SalvadorLeal.com

La vida irreal de Salvador Leal

Mes Vacances II

with 7 comments

Pues sí. Estoy de vacaciones.

Uno piensa tanto en las vacaciones que cuando llegan me estresa que no estén al nivel con el que he estado fantaseando que sean. Un caso más para el diván.

Este año, la familia (la famiglia) decidió reunirse toda ella en una de las playas del bello Pacífico Mexicano®. La mayoría llegaron desde el lunes y sólo unos pequeños rezagados (y trabajadores) pudimos escaparnos para hoy. En el transcurso de este viaje he descubierto o confirmado varias cosas, a saber:

– No me dejan de sorprender los precios en las tiendas de los aeropuertos. Sigo en shock por haber pagado 50 del águila en algo que en el mundo real me hubiera salido en 15. También continúo trabajando en mi teoría acerca de ‘hacer colas’ y su papel como piedra fundacional de la civilización humana.

– Odio a los bebés en los aviones. Los odio de verdad. Debería haber algún tipo de regulación que evitara que los bebés salieran a la calle hasta que no fueran capaces de repetir el número telefónico de su casa y su tipo de sangre. Y el problema no se acaba con los bebés; los papás de los bebés chillones son el peor tipo de persona que existe. Hacen como si no estuviera pasando nada mientras finjen que el resto del avión no los está viendo. Hoy estuve a punto de pararme y decirle algo a la mamá del niño, pero no se me ocurrió algo digno y pegador… se aceptan sugerencias.

– El fenómeno bloggero realmente es impactante. Para ocupar una de las computadoras en la sala de internet del hotel tuve que esperar varios minutos. Esos minutos fueron porque la inspiración nomás no le llegaba a la fulanita que estaba sentada frente a la pantalla escribiendo su post. Todos (TODOS) en la sala estaban leyendo y/o actualizando sus blogs. Estuve a punto de salir gritando. Me aguanté y ahora estoy posteando esto. Go figure.

– El hotel tiene mil y un actividades que hacer en todos y cada uno de los milímetros cuadrados del terreno. Veo desde windsurfing y arquería hasta alfarería y repostería; no me sorprendería que mañana mi día terminara tomando un curso rápido de historia del arte rumano. Los hoteles con tantas actividades me parecen algo peligroso para la salud mental de sus huéspedes. Como si en su actitud estuvieran gritándole al planeta: hay tantas cosas que hacer que no te acordarás que veniste a descansar. Como si fuera una constante por forzar a la gente a que se ocupe en algo que jamás pensó que quería hacer y que, ya aún haciéndolo, no está seguro de querer continuar.

– Hoy descubrí que necesitaba vacaciones cuando me encontré siendo tan grinch con todo a mi alrededor. La voz de a señorita que estaba en el sonido local del aeropuerto era tan asquerosamente optimista que me daban ganas de ir a hablarle de cosas tristes nomás para que se pusiera a tono.

– Por cierto, odio con todas mis ganas y todas mis fuerzas a los animadores del hotel. Me molesta muchísimo llegar a un lugar y que me obligen a divertirme. «Venga, vamos a bailar!», «¿Dónde quedaron esas palmas?», «Al que no grite, no se le da postre». Bueno, y si no quiero divertirme, ¿QUÉ?

– Además, lo último que necesita mi delirio de persecución es que tooooodos los animadores del hotel me sonrían y me traten bien. Como ya lo había dicho, siento que detrás de esa actitud buscan algo de mí, no sé si con buenas o malas intenciones. Me siento acosado a cada paso que doy.

– En todo este tiempo que he estado aquí, no he visto el mar. Parece que traigo un déficit tan grave de sueño que nomás me senté en uno de los camastros del solarium (un lugar en donde no dejan entrar a nadie menor de 21 años, wahoo!) y me quedé dormido 6 horas. Voy despertando. E, insisto, no he tocado la arena.

El tiempo se acaba, ya revisé mis correos y parece que el mundo sigue girando sin la necesidad de que yo esté conectado a internet las veinticuatro horas del día. Veremos qué tal le va en los siguientes días. Yo aquí seguiré.

A la sombra de palmeras borrachas de sol, reportó para ustedes, Salvador Leal.

Written by Salvador Leal

diciembre 22nd, 2006 at 12:34 am

Posted in vacaciones

7 Responses to 'Mes Vacances II'

Subscribe to comments with RSS or TrackBack to 'Mes Vacances II'.

  1. 6 horas! que rico!!! algo digno y pegador? como que tu no has experimentado eso de la alegria de ser padre, pero luego de llevar tanto tiempo de oir llorar a su bebe estas considerando no experimentarlo si eso conlleva volverse desconsiderado con los demás y lograr cara de apatía mientras la gente te observa como si fueras un apestado.

    magenta

    22 Dic 06 at 1:29 pm

  2. Chale, me siento culpable de cierta manera de que las vacacioncitas que se tomo hace poco en tierra de su servidor no hayan sido «descansantes», pero bueno, es mi culpa y de usted si ya sabia a donde se metia je je je, disfrute mucho sus fiestas y/o lo que haga, se le extrania, lo veo pronto!!! salud, seguiremos leyendo.

    Semidios

    23 Dic 06 at 1:38 am

  3. Cuántas verdades universales tiene tu post.

    Eso de la necesidad de conectividad ya da miedo. Yo me voy de vacaciones a una hacienda y mi mayor preocupación es que tenga WiFi… Cheil!

    Sigue Gozando!

    Mau

    24 Dic 06 at 10:15 am

  4. Feliz Navidad Maestro Leal.

    Que disfrute sus vacaciones!!!

    adso

    24 Dic 06 at 3:45 pm

  5. Yo siempre he pensado que la gente que es animadora de hotel debe tener un gran, pero gran espíritu, porque se me tremendo q tengan el ánimo de fingir alegría y prendidez en todo momento. Esos sí merecen un óscar.

    pd: debería haber un mundo aparte para papás latosos con bebés ídem

    Ingrid

    25 Dic 06 at 6:49 pm

  6. aaaaaaaash, pero cuanta pesadumbre señor, cuanta quejumbre, disfrute y yq oiga!!!
    Besos y abrazos bien grandes, pasesela super bien con la familia!
    ajuuuuuuuua!

    MoNo

    26 Dic 06 at 1:40 pm

  7. El problema de los bebés llorones data de la misma fecha en que la humanidad existe…
    y algo me dice que no será resuelto en muchos siglos.
    Así que te recomiendo que aprendas a manejar ese tipo de situaciones porque siempre las encontrarás donde menos te lo esperes.

    Hace muchos años, en el cine, un fuerte llanto infantil nos hacía perder la cordura a todos los asistentes… Un grito desde la parte de atras de la sala convirtió el enojo en carcajadas:

    «Niño! Ya dile a tu mamá que se calle!»

    Felicitaciones por la época.

    aleXb

    26 Dic 06 at 5:39 pm

Leave a Reply