Tras bambalinas
Bueh, antes que nada quiero agradecer muchísimo a todos los que vieron el programa de ayer jueves. No se imaginan la cantidad de mensajes vía sms, msn y mail que llegaron, primero aventando la mejor de las vibras y después criticando despiadadamente el programa. Aquí mismo en los comments han habido intercambio de opiniones que agradezco de todo corazón.
Primero que nada quiero decir que lo que voy a hacer a continuación, lo voy a hacer muy poco. Esto es, después de ahorita, voy a evitar lo más posible justificar los chistes, el humor, los personajes o el sentido de los comentarios de El Informal; y no porque crea que tengamos la razón o seamos los más graciosos de México, sino más bien porque a) es doble chamba: escribir el chiste y justificarlo en el blog, b) si tengo que explicar el chiste nuestra chamba estuvo mal hecha y c) mi vida -que es la principal protagonista de este blog- incluye otras cosas aparte de mi incipiente carrera como escritor de televisión.
Pero bueh, ahí voy. Les paso al costo las primeras reacciones.
Sí, hay gente que aborreció el programa. Esto puede ser porque esperaban demasiado del programa (gracias por ponernos de inicio un alto estándar de calidad!) o porque realmente los chistes les parecieron simplones e idiotas. Por suerte, somos los primeros críticos del programa y varias de las cosas que a ustedes no les gustaron (el chiste del mercado con el platano que sube y la sandía que cae, por ejemplo) a nosotros tampoco nos gustaron una vez salidos al aire.
Como se podrán haber dado cuenta si vieron el programa, nos encanta el humor basado en el absurdo, en lo inesperado y en la burla hacia nosotros mismos. Sin embargo existe una línea muy tenue entre lo absurdo y lo verdaderamente estúpido… que esperarmos no cruzar con demasiada frecuencia, je!
Otro de los aspectos fundamentales es la burla hacia nosotros mismos como programa. De ahí sale la idea de que haya tantos «errores» y críticas directas a los personajes del programa durante el mismo programa; creemos firmemente que, como nos encanta burlarnos de los demás (políticos, artistas y deportistas por igual), tenemos que reírnos primero de nosotros mismos. En esta línea humorística se mueve gran parte del programa, incluidas las partes que son «fuera del aire» (de las que yo soy fan fan fan) en donde muestran que si nos salen mal las cosas ‘al aire’, fuera del aire somos todavía más tetos de lo que parecemos normalmente.
Todos los chistes que pudieron ver ayer por la noche nos funcionaron en papel. Todos se revisaron y los probamos, nos reímos y los pusimos de la manera más graciosa posible. Sin embargo, viene el asunto del ‘delivery’ del chiste. Y aquí es cuando me ligo a otros comentarios que me han llegado en donde dicen que los actores se veían algo nerviosos o acartonados.
Aquí quiero confesarles algo y es que como el 60% de la producción de El Informal es gente que jamás en su vida había trabajado en televisión. Jamás. ¿Es esto una excusa para sacar un mal producto al aire? ¡Por supuesto que no! Sabemos que tenemos con qué hacer un magnífico programa, ahora nomás hace falta aprender y practicar. Pero eso les puede hablar un poco del nivel de compromiso que existe por parte de Azteca para con verdaderos *nuevos* valores. Están MUY cañones.
Y eso sí, podrán tirarle todo lo que quieran a los chistes de El Informal, pero no nos podrán decir que se parece a algo que haya visto antes en la televisión mexicana. Nuestra meta es muy clara… SNL, allá vamos!!
Sin embargo, así como me llegaron todos estos comentarios marcándome los «espacios de oportunidad®» también me mandaron comentarios muy favorables, particularmente del personaje que no tiene brazos pero que es quien hace la traducción para sordomudos (el personaje de llama Manuela Muñón, by the way) y de la llamada telefónica equivocada. Esos, junto con los momentos fuera del aire y la parte de las nuevas caritas del messenger también son mis favoritas.
¿Nos hace falta pulir ciertas cosas? Por supuesto.
¿Sabemos qué es lo que tenemos que mejorar? Simón.
¿Somos complacientes con nuestro trabajo? Por supuesto que no! Las críticas más rudas han venido desde adentro del equipo y buscamos que el siguiente programa sea muchísimo más divertido que el primero.
Otras personas mencionaron que de todo, lo mejor es la severa crítica que se le hace a los noticieros en general. El uso de recursos, los errores y, como dijéramos en W, el misterseo de los conductores de noticias (mistersear: dícese de la acción de ser una diva y actuar como tal) en efecto, están ahí. Y a ellos también van dirigidas nuestras baterías.
No quiero terminar el post sin agradecerle a todos mis cuates que vieron el programa y que me siguen dando cuerda con sus comentarios. De verdad que los quiero rete-harto…