Los sueños
Lo primero que hago al despertarme y lo último que hago antes de dormir es ver televisión. Mi condición de MediaJunkie™ me lo exige.
Ya eran las 2 de la mañana cuando, desesperado por no encontrar nada que ver (tengo Cablevisión básico y analizo seriamente el cambiarme de plan), llegué a un canal sin personalidad. Ya saben, de esos que se quedaron a finales de la década los ochenta y principios de los noventa, con comerciales chafísimas como de tele de provincia (este comentario no intenta lastimar a nadie de provincia, pero nomás comparen los promocionales de TVC con los de Sony o Warner). Este canal, prestado por MVS a Cablevisión, se llama MultiCinema. Cha-Fí-Si-Ma.
La imagen es medio granulada, mal transmitida y las cortinillas a cortes comerciales son la cosa más demodé del mundo. Pero ayer (hoy, pues) a las dos de la mañana, no había más que infomerciales en la mayoría de los canales o programas aburridísimos en el History Channel. Así que llegué hasta ese canal (el 49, justo antes del Disney Channel) y comencé a ver una película. La película se llama ‘La Lengua de las Mariposas’ de José Luis Cuerda.
La película es de esas películas que hacen los españoles para concursar en certámenes internacionales y ganar premios. Está bien escrita, bien dirigida, bien actuada, pero está destinada a ser pasada o en la Cineteca… o en el canal MultiCinema. Pero bueh, el asunto es que hubo una frase que se me quedó muy grabada y con la que me pude ir a dormir en paz:
«En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío»
Me hizo pensar muchas cosas, desde cuando aprendí a leer (me acuerdo perfecto de la sensación de triunfo que fue el poder leer mi primer libro yo solito) hasta ahora que me pongo a escribir con la esperanza de que, algún día, publicaré algo.
Hace algunos meses platicaba una persona ‘mayor’ de cómo a «estas nuevas generaciones» no les gustaba leer ni escribir y de cómo la televisión y los videojuegos habían venido a terminar con la poca cultura de la gente. El ambiente no estaba como para corregirlo, pero creo que a él le hubiera dado mucho gusto ver que el espíritu creador humano es mucho más fuerte que cualquier argumento en su contra, y que la literatura (escrita y leída por humanos), al igual que la vida, will find its way. No importa que sea en pluma y papel, en máquina de escribir o a través de blogs que son escritos y leídos a todas horas.
Hace mucho tiempo leí que cuando la gente escucha que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, no se pone a pensar que parte de esa imagen y semejanza que nos dio fue su propio espíritu creador, las ganas de hacer cosas nuevas y ponerlas a funcionar.
Cada vez que pintamos, cantamos, componemos canciones (no importa que sea rock, electrónico o cumbia), escribimos (cartas, blogs, poemas, novelas)… cada vez que creamos algo, estamos queriendo -y logrando- ser Dioses. Y me gusta.