De todo un poco…
– En mi lista de odios, el 14 de Febrero® viene justo debajo de los huevos revueltos, la leche tibia y los exámenes sorpresa. No sólo no entiendo la manía de las personas de trivializar algo [que me parece] tan importante como el Amor y la Amistad, sino que además me genera una molestia genuina. Me trato de tranquilizar pensando en que quizás ocurre lo que con el resto de las festividades, y es que si a la gente no le dicen que festeje algo (a la madre, la Navidad, a los muertos), se olvidan de ello y sólo se ocupan de vivir sus vidas tristes y desgraciadas. Creo que si necesitas de un día para celebrar a tu mamá, al amor o a la amistad, tu vida sí está muy en el hoyo.
– A pesar de todo esto, el Día de San Valentín tuvo tres buenos detalles conmigo. Me regaló ver cuatro autos, tres de ellos estacionados, que fueron decorados con globos y post-its por novias(os) enamorados. El mejor de todos fue el coche que iba en movimiento; era manejado por un tipo que no le pudo quitar unas enoooormes estampas que decían cosas como «BEBE TE AMO» y «NO DEJO DE PENSAR EN TI». ¿Se pueden imaginar la cara de odio que llevaba el cuate? Imagínenlo y multiplíquenlo por cinco. No sé qué era mejor, si su cara o las risas contenidas del resto de los automovilistas.
– Los coches estacionados los vi en la UNAM. Porque sí, hoy fui a la UNAM. No sé si ya les había contado pero mis dudas vocacionales llegaron hasta el nivel de decidir estudiar dos carreras: una que no me gustaba (que era Economía, pero que ahora me gusta) en el ITAM y la otra que era mi adoración (que lo sigue siendo y que es Lengua y Literatura Hispánicas) en la susodicha Universidad Nacional Autónoma de México. Sin dudarlo ni un momento puedo decir que nunca tuve una vida universitaria tan plena como en aquellos días en los que dobleteaba carreras. Obtuve, por un breve lapso, lo mejor de dos mundos. Y digo que fue breve porque a un grupo de personas (llamarlos estudiantes sería darles demasiado crédito) se les ocurrió que no era justo aumentar las cuotas universitarias y decidieron invadir el campus universitario.
– Con La Huelga™, dejé de ir a clases y me dediqué de lleno a la Economía. Luego entré a trabajar a WFM y ya no pude regresar. Volver para terminar la carrera está en mi top 3 de pendientes en mi vida, sobretodo porque dejar la UNAM es de las pocas decisiones que he tomado influido por factores ajenos a mis propios intereses. Lo curioso es que, al final de cuentas, los cegeacheros (como se les denominaba a los huelguistas) lograron el propósito de que no aumentaran las cuotas universitarias. ¿Cuánto cuesta cursar una carrera en la UNAM?, se preguntarán ustedes. La respuesta: 25 centavos de peso ($0.25), o lo que es lo mismo, 2 centavos de dólar ($0.023 USD)
– Platicando con un cuate que tiene familia en Guerrero, hablábamos de cómo una ciudad tan fea como Chilpancingo pudiera ser, ya no digamos ciudad, sino capital del estado. Con la misma personalidad que tiene el queso panela o la jícama, Chilpancingo es un lugar perdido en la mitad de la nada y su único atractivo lo constituyen sus gasolinerías que permiten al viajero cargar combustible en su viaje hacia Acapulco o rumbo a la Ciudad de México.
– Dicho esto, no deja de sorprenderme que Bono (sí, el cantante de U2), haya declarado abiertamente sus deseos de irse a vivir a Chilpancingo (más info, aquí). No cabe duda, uno nunca sabe hasta dónde pueden llegar las excentricidades de los rockstars.
– El jueves voy al concierto de U2. Tengo boletos para la sección de cancha, lo que significa que en estos momentos tendría que estar formado para agarrar buen lugar. Como creo que tengo mejores cosas que hacer de mi vida que irme a formar a pasar tres noches de frío y mal sueño afuera del Estadio Azteca, he renunciado a dicha prerrogativa. Siéntanse libres de ir y tomar mi lugar.
– Ayer, por breves minutos, la luna se vio realmente grandiosa en la Ciudad de México. No sólo estaba grande sino que además tenía un color rojizo muy provocador. Me afectó tanto la luna que estuve a punto de llegar a escribir una poesía acerca del canibalismo que me provocaba ver una luna tan roja y enorme. Hoy le he dado vueltas al asunto y creo que si tuviera que escoger una sociopatía, probablemente sería caníbal. Y no, no son ganas de imitar a Hannibal Lecter ni mucho menos… Creo que tendré que averiguar más del asunto.
– He encontrado un nuevo pintor que me gusta mucho y que se parece mucho a mi favorito (David Hockney). Su nombre es Edward Hopper y un día de estos que escriba una novela, un personaje vivirá «una soledad digna de un cuadro de Edward Hopper».
quien te crees
por decir eso de chilpancingo
mira
tu no eres nadie para
criticar
a
ina belle ciudad,
acapulco
esta feo
comparado con chilpancingo
y ademas
no esta contaminado
y la gente
no es despota
como en otros lugares
aqui hay historia
si no has visto
mendigo ciego
julio
28 May 08 at 8:48 pm edit_comment_link(__('Edit', 'sandbox'), ' ', ''); ?>