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La vida irreal de Salvador Leal

Días de Radio I

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Trabajar en una estación de radio como W-Radical (WFM 96.9), si bien era mi sueño desde la más tierna infancia, resultó ser todo un reto. El grupo de personas que habíamos llegado como locutores en ese momento (denominados parte de la Nueva Generación Radical, argh!) éramos universitarios con nula experiencia no sólo en trabajar en radio sino en trabajar!! Para muchos fue nuestro primer empleo (bueh, antes trabajé en una estación de AM pero ahí no me pagaron, así que no cuenta) y llegamos con las piernas algo temblorosas a cruzar el umbral del edificio de Televisa Radio en nuestro primer día.
Resulta que el lugar a donde llegábamos a trabajar era, nada más y nada menos, el consorcio de comunicación y entretenimiento en español más importante de Iberoamérica, con la estación de radio de mayor tradición en México (la XEW) y la estación en FM que había sido parte del soundtrack de mi vida desde 1993, año en que la había descubierto: WFM. Y si eso no era suficiente, la persona con la que trabajaríamos (nuestro Jefe directo) era LA voz femenina más reconocida, precisamente por WFM: Charo Fernández.

Si ustedes en algún momento de los noventas vieron el comercial de la revista ‘Eres’, la voz que preguntaba ‘¿Y tú… quién eres? era de Charo; si alguna vez vieron a ‘el Burro y Esteban’ en el Calabozo, quien fue su jefa cuando comenzaban en radio, era Charo Fernández; si han oído hablar de Alejandro González Iñárritu (21 Grams, Amores Perros), pues resulta que él, junto con Charo y Martín Hernández, fueron los que le dieron forma a la primera versión de WFM («Magia Digital»). En pocas palabras, para un fanático de la radio y particularmente de WFM, llegar a trabajar con Charo Fernández era hacer realidad el sueño más salvaje de las fantasías radiofónicas que tenías a los 16 años.

No sé qué es lo que esperábamos encontrarnos al llegar a trabajar a Televisa Radio, pero puedo decir que cualquier cosa que me hubiera imaginado nunca se hubiera acercado ni mínimamente a todo lo que ahí ocurrió.

Quizás para este momento ya se dieron cuenta del potencial que tiene esta historia como guión de serie de televisión: un grupo de jóvenes universitarios que jamás en su vida han pisado una cabina de radio profesional son puestos a trabajar bajo las órdenes de una cuasi-leyenda de la radio juvenil con más de diecisésis años de experiencia. Los resultados se tienen que ver pronto pues se debe demostrar que la decisión que se tomó al poner a seis perfectos desconocidos como locutores, fue la correcta… y si a esto le agregan los ímpetus hormonales que tienen los nuevos locutores entre sí y con los miembros del staff de la estación que ya trabajaban ahí, tienen la fórmula para una excelente serie cómica de enredos y errores.

En lo particular puedo decir que me costó muchísimo trabajo y tiempo el aprender qué es lo que podía decir y qué no y, muy particularmente, la manera en la que lo tenía que decir. No es cosa de llegar, abrir el micrófono, decir la hora, la temperatura y presentar la canción que venía a continuación. No.
No sólo tenías que pensar qué es lo que ibas a decir («preparar tu turno») sino, muy especialmente, cómo lo ibas a decir. «La gente quiere oir música y no te va a prestar su atención más de un minuto y medio», nos decía Charo, «si lo que vas a decir no lo puedes resumir en un minuto y medio, vuélvele a dar otra pensada… o no lo digas!» (… ese consejo me ha ayudado tanto en mi vida profesional después de la radio…). Además, tu turno debía ser un turno con información correcta y oportuna, que implicaba investigación y creatividad, las noticias que dabas debían ser atractivas e interesantes, las llamadas que sacabas al aire tenías que exprimirles lo mejor y así, lograr hacer un buen show. Para eso estabas, para que, con todas las herramientas tecnológicas posibles y con ayuda de la música, pudieras entregar un show integral, interesante y divertido.

