Fuego
1. He cambiado de chamba y he llegado a un nuevo lugar. He tenido que aprender mucho en poco tiempo. Eso de las curvas de aprendizaje está cañón… quién sabe cuántos miles de millones de dólares le costará a este planeta el aprendizaje humano (laboral, social, cultural, sexual, intelectual…)
Pero bueh, el asunto es que ando en nuevas cosas y nuevos parajes laborales. De hecho, acabo de firmar mi contrato. En él, me obligo a prestar mis servicios y desarrollar mis actividades con «eficiencia, eficacia, intensidad, cuidado, probidad, honradez, lealtad, entrega y esmero». Así dice el contrato.
Me gustó.
Claro, me gustaría aún más que se dedicaran a armarla de tos cada vez que el «empleado» no trabajara bajo el régimen anterior. Me gusta mi nuevo trabajo.
2. Creo que lo que más me gustó del contrato fue que tengo que trabajar con intensidad. Cada vez que escucho esa palabra no puedo dejar de pensar que la vida -aunque suene a comercial de condones- debe vivirse con intensidad. Y luego me pongo a pensar que el verbo vivir debería incluir en su definición el concepto de intensidad, porque vivir lo que se dice VIVIR, sólo se puede hacer con intensidad. Lo demás es pasar el tiempo.
Me caen bien las personas que viven. Me caen bien las personas que deciden caminar por este mundo con verdadera intensidad. Justo este fin de semana me platicaban de un hermano marista de nombre Basilio Rueda. El nombre medio me sonaba (digo, estuve 12 años metido en reclusorios de paga colegios maristas… las cosas se te quedan por repetición) pero lo que realmente me llamó la atención fue la frase que me dijeron de él. La busqué en internet y la encontré. Y aquí la transcribo pero sin el trasfondo religioso que tiene el párrafo original:
«Estás quemando la vida por los dos cabos» -me recordaba el Hermano Léonida-, y me enviaba una página entera de Life en la que se veía un cirio encendido por los dos extremos. Y yo le envié una respuesta tal vez algo insensata: “Ese ha sido siempre mi ideal”.
Quemar la vida, incluso si ha de durar menos tiempo de lo que pudiera haber durado.
Quemar la vida. Reducirla a cenizas. Acabársela, consumirla toda. Aún y aunque dure menos tiempo de lo que pudiera haber durado. ¿No es eso lo mejor que podrías ofrecer? ¿No es lo mejor que podrías hacer?
La vida no se vive. Se quema.
Literalmente: let’s RUN OUT OF LIFE!!!!
semidios
26 Mar 07 at 11:01 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
hola niño pues que gsuto que estes tan feliz en este nuevo trabajo, pues quien disfruta su trabjo hace bien las cosas, la verdad es que me da mucho gusto
leerte y saber de ti, un gran beso y sigue siendo como eres
KARLA PAOLA
27 Mar 07 at 12:42 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
y yo recorde ahora un par de cosas que se queman por la vida:
la reputación y la mota
CREO QUE YO SI HE QUEMADO MI VIDA… y me encanta!
bsos!
MoNo
27 Mar 07 at 4:48 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
Mmmmmmmmmmmmmmmmmmm. no se. Tiene y no tiene razon. Hay que quemar la vida, pero la de uno. Es desesperante el intenso que se propone quemar su vida y la tuya…y entonces no te deja vivir.
Haz paz: acaba con los intensos
yosola
28 Mar 07 at 11:52 am edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
Tal vez mi frase favorita, y una de las más vulgares y prosaicas que pueden existir, puede relacionarse con la intensidad de vivir: «Si te la vas a m#m%r, que te llegue a la garganta».
WJ Porter
28 Mar 07 at 3:13 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
A quemar la vida! a Quemarla, y fumarla! que el verde es vida!
Usuario Remoto
29 Mar 07 at 6:09 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>
[…] Ese día, hoy hace diez años, decidí que comenzaría a quemar mi vida. […]
SalvadorLeal.com » 10 años
3 Jun 08 at 11:15 am edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>