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La vida irreal de Salvador Leal

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Recuerdo aquellas películas de Enrique Guzmán y César Costa donde el hijo bueno (siempre interpretado por el que sería co-conductor de Un Nuevo Día) salía de la universidad y comenzaba a trabajar arduamente en alguna labor ardua pero relacionada con su carrera. Si estudió derecho, comenzaba en algún despacho de donde se enamoraba de la hija del socio principal; si estudió medicina, entraba a algúna hospital donde se enamoraba de la hija de algún paciente rico, etc. Fuera lo que fuera, lo que hacía al cobrar su primer cheque era comprarle una lavadora (o algún otro aditamento doméstico) a su mamá o a su abuelita. Con el segundo cheque, compraba un coche. Modesto, usado… pero compraba su cochecito para ir de su casa a su trabajo.

Desde aquella época de agujetas de color de rosa y crinolinas para acá, muchas cosas han pasado, comenzando con el fin del Desarrollo Estabilizador y terminando con el Error de Diciembre. Y es por eso que el día de hoy, con el primer sueldo de un recién egresado de la universidad no alcanza ya no digamos para una lavadora, ni siquiera para una bolsita de Ariel… mucho menos para un coche!

Todo esto viene a cuento porque lo primero que me hubiera gustado comprar con mi sueldo, hubiera sido un coche. Ante la imposibilidad de que esto sucediera, decidí hacerme más *productivo* y decidí comprarme una laptop para poder trabajar en cualquier parte que se me antojara. Que estoy en Acapulco y entre chela y chela se me antoja revizar ese reporte que tengo que entregar el lunes… pues ahí está la compu; que me fui de campamento y a la mitad de la noche se me antoja hacer una tablita de excel para ver cuánto tiempo vamos a durar sin agua… pues ahí está la laptop; que estoy en el tráfico y necesito aprenderme la presentación de power point que voy a utilizar en cuanto llegue con algún cliente… pues igual.

Orson llegó a mi vida y desde entonces somos casi inseparables. Desde que pusieron internet inalámbrico aquí en la oficina puedo revisar mis correos hasta en el baño! No se diga bloggear o chatear por messenger. Mi laptop tiene ese nombre en honor del ser humano que más se acerca a lo que podríamos considerar como un role model: Orson Welles. Creo que si a los 23 logras aterrorizar a Nueva York con un programa de radio y a los 26 haces la mejor película de la historia del cine, tienes algo de mérito, ¿no?

En fin, el caso es que Orson y yo hemos llevado una relación estable basada en el mutuo respeto. No me genera demasiados problemas, es bastante versátil y además tiene reproductor de DVD, lo que lo hace el compañero ideal para esos momentos de aburrimiento oficinezco. Sin embargo, hace algunas semanas surgió un problema.

En la barra de Inicio, apareció sorpresiva e intempestivamente, el día de la semana en la que estamos. Así nomás. Abajito de donde dice la hora, salió ‘Lunes’ y luego ‘Martes’ y así…
El que haya aparecido el día de la semana no es un detalle menor; por un lado, no lo puedo quitar. No importa si le doy en configuración, en propiedades de la barra de inicio o en pantalla. Simple y sencillamente no hay cómo quitarlo de manera ‘convencional’. Por el otro lado, el hecho de que haya aparecido el día de la semana justo abajo de la hora, hizo que todos los iconitos que están en la barra de Inicio se hayan hecho más *gordos* y que se vean medio chafones.
Aquí, una prueba:

Aquí viene la pregunta… ¿¿¿ALGUIEN SABE CÓMO QUITARLE EL DÍA DE LA SEMANA A LA BARRA DE INICIO???
He consultado con dos de los mejores ingenieros que conozco y ninguno de los dos ha dado con la solución. Posteé un mensajito en la página de Microsoft y el único wey que me contestó (tres semanas después) en pocas palabras me dijo que ‘no tenía a la mano esa información’.

Ahora ya no estoy pidiendo ayuda, puesto que estoy desesperado. Más bien estoy ofreciendo una recompensa. Estoy ofreciendo pagar una comidita de $200.00 a aquella persona que logre darme las instrucciones necesarias para resolver mi problema.
Sé que hay lectores de este blog que viven fuera del Distrito Federal o que simplemente no me conocen personalmente por lo que la comidita se volvería algo poco práctico. Aquí, públicamente, me comprometo a depositar en la cuenta de su banco de preferencia (o hasta a enviarlo por Western Union!) la cantidad de doscientos pesos 00/100 M.N. si son ustedes los que resuelven el problema que tiene a Orson y a mí, transitando por la calle de la amargura.

Para las propuestas de solución, se tienen dos correos abiertos las veinticuatro horas del día: exlocutor@yahoo.com y exlocutor@hotmail.com
¡Que gane el mejor!

Written by Salvador Leal

mayo 19th, 2004 at 12:11 pm

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