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La vida irreal de Salvador Leal

Vicky

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Su nombre era Vicky y tenía una semana de haber dado a luz. Su hijo había tenido muchísimos problemas al nacer, tantos que ni siquiera había tenido oportunidad de registrarlo o ponerle nombre. Debido a situaciones que, desgraciadamente, son frecuentes en nuestro país, en el hospital le había dicho que no podía hacer nada más por él y que tendría que llevarse a su hijo en dos días. Ella movió cielo, mar y tierra, y consiguió que su cuñado, miembro del ejército, le diera un pase para el Hospital Militar haciéndose pasar por el padre del bebé. Esto le salvó la vida y hasta allá fue a llegar su hijo.

Yo me enteré de esta historia pues mi mamá me la contó. Vicky era amiga de la persona que nos ayudaba en la casa (la famosa Fabi) y le había contado esta historia a mi mamá para que la dejara dormir en el cuarto de servicio durante los días que su hijo estuviera en el Hospital Militar. Esto era un aliviane tremendo pues su casa estaba a más de dos horas y media de camino, un trayecto que si a ti y a mí nos da flojera, para una mujer recién salida de un parto no era nada grato. Mi mamá le dijo que sí, que se quedara el tiempo que fuera necesario. Pero me contó esta historia con un motivo adicional. Quería que yo le enseñara a Vicky cómo irse diariamente al hospital a ver a su hijo.

Me da un poco de vergüenza contarlo ahora, pero debo admitir que la idea no me gustó. Es más, me desagradó bastante. El Hospital Militar ni siquiera estaba hacia el rumbo al que yo iba diariamente a la universidad y tendría que salir más temprano que de costumbre para ayudar a Vicky. Y digo que me da vergüenza porque ahora que pienso en las razones por las que no quería echarle la mano, me parecen francamente estúpidas.
Con bastantes empujones dije que sí y a la mañana siguiente Vicky se subió a mi coche para comenzar el trayecto. Ese día estaba de mejor humor, así que la llevé al punto en donde tendría que tomar el microbús, seguimos al microbús, le dije dónde tendría que bajarse y tomar el otro camión. Seguimos al camión por el Periférico y ahí le mostré en donde se tendría que bajar para tomar un último micro que la dejaría en las puertas del Hospital. De veras, no hice más. Pero tampoco hice menos; le expliqué cuánto le cobrarían en cada uno, más o menos cuánto tardaría y que diría el letrero del autobús que la traería de regreso. Le pregunté si tenía alguna duda, si le podía ayudar en algo más y luego le dije cómo regresarse.

Hoy me recordaron esta historia pues Fabi vino a visitarnos y me platicó que Vicky estaba viviendo en Chilpancingo ahora. Que su hijo tiene seis años y aunque tiene marcas de las operaciones por todo el cuerpo, está bien de salud y es un niño feliz. Y también me dijo que Vicky le puso a su hijo Salvador.

Y la única razón por la que escribo esto, es para no olvidarlo.

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Written by Salvador Leal

julio 1st, 2007 at 2:33 pm

Posted in personal struggle

14 Responses to 'Vicky'

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  1. así nos paga la vida… con nombres, abrazos, lágrimas, que uno ni esperaba… ni imaginaba haber provocado…

    sniffles!!!

    y saludos a tu tocayo!!!

    y pos abrazos pa ti pues…

    =)

    ladelchou

    1 Jul 07 at 3:43 pm

  2. Siempre lo he dicho, uno nunca sabe el impacto que crea en la vida de otro ser humano. Hay veces que ni sabemos de sus existencia, que pueden ser personas que tal vez ni son nuestras amigas, ni familiares; simples compañeros de trabajo, de escuela, o en este caso Vicky.

    Se sintio como un fuerte trancazo, ¿No Salvador?

    Saludos

    Johnyy

    1 Jul 07 at 3:57 pm

  3. DAMN SPEECHLESS!!!!

    semidios

    1 Jul 07 at 5:06 pm

  4. Nunca pensé hablarte en este tono: Más te vale que no lo olvides cabrón!

    Armando

    1 Jul 07 at 5:14 pm

  5. *traga saliva*
    wow!

    Sigue Gozando!

    Mau

    2 Jul 07 at 12:49 am

  6. ¡Y tú que no querías! Hasta me quede callada de la impresión, saludos a tu tocayo.

  7. ¿Eso quiere decir que tú eres el verdadero padre del hijo de Vicky????

    Podrías llegar en unos 25 años para decirle «Chava, I’m your father»!!!

    Charlie Brown

    2 Jul 07 at 8:26 am

  8. Wowww!!! Que bonita historia. Muy de un lunes gris y melancolico. Apenas pa sentarnos con ganas a masticar nostalgias.

    yosola

    2 Jul 07 at 11:38 am

  9. Guau, lo que puede hacer un gesto

    babik

    2 Jul 07 at 10:50 pm

  10. En lo personal, sin cursilerías o ñoñerías, debo aceptar que disfruto muchísimo cuando tengo chance de conocer este tipo de historias… en realidad creo que son los pequeños detalles espontáneos de la vida real que conmueven porque son auténticas muestras de cariño y agradecimiento para las personas que sin darse cuenta comparten un poquito de humanidad… de cercanía… o solidaridad…
    Y bueno, tal vez esta haya sido una lección para tí, pero me queda clarísimo que cada persona que lee… también se lleva al corazón ese mensaje.

    Jana

    3 Jul 07 at 12:34 am

  11. Lo aceptoooo me conmoví *sniffff

    Marco

    3 Jul 07 at 2:18 pm

  12. […] http://salvadorleal.com/2007/07/01/vicky/ — Cuando escribimos cosas para recordarlas. # […]

  13. Me quedo con una enormeeeeeeeeee sonrisa, gracias.

    nueve_estrellas

    4 Jul 07 at 9:21 pm

  14. Q bonita experiencia, que humano es cometer errores y reconocerse culpable, pero remediarlos. Mejor aun, no cualquier persona está dispuesta a reconocerse vulnerable. Me da gusto que no seas una de ellas. Saludos

    The grey girl

    5 Jul 07 at 6:55 pm

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