México
Sí, otro batón, pero qué le vamos a hacer… ¡le dieron a mi mero mole! La idea sale de la mente retorcida de Armando gracias a una iniciativa de Duveth y responde a una sola pregunta:
¿Qué hago yo por mi país?
Enlisto mis respuestas, en ningún tipo de orden:
1. Consumo. Satanizado por unos, santificado por otros, el consumo hace que la economía de mi país se mueva. Sí, mucho de ese dinero se va a los Grandes Capitales™, pero resulta que ellos le dan trabajo a varios miles de mexicanos no sólo entre sus filas sino también a proveedores de materia prima, servicios, etc. En pocas palabras, cada que voy a echarme unos tacos al pastor, voy al cine o me como unas papitas, ayudo a mi país.
2. Ahorro. Mi gasto corriente es cuidadosamente manejado por alguien que si no se considerara ahorrativo, diría que es marro. Guardo hasta el último peso y todo lo pongo a trabajar. Si fuera un poquito más arriesgado (cosa que, por supuesto, no soy) pondría algún negocio en lugar de que sólo me dé intereses la lana que gano mes a mes.
3. Invierto. Particularmente, invierto en capital humano para mí y los que me rodean. Visito museos, compro y leo libros, veo películas, estudio, pienso.
4. Opino. Este blog es una continuación natural a tener un programa de radio y hablar de lo que me interesa o me preocupa. Recuerdo que cuando decidí dejar de trabajar en WFM para dedicarme de lleno a terminar la carrera de Economía, me dí cuenta que mi trinchera de batalla no estaba en los medios en ese momento. Ahora que tengo un blog que revive de manera periódica, no sólo me permite lidiar con mis demonios internos sino también aportar mi granito de arena. Nunca sabes quién está leyendo, nunca sabes de qué manera tu pensamiento hace eco en la mente de las personas. Creo que escribir y publicar ayuda, aunque de manera muy mínima, a mi país.
5. Trabajo. Y no sólo por el beneficio netamente económico que tiene el que un wey de 26 años pertenezca a la Población Económicamente Activa. Mi chamba, de la que no he hablado mucho en el pasado ni hablaré demasiado en esta ocasión, me permite ayudar a mi país de las maneras más inesperadas. Justamente una de las cosas que me gustan de mi trabajo es saber que sí estoy haciendo la diferencia en muchos temas de interés público.
6. Pago impuestos. El comentario «yo no pago impuestos porque luego se los roban» se me hace reflejo de una mentalidad escandalosamente menor. Con todo el dolor de mi corazón y de mi bolsillo, pago impuestos cuando consumo (el IVA) y el impuesto sobre la renta. El gobierno podría ser más eficiente con el dinero que le pago y podría gastarlo en otros rubros, pero no pienso darle una lección no pagando. Mejor le doy una lección al ejercer mi…
7. Voto. Hago uso de mi derecho ciudadano a hacerme escuchar. Y aunque yo también estoy decepcionado del nivel de nuestros políticos, no votar «porque todos dicen los mismo y nadie me convence» tampoco resolverá el problema. Votar en las elecciones es bueno para mi país, para mi sociedad y para los tiempos históricos en los que vivo. Votar no sólo me asegura un lugar (pequeño, ínfimo) en la historia de la democracia del mundo occidental del siglo XXI, sino que limita la llegada de imbéciles dictadores que creen que saben más que todos sus gobernados.
8. Me alimento bien, me abrigo, me cuido. La gente cree que el gobierno tiene campañas de vacunación o de promoción de una buena alimentación nomás porque sí. No es así. Los enfermos son muy caros. Curar las enfermedades que se generan por una mala alimentación es extremadamente costoso, no sólo en recursos médicos sino en la incapacidad de las personas para tener una vida productiva. Cuidar mi salud es algo que le hace bien a mi país.
9. Convivo con mi familia. Quienes me conocen personalmente, saben que mi familia está en mi top 3 de prioridades personales. Si lo ven de forma mamona, al fomentar que la base de la sociedad esté unida, fomento que la sociedad en la que vivo tenga mucho más cohesión y homogeneidad social. Si lo ven más relajado, tener un lugar en donde se preocupen por tí, te mimen y te quieran es invaluable; motivar la presencia de la familia le ayuda a mi país en más de un sentido.
Dice Quack que la necesidad de quemarnos en público es una de las constantes más afianzadas en los blogs, invito a hacer exactamente lo contrario pasándole el batón a:
– Ruy Feben
– El Huevo
– Alice
– El Mulder (no se vale decir que comérsela lo hace por México)
– Arbol Tsef
– y last, but certainly not least, Semidios
Y tú… ¿qué haces por tu país?