Lunes de Enero
Es lunes y hace frío. El fin de semana enterito me dediqué a ver uno de mis regalos de Reyes (la primera temporada de The West Wing en DVD) así que vengo con varios cientos de neuronas menos. Me sorprende lo fanático que me he vuelto de esa serie… y a pesar de que no me resulta tan adictiva como 24, tan llegadora como Dawson’s Creek o tan divertida como Seinfeld, creo que se está posicionando como una de mis top 5 favoritas.
El fin de semana también decidí que traeré a mi oficina una tortuga que es la ‘mascota familiar’ desde hace varios meses pero que por razones de personalidad, nadie pela en mi casa. Y cuando digo que nadie la pela es con mucha tristeza… imagínate ser una mascota no deseada! La tortuga vive con nosotros desde octubre y es día que todavía no tiene nombre. Así pues, he decidido romper el delicado ecosistema existente en mi oficina y traerme la tortuga a un lugar donde a lo mejor no recibe más amor o cariño, pero por lo menos tendrá un nombre y un espacio digno.
No me traje a la tortuga el día de hoy pues pienso darle una limpiada a mi escritorio y territorios vecinos… digo, no quiero poner el tortuguero lleno de agua encima de los reportes sin revisar o las revistas a medio leer. Tendrá un espacio decente y un nombre que aún no defino pero estoy abierto a sugerencias.
Lo clásico de los nombres de mascotas (por lo menos en el universo mediático de los comics y las caricaturas), es que la letra con la que inicia el nombre de la mascota debe ser igual al nombre del animal en cuestión. Esto significa que si el ente en cuestión es un ratón (mouse), hay que llamarlo Mickey, si es un conejito (bunny) será Bugs y si es un pato (duck) será Donald o Daffy.
La teoría nos indica que, si el animal en cuestión es una tortuga, debe llamarse Tere o Tituba (como la esclava de la obra de Arthur Miller, ‘Las Brujas de Salem’), pero en lo personal me gustaría ponerle un nombre un poco más creativo, imaginativo o, por lo menos, ad hoc con su situación de tortuga (el nombre de Burocracia ya me lo ganó Mafalda así que pueden ahorrárselo).
Espero propuestas y si ustedes dominan el fascinante mundo de la tortuga (ppfft!), también espero tips.
Finalmente, para los que siguieron atentamente The John Williams Incident es un placer informarles que no, no fuimos a ver al Embajador de la Guitarra y que nos regresaron la totalidad de lo que habíamos gastado. La Fuerza triunfa una vez más!!