El Turibús™
Empujados por la inercia de un blog, un grupo de cuates logramos sin querer, un muy interesante experimento sociológico-blogguero-literario del que apenas me voy dando cuenta.
Si ustedes han hecho caso de la recomendación implícita de blogs que se encuentran al lado derecho de este catártico blog, se habrán enterado que hubo una abierta pero discreta convocatoria para darnos una vuelta en el Turibús de la Ciudad de México el sábado pasado.
De las personas que asistieron, la gran mayoría son recién llegados a la blogósfera e incluso hubo quien no está interesado en abrir su propia bitácora personal. Eso nos hacía un grupo heterogéneo, unido por la confianza que puedes tener al leer periódicamente a alguien o por conocerlo desde tiempo atrás en la vida real.
El tour lo dimos el sábado y para el lunes ya había varias reseñas del mismo en los distintos blogs de los respectivos invitados.
¿A qué me refiero con que logramos un experimento sin querer?
A que tuvimos un mismo hecho que fue vivido por distintas personas (distintos ojos, distintas maneras de pensar, distintos gustos y/o manías) y que fue reseñado de acuerdo a las características narrativas de cada quién.
Pareciera que La Verdad® como tal no existe. La meta de objetividad que tienen los medios de comunicación convencionales es negada por el principal activo de las bitácoras electrónicas: la subjetividad. En este pequeño experimento (que, insisto, se dio sin querer) cada quién le dio mayor importancia a ciertas cosas y minimizó u omitió otras que para él (o ella) no tenían tanta relevancia. ¿Qué fue lo que realmente ocurrió? Viéndonos filosóficos podría contestar que quizás ni siquiera nosotros que estuvimos ahí y lo vivimos, podríamos saberlo.
Sin embargo, si ustedes quieren leer un mismo hecho visto por distintos ojos y procesado por distintas mentes, léanlo aquí:
Ruy Feben: Quiúbole Chilangia Tour 2005: la minuta
Lulú Marina: ¡¡Desde el Turibú, para el mundo!!
YoSola: Turibús Chilango
Conde de Almaviva: The «Quiúbole Chilangia Tour 2005» Review
Terrible Funk: Aventura bloggera en un segundo piso móvil o Como sobrevivir a un beso sin ser golpeado por una rama
Quack: Mi primer reunion de bloggers
Lillith Galactik: Paseo «offline»
Y ahora sí, después de echarme esta reflexión, este blog regresa a dormir.