 at 12:44 pm

Posted in política

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Tú tienes una anécdota. Contrario a la gran mayoría de las cosas que platicas en tu blog, esta no tiene exageraciones, ni invenciones, ni nada ficticio. Es una bonita anécdota y parte de lo que la hace bonita, es que es cierta.
La escribes en tu blog y a la gente le gusta (porque sí, es una bonita anécdota). Pero tú sientes que le hace falta algo. Un ‘algo’ que te acompañe mientras te saboreas el final de la historia. Como cuando la canción de los créditos de una GRAN película son el complemento perfecto de esa sensación de bienestar que te da el ver una GRAN película (i.e. Fight Club, V for Vendetta, Kill Bill).

Y un día escuchas una canción y dices: «esa canción es la que estaba buscando para el final de mi anécdota». Y pues decides postearla, cómo de que no. Total, es tu blog y tú haces con él lo que quieras.
Dicho esto, aquí les va una de mis historias favoritas (tanto que la he contado dos veces antes), con el final que se merece. Es algo así como «The Definite Director’s Version of…»

Dentro del autobús
Uno de los factores por los que he hecho muchas de las cosas que he logrado en mi vida ha sido la existencia de personas a mi alrededor que me han dicho ‘no se puede’ en el momento justo.
Si un día se me ocurre una idea, la suelo platicar por ahí para ver cómo funciona en la mente de otras personas y si por casualidad me encuentro con alguien que, con argumentos más o menos inteligentes, me dice que no se puede… no veo mejor excusa para realizar la idea que el demostrar que sí, que sí se puede.

Así sucedió hace casi seis años, cuando se me ocurrió que la estación de radio universitaria en donde trabajaba (el Circuito de Radio y Televisión del ITAM) podía cubrir la llegada de Vicente Fox, el primer presidente electo de un partido distinto en 70 años, al poder en México.
Y cuando conté mi idea, lo primero que me dijeron fue: 1. estás estúpido y 2. no se puede. Las razones eran muchas, que si un medio de comunicación universitario no podía ser considerado como un medio digno de una acreditación para la ceremonia de traspaso de poderes; que si bien el Circuito hacía una buena labor como radio universitaria, el ITAM ni siquiera tenía la carrera de Comunicaciones y que por lo tanto no podía haber ni siquiera una buena excusa para cubrir el evento; que si había una fila interminable de medios nacionales e internacionales que querían estar en el evento… y así, muchas razones para que decirme que no, que me olvidara del asunto, que no se podía.

No recuerdo bien a bien cómo le hice. Sí recuerdo una conversación con Marta Sahagún (a quien conocí en la campaña cuando era la vocera oficial) y con una colaboradora suya de nombre Gina Morris. Recuerdo haber mandado mi solicitud explicando los motivos de la cobertura y también recuerdo que mis motivos no iban mucho más allá de a) demostrar que sí se podía y b) ver Historia sucediendo frente a mis ojos. Contra todas las posibilidades, una mañana recibí un correo electrónico en donde se me indicaba que podía pasar por mi acreditación el 29 de noviembre a un edificio muy cercano a la glorieta de Colón en el Paseo de la Reforma y que ahí recibiría mayores indicaciones.

Para no hacerles el cuento largo (los cuentos largos saben mejor al calor del vodka), el primero de diciembre del año 2000, el día en el que un presidente de un partido distinto llegaba al poder después de más de 70 años de una denominada ‘dictadura perfecta’, aquí su seguro servidor portaba su gafete de prensa y se metía por todos lados acompañado de su fiel minidisc.

Muchas cosas vienen a mi mente de ese día. Recuerdo la cara de Paco Gil cuando me acerqué a pedirle una entrevista a nombre del Circuito de Radio del ITAM. Primero se rió y luego me dijo muy divertido «¿qué no deberías estar estudiando para tus finales?». En efecto… justo mis finales comenzaban la siguiente semana y don Paco, en un afán desmoralizador y en su papel de profesor de Economía en el ITAM, prefirió remitirme a mis deberes académicos que darme ‘la nota’. Recuerdo también que los eventos que más me gustaron de ese día fueron el desfile en el Campo Marte y la celebración en Palacio Nacional. Esa fue la última actividad de ese día (mi día de reportero presidencial) y había autobuses que llevaban a la comitiva desde Palacio hasta el Centro de Prensa en la glorieta de Colón.

