SalvadorLeal.com

En México, el Día de Muertos se celebra de manera especial.
Algunas casas (la mía, por ejemplo) ponen una ofrenda a la personas que ya no están con nosotros y que significaron algo especial. Se cocinan los platillos que les gustaban y se ponen ahí junto con algo característico de esa persona (si fumaba, los cigarros que le gustaban; si tomaba, el tipo de alcohol que solía tomar), en una tradición centenaria que considera que los muertos regresarán la noche del 1° de noviembre a ‘convivir’ y deleitarse con esta ofrenda.

Obvio en mi casa no estamos convencidos que mi tía abuela regrese a comerse el strudel de manzana que tanto le gustaba… pero creo que es una buena manera de hacerle (hacernos) saber que no los hemos olvidado y que, en un futuro, nosotros no seremos olvidados tampoco.

(… y, desde luego, también es una buena excusa para comer strudel de manzana)

A parte de eso, se come pan de muerto (un pan redondo azucarado muy sabroso), dulce de calabaza (yiack!) y se regalan pequeños cráneos de azúcar (‘calaveritas’) con el nombre de la persona a la que se lo estás regalando.

Dentro de las muy agradables costumbres que solemos tener los mexicanos, están las otras ‘calaveritas’… no las de azúcar sino las de tinta.
Esas calaveritas son versos que se realizan de las personas que conoces o que tienen algún tipo de relevancia política o social. La característica de los versos tiene que ver, obviamente, con la muerte del involucrado y con las cosas que suele ser o hacer; de hecho, si tú eres extranjero, entra durante estos días a cualquier periódico mexicano y verás publicadas ‘calaveritas’ de mexicanos ilustres que fueron noticia durante el año, no importa si es Fox, Gael o Bejarano.

El buen Árbol ha realizado calaveritas del grupo de personas que conoce en la red (de los blogueros en particular) y he salido publicado yo!! La gran mayoría son de los big-bloggers, pero por ahí hay uno que otro colado. Échenle un vistazo!

Agradezco públicamente y pretendo regresar el detalle… así que allá va:

La muerte busca en el cine
formar parte de un nuevo cast
y en la red, sin problemas obtiene
un sitio creado por Fest

‘Arbol’ tiene por apodo
aunque Agustín es su nombre;
la flaca le busca acomodo
entre sus víctimas, a este gran hombre

Escribiendo una novela
al Árbol, la huesuda sorprende
Y es que esa cabellera,
no en cualquier lado se vende

Sus lectores sólo dicen:
«Fest ha muerto, ya cayó.»
Hoy la muerte es quien escribe
su muy conocido web-log.

(inserte aquí a Salvador recordando sus clases de literatura: «verso dodecasílabo, rima asonante, no, no… es consonate… pero no puedo poner una letra africada palatal sonora rimando con una fricativa glotal sorda!»)