Ya nada importa…
Ya llevo 7 horas escuchando la transmisión del desafuero. ¿Saben? Después de 7 horas uno se puede declarar oficialmente asfixiado por la información. Supongo que para estos momentos los diputados sólo tienen ganas de largarse a su casa a que les den un masaje para despertar su trasero. Sé que yo quiero eso.
Hasta a la hora de la comida, que traté de desconectarme un poquito, al restaurante donde comía con un amigo llegó una marimba que comenzó a tocar la melodía esa que lleva por coro «…vamos a Tabasco que Tabasco es un Edén…»
ESO sí es un compló!
Mejor cerremos el día (y la semana) con una rolita… ¿qué les parece?
Con el calor infernal que hemos tenido en el Distrito Federal (tanto el calor ambiental como el político) y con la carga laboral que me ha tocado desde la semana pasada, no he dejado de pensar que lo mío lo mío lo mío, son las vacaciones.
Así que por un momento, regresemos a la playita. La arena, el solecito y el mar son los únicos compañeros. El sonido de las olas se confunde con una canción… ¿cuál? ¿Por qué no van aquí?