Pues bien, yo la neta ya estaba cansado y me quería ir a mi casita a dormir, por lo que vi un camión desocupado, me subí y esperé a que llegaran más compañeros periodistas para irnos al Centro de Prensa. De repente el chofer recibe una orden y arranca. Me había subido en uno de los camiones del Estado Mayor Presidencial.

Lo que sigue jamás se me borrará de mi mente y corresponde al título de este post. Es la imagen de un ‘reportero’ de 21 años que va, sólo, en un autobús a toda velocidad hacia el Centro de Prensa. En cierto momento me doy cuenta que la velocidad del autobús es bastante considerable por lo que decido asomarme para ver cómo diablos le está haciendo para ir a ese ritmo por las congestionadas calles de la Ciudad. Ahí descubro que la policía ha cerrado las calles y que el camión circula entre una valla de personas (hombres, mujeres, niños, familias enteras) deseosos de ver a su nuevo Presidente. Recuerdo sus ojos, sus caras, la esperanza de sus miradas.

Eran caras de personas que habían votado por una alternativa y que querían hacerle saber a su nuevo líder que estaban con él, que lo único que él tenía que hacer era no fallarles. Era un ambiente de fiesta, de la esperanza de los desesperanzados, de ojos que nunca había mirado hacia arriba, de gente que quería celebrar su logro democrático.

Recuerdo que tuve que sentarme a pensar y asimilar lo que estaba viendo. Comprendí muchas cosas acerca del Poder, de quienes están afuera del camión y también de quienes van dentro de él a toda velocidad. Me dio tanta tristeza que me dieron escalofríos.

Y luego hice lo que cualquier wey de 21 años hubiera hecho en mi lugar: abrí la ventana y saludé a la gente.

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Cut Off Your Hands – Happy As Can Be

Written by Salvador Leal

octubre 2nd, 2008 at 9:23 am

Azul

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Pa’ que no digan que no comparto. Tamara posteó recientemente el juego ‘Papelitos‘ como la sensación de las fiestas fresas. Lamento disentir, el mejor juego que se ha inventado se llama ‘Azul’ y es tan corto como efectivo.

Por razones que resultarán obvias más adelante, el juego es 100% fresa. Veamos:

1. Espere a que la fiesta haya entrado en el momento de «vamos a jugar algún juego de chupe». Siente a sus invitados en una mesa.
2. Tome las botellas que se encuentren cerca, de preferencia tequila, vodka o wisky. Viértalo en caballitos y póngalos frente a las personas que sentó a la mesa.
3. Con un juego de azar (ya sea «Disparejo», «Piedra, Papel o Tijeras» o «Zapatito Blanco, Zapatito Azul») nombre a alguien que será la persona encargada de servir la bebida alcohólica elegida. Si hay más de 5 personas sentadas se recomienda que sean dos personas designadas. Si no, nunca falta el abstemio que goza ver a los demás en sus momentos más «brillantes».
4. Consiga la canción ‘Azul’ de Cristian Castro.

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5. Beban cada vez que Cristian diga la palabra ‘azul’.
6. Repítase cuantas veces se quiera/pueda.

Written by Salvador Leal

octubre 1st, 2008 at 7:17 pm

Vader

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El kit de prensa seguramente ha de decir algo así como:
«La exposición es como el Cow Parade, pero con Darth Vader»

Si no dice eso, eso debería decir.

Más del Vader Project, aquí.

Written by Salvador Leal

octubre 1st, 2008 at 5:21 pm

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Rama

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Hoy me desperté con una tonadita en la cabeza. Y no la he soltado todo el día:

Lo siento, mis gustos musicales son raros y torcidos. Pero son míos.

Written by Salvador Leal

octubre 1st, 2008 at 1:46 pm

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