Fin de Semana antiSocial
De todo mi año, este era el fin de semana con más actividades.
El viernes, sábado y domingo no sólo estaban ocupados y apartados. Estaban rebosantes de actividades que realizar, desde la mañana y hasta muy tarde en la noche.
Aquí debo hacer una acotación. Para una persona como yo, que sigue conviviendo con su «Yo a los 15 años», tener ‘plan para el fin de semana’ es mi máximo hit… pues tomemos en cuenta que a los 15 NADIE me invitaba a ningún lugar. Esto significa que mi «Yo a los 15 años» que es como una pequeña vocecita interna, se emociona cada vez que alguien le dice ‘te invito al cine’, ‘vámonos de antro’, ‘te invito a tomarnos unas chelas’ y hasta ‘vamos al súper, ¿vienes?’
Ser ñoño, como pueden constatar, es (era) triste. (inserte aquí una lagrimita)
En fin, regresemos al 2004.
Salvador, aquel ñoño que diez años antes se quedaba viendo películas en su casa los viernes por la noche y escuchaba sus discos los sábados en lugar de salir de antro, hoy se encuentra con una activa (ira ira) vida social.
El viernes es el día más ocupado: Fiesta de la novia de Tomate (que, como él ya aclaró, no es gay) que es un antiguo compañero de aventuras radiofónicas en el CRTV; fiesta de Fai, también viejo lobo de mar del Circuito de Radio del ITAM; fiesta de Javimix, productor de WRadio (el mejor productor de radio que conozco); evento del Colegio La Florida (celebración del evento más importante del año al cual tengo que asistir) y, finalmente, celebración en el Bulldog de la llegada de Hans, el vikingo amigo de Oscar, a la Ciudad de México.
Mientras se acercaba la hora del primer compromiso, la idea de clonarme, buscar un ‘doble’ o mínimo un representante para cada uno de los lugares me fue pareciendo menos descabellada y mucho más sano que el tratar de cruzar tres veces la ciudad para ir a todos y cada uno de los lugares a los que tenía que ir.
Pero la vida, oh! la vida, es mucho más sabia que uno.
Dice el viejo refrán mexicano que ‘el hombre propone, Dios dispone; viene el diablo y todo lo descompone’
A las 7 de la noche a mi «Yo interno» (no confundir con mi «Yo a los 15 años») le dio por hacer un alto en su vida y decidió que, antes de comenzar con la vorágine social, había que ponerse a reflexionar acerca de la vida que he tenido, en dónde estoy, a dónde voy y por qué voy hacia donde voy.
Hágan de cuenta las crisis pre-cumpleaños, pero un viernes por la noche justo antes de salir de fiesta.
Mi etapa de reflexión no duró más de media hora, pero el bajón que me vino después fue de tal magnitud que preferí irme a mi casa, ponerme la pijama y sufrir en el silencio de mi cuarto. Nomás me faltó comprar un bote de helado para comérmelo frente a la tele.
Ese fue mi Viernes Social. El sábado a un amigo que iba a celebrar su cumpleaños con una cena, se le ocurrió cancelarla y el otro compromiso que tenía terminó por venirse abajo también. Así que si el viernes se arruinó por la depre, el sábado se encargó de, solito, regresar el sentimiento. Para el domingo yo ya no quería ni salir a la puerta de mi casa y confirmé las cosas que tenía que hacer para que, en caso de que se hubieran cancelado, ni siquiera me tuviera que bañar y vestir.
Así llegamos al lunes. Nunca pensé que diría esto, pero ¡¡BENDITO LUNES!!
Afortunadamente terminó el Fin de Semana del Terror™. Supongo que de vez en vez ocurre que las cosas no suceden como uno las planea. Moraleja: no planees (jejejeje)
Aprovecho este espacio para a) pedir disculpas públicas a todas las personas con las que no pude celebrar este fin de semana y b) mandarles una gran felicitación a:
– María José, la novia del Tomate.
– Javimix, mi productor favorito.
– El Fai, porque prometí solemnemente sí ir a su fiesta este año
– Jesús Guzmán, porque íbamos a estar con puros ‘famosos’
– Hans & Oscar que, en castigo, se largaron a Cuerna sin invitarme.
– y a todos a los que prometí estar con ellos pero que, por razones ajenas a mi «SuperYo», no les pude cumplir.
(inserte aquí un enooooooorme *SIGH*)