Así comenzó una serie de lecciones, unas divertidas y otras dolorosas, unas con abiertas carcajadas y otras con lágrimas amargas. Hubo gritos, regaños, castigos, mentadas de madre e insultos. Si alguien hacía las cosas mal no bastaba con decírselo, había que gritarle que era un imbécil y que no servía para nada; si se cometía un error al aire y tenías la mala suerte de que Charo estuviera escuchando, sonaba el denominado ‘teléfono rojo’ (un teléfono independiente al resto de los teléfonos para el público) y recibías el regaño de tu vida en la soledad de la cabina. Obviamente, cuando regresabas al aire, tu tono de voz y tu ánimo estaban por los suelos y mejor preferías callarte a correr el riesgo de cometer otro error… o que te volvieran a llamar para ahora regañarte porque «la gente no quiere escuchar a locutores tristes, eh… estás muy de hueva, mejor deja pura música».

Charo era ruda. Muy ruda.
Pero al final del día, sabía que generalmente las personas que más te exigen (o las que más te gritan, o las que más te hacen sufrir), son las que te están elevando tu estándar de calidad (ja! me acabo de acordar de mis clases de mecanografía en la secundaria y de cómo aprender a escribir a máquina me costó -literal- sangre, sudor y lágrimas… pero que ahora me permiten escribir a la velocidad de la luz!). Hay varias lecciones que me enseñó, a la buena y a la mala, que sigo utilizando en mi día a día; pero de que me dejó marcado, me dejó marcado.
Es más, hace algunas semanas, cuando fui con Pada (otro compañero de WFM) a ver ‘Los Increíbles’, me dio mucha risa que en el momento en el que escuchamos la voz de Charo en la película, los dos que estábamos casi acostados en el asiento inmediatamente nos sentamos derechitos y con el corazón ligeramente más acelerado y tenso (Charo es la voz de la esposa de Frozone, para quienes ya hayan visto la película).

Pero poco a poco me fui sintiendo en confianza en mi turno (a inicios del 2002 comencé yo solito un turno de 3 horas diarias) y poco a poco fui allegándome de recursos para mejorar mi programa. Lo primero que hice y que le da sentido a todo el post de este día, fue el pensar mi programa de la misma forma en la que Quentin Tarantino ve sus películas.
Él, en la entrevista que le hacen en ‘The Tarantino Connection’ dice:

(…) to me the opening credits are very important because that‘s the only mood time that most movies give themselves. A cool credit sequence and the music that plays in front of it, or note played, or any music –whatever you decide to do– that sets the tone for the movie that’s important for you.

So I’m always trying to find what the right opening or closing credit should be early on when I‘m just even thinking about the story. Once I find it that really kind of triggers me in to what the personality of the piece should be what the rhythm of this piece should be.

You don’t even have to use music it could just be silence, all right! But that’s important, that, in some ways is like the rhythm and more or less the personality that you’re trying to project in this film.

Having «Misirlou» as your opening credits is just so intense it just says «you are watching an epic, you are watching this big old movie – just sit back». It’s so loud and blearing at you, a gauntlet is thrown down that the movie has to live up to; it’s like saying – «We’re big!»

Y lo que dice Tarantino para mí es ley, así que siempre trataba de pensar en el contenido de mi programa (tanto en música como en noticias y comentarios) y poner al inicio una canción que fuera representativa de lo que la gente iba a escuchar por las siguientes tres horas.

Es por eso que hoy, jueves de Blog Rockin’ Beats, les regalo la rola que solía poner justo al inicio de mi programa. Está aquí.

Written by Salvador Leal

febrero 3rd, 2005 at 10:58 am

2 Responses to 'Días de Radio I'

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  1. […] hasta que no nos frustra perder un negociazo gracias a un socio tramposo. Como decía una antigua ex-jefa: “si no es para ti, ni aunque te pongas; y si es para tí, ni aunque te quites”. Ni […]

  2. Salvador, primero con un toque de nostalgia dire, a como extraño desvelarme y amanecer con WRadical!… por otro lado no encuentro mejor persona que tu para hacer la siguiente o las siguientes preguntas, que ojala puedas socorrer esta alma necesitada de lo siguiente;
    Como se llamaba la locutora que tenia una revista en WRadikal entre 5 y 6am? y segunda, recuerdas a caso la rola que tocaba todos los dias al iniciar y terminar?(como cita te dire que tiene un acorde muy muy similar a la de Needin U)
    De antemano te agradeceria mucho mucho mucho

    S

    21 Sep 09 at 5:49 am

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