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La vida irreal de Salvador Leal

No marches!!

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El tema de moda en la ciudad de México es La Marcha®. De acuerdo con reportes periodísticos y el vox populi, el próximo domingo 27 de junio habrá una enorme movilización ciudadana del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo del Distrito Federal. ¿El motivo? La inseguridad que se vive día a día en las calles (y casas y restaurantes y antros y microbuses y oficinas y un enoooorme etc.) de la Ciudad.
Pero cuando les digo que es tema de moda, lo digo en serio. De las personas que conozco, más del 60% piensa ir a marchar en contra de la delincuencia que invade nuestras calles. La gente está harta y, en un lugar donde la indiferencia es el deporte regional, el que las personas salgan a las calles a manifestarse habla mucho de lo cansados que estamos de tenerle miedo al lugar donde vivimos.

Aquí quiero hacer dos anotaciones que quizás me hagan parecer aguafiestas dentro el ambiente festivo de la celebración cívica que tendrá lugar el domingo. El primero es el relacionado con nuestro Jefe de Gobierno. Él ha dicho (y seguirá diciendo) que la inseguridad es culpa del modelo económico que rige nuestro país, que los pobres están cansados y que no les queda otra más que delinquir para conseguir comida, que 70 años de corrupción no se pueden solucionar en el tiempo que a él le toca, que él no es Superman y que las cifras no son tan alarmantes como nos la quiere hacer ver ‘el Innombrable’.
Cuando vean los reportajes periodísticos acerca de la marcha y de cómo las personas están enojadas, tengan en mente que eso es un síntoma de que López Obrador no ha hecho su chamba. Recuerden que el modelo económico que él propone es el de un gobierno más *fuerte* (es decir, más poderoso) que vea por sus habitantes (es decir, que cree que los ciudadanos somos niñitos tontos que no nos sabemos gobernar) y hace más felices sus vidas (dándoles pan, circo y trabajo; tres cosas que hace un gobierno paternalista). También recuerden que los pobres no son quienes secuestran con comandos armados y camionetas sincronizadas cual película de Hollywood. Tampoco se crean el asunto de los 70 años de corrupción y malos manejos; el resto del país también sufrió eso y sin embargo existen ciudades perfectamente vivibles el día de hoy, que no tienen en común un partido político sino políticos que se dedican a trabajar y no a hablar acerca de lo bien que trabajan, de cómo ellos sí atienden a las personas y del resto de sandeces que mañana a mañana nos receta Andrés Manuel.
Lo del ‘Innombrable’ ya parece chiste y decir que esta marcha es un complot de la ultraderecha mexicana lo único que logra es romper la frágil cohesión social que tenemos en este país. Poner en guerra a los ‘pobres’ contra los ‘ricos’ ya se hizo en 1910 y no sólo no funcionó sino que el proceso nos costó un millón de mexicanos.
No se dejen engañar. No piensen que ‘es que Andrés Manuel sí trabaja‘ o que ‘mira todo lo que ha hecho por los viejitos‘ o ‘pues él si tiene pantalones para enfrentarse a quien sea‘. El asunto de los viejitos (que es una política perversamente pensada) luego lo platicamos, pero por favor, no se dejen engañar. México no necesita gente así. México necesita líderes que sepan que lo que México necesita son instituciones.

Ahora viene el segundo punto de este post.
Si después de todo este choro creen que los voy a invitar a que salgan a la calle a marchar, están muy equivocados. Como ya lo había dicho en un post anterior, soy demasiado cínico para salir a la calle a marchar. No creo en las marchas, no creo que arreglen nada y no hacen más que llamar la atención de gobernantes que ven en ellos al único factor de cambio en este país. Porque además, la chamba no es sólo de Andrés Manuel y de Vicente, sino de los 500 diputados y 128 senadores (nomás a nivel federal) que tampoco hacen su chamba.

Sé que suena ridículo, pero votar se me hace más efectivo que salir a marchar a la calle. Yo voté por Fox y me arrepiento día tras día; pero me reconozco como responsable de las tonterías que escucho decir al Presidente de mi país. El proceso de aprendizaje no será estéril, pues ya caché que si voto por el que me cae bien, nomás no la va a hacer (claro, en el 2000 la opción de Labastida era casi tan gris como su personalidad) y puede ser que mientras, su esposa o algún otro personaje público, le coma el mandado. Pero así como acepto (con golpe de pecho y todo) parte de la culpa de que tengamos a un Presidente de Fantasía, les digo que yo no voté por López Obrador. No creí en él en campaña y ahora que veo las cosas que hace no sólo no le creo sino que además le temo. Ya verán cuando deje el puesto y nos deje una deuda y políticas de las cuales no nos podamos deshacer jamás. No resultará nada grato… como dijera mi agüelita: de mí se acordarán.

En fin, este post con alto contenido político y color amarillo bilis es para avisarles que no creo en las marchas, así sean a favor de la paz, la justicia y la libertad. No importa si es marchar a favor del libre comercio, la despenalización de las drogas o el McFlurry de Oreo (tres de las cosas que más me gustan en este mundo). No importa. Ejerzo la libertad de no marchar y miraré a la multitud que, sin otro lugar a donde ir, deciden caminar del Ángel de la Independencia al Zócalo de una ciudad que no necesita otra marcha más sino otros gobernantes. He dicho.

Written by Salvador Leal

junio 22nd, 2004 at 12:53 pm

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