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La vida irreal de Salvador Leal

Archive for the ‘personal struggle’ Category

3.0

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Que aquí se sepa… creo que debería dedicarme a cumplir años de manera profesional.
Mis treinta años (duele más escribirlos e imaginárselos, que vivirlos, trust me) han sido un muégano de emociones, buenos momentos y anécdotas para recordar.

Y si este fuera un blog personal, me pondría a enlistar y agradecer a todos los que me llamaron, mandaron mensajes, enviaron felicitaciones por Facebook y por supuesto, a los que, viviendo en la vida real, hicieron de este cumpleaños algo inolvidable. Si fuera un blog personal contaría detalles de las celebraciones, las risas y las Mañanitas; hablaría de mi familia, mis amigos y mi esposa.

Pero como no lo es, pues sólo pongo estas referencias aquí para recordar que la vida no pudo haber sido más generosa conmigo el día en que cumplí tres décadas de vida.

P.D. Archivar este post bajo la categoría «posts al estilo Doogie Howser»

Written by Salvador Leal

marzo 21st, 2009 at 10:50 pm

3 x 3 x 3

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Este año, tres pares de personas que quiero mucho se han esforzado por hacerme, de un tirón, tío triple de tres niñas. Aquí cabe la acotación de que yo sé ser sobrino y primo, pero ser tío es algo que tendré que ir aprendiendo a lo largo del tiempo.

También hay que aclarar que, debido a los enredados lazos familiares que existen tanto del lado paterno como del lado materno, hace mucho tiempo decidí que toda aquella persona distinta a mis padres y abuelos, que fuera mayor que yo, sería mi tío. Y todo miembro de la familia que tuviera mi edad o menos, sería mi primo.
Convertirme en tío significa abrirme paso, además, por el complicado y espinoso camino de *crecer*. Es decir que hoy, hay más probabilidad de que los nuevos miembros de la familia comiencen a ser mis sobrinos que mis primos.

Desde que me dijeron, cada quién por su lado, no he dejado de pensar en qué tipo de tío seré. La neta es que quiero ser el tío cool que da un buen consejo y que sabe de música, pero quién quita que al final termino siendo el tío malhumorado que no aguanta las sandeces de sus sobrinos y les pide que bajen el volumen de sus gritos. Supongo que sólo el tiempo lo dirá.

Mientras tanto, es decir, mientras me transformo en el monstruo ese, utilizaré mis últimos momentos como tío que gusta de la música para dedicarles, desde el fondo de mi corazón, una canción a los próximos padres primerizos (PPP): Toño y Susana, Roberto y Any, y Oscar y Loozie.

La letra de la canción está aquí.

Los queremos mucho,

S+M

Written by Salvador Leal

febrero 4th, 2009 at 7:39 pm

Back 2 School

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1. Si yo tuviera dos rayitas menos de hiperactividad, me cae que me gustaría estar en la escuela el resto de mi vida. Después de la maestría, hacer un doctorado, dar clases, hacer investigación, estudiar un post-doctorado y luego ser profesor emérito para morir frente a la máquina de café en la sala común de maestros. Las escuelas son la mejor barrera contra la realidad que puede existir.

2. Regresar a la escuela ha traido a mi memoria lo mejor y lo peor de ser estudiante. Hay casos en lo que lo mejor, justamente también es lo peor. Escribir a tres tintas, por ejemplo… ya se me había olvidado lo fan que soy de tomar apuntes con pluma negra, roja y lápiz.

3. Mis compañeritos de maestría se dividen básicamente en dos: los que trabajamos y los que acaban de salir de la universidad y decidieron seguir la maestría en lugar de pelearse a muerte por un sitio en el mercado laboral. Con todo el dolor de mi corazón (y de mi ‘niño interno’) debo decir que las clases más entretenidas son en donde la mayoría trabajamos y tenemos más experiencia en La Vida®. Las más chafitas son las que están llenas de personas que no han tenido que vérselas con el Sr. Gutiérrez de Contabilidad que no quiere cambiar el número de una factura.

4. Me pregunto cómo sería si yo estudiara la maestría de tiempo completo. Seguro iría de jeans y playera (contrario al traje y corbata que caracteriza a quienes corremos de la oficina al salón de clases), comería en la escuela y buscaría el mejor pretexto para no entrar a la clase de 7. Supongo también, que viviría con menos estrés tomando en cuenta que no tendría que resolver los problemas de mi oficina Y leer las lecturas Y hacer el trabajo de investigación Y estudiar Y hacer la tarea. La verdad veo mis opciones y creo que elegí bien, hasta eso me gusta trabajar. Nomás me gustaría poder trabajar de jeans y playera.

5. La gran diferencia entre mi última experiencia escolar (la licenciatura) y ésta (la maestría) es, desde luego el papel de las computadoras en el salón de clases. Sigo pensando que es medio mamila tomar apuntes en una laptop; y no sólo mamila, creo que también rompe con la lógica de «los apuntes», esos garabatos que distingues porque son tuyos y que pueden ser tan crípticos como: PP -> mejorar sociedad, fines / NO Schopenhauer. Y a eso aderezarlo con flechitas, correcciones a lápiz, adiciones y hasta dibujitos didácticos que ayudan a completar la idea. Reto a cualquiera a que pueda hacer eso en Word.

6. Hablando de los monitos, recuerdo con mucho cariño los dibujos que Pato y Villamil, compañeros de la prepa, ponían en sus respectivos libros de Inglés en la clase del profesor conocido como ‘El Arañita’ (más de eso, acá). Eran simplemente geniales. Si puedo, un día de estos se los escaneo y pongo aquí. Aunque, como todos sabemos, no hay nada como vivirlo: un chiste siempre será mejor si al reirte arriesgas tu calificación mensual.

7. Estudiar una maestría me ha confirmado que hay una enorme necesidad que no ha sido resuelta aún en esta ciudad. Y eso consiste en la enorme demanda de servicios comunes y corrientes a horas no tan comunes ni corrientes. Si antes no tenía tiempo de irme a cortar el pelo, ¿por qué no existe un servicio de peluquería que abra a las 10 de la noche? ¿o el dentista? ¿o el taller mecánico? Las papelerías de 24 horas ya están muy demodé; creo que lo de hoy debería ser poder ir al gimnasio de 2 a 4 de la mañana justo después de ir con el doctor a que te revise esa carraspera que no te deja en paz desde hace dos semanas.

9. Hay un detalle que se me escapa. Soy un antisocial de closet; siempre lo he sido y creo que siempre lo seré. Y un salón de clases suele ser perfecto para aquellos que, como yo, preferimos llegar a un lugar, escuchar, aprender y largarnos sin dirigirle la palaba a nadie. La gente y yo simplemente no estamos hechos para convivir… Hasta hace un par de clases, me habían obligado a interactuar con mis compañeritos («hagan grupos», «traigan un trabajo en equipo»…), pero ayer que tuve que llevar la laptop para hacer ejercicios en clase, encontré la excusa perfecta para no tener que hablar con nadie más durante el receso: Google Reader.

10. Caí en cuenta que esta es la cuarta universidad de la que soy alumno. Igual y en una de esas, me podría convertir en ‘catador de Universidades’.

Written by Salvador Leal

enero 28th, 2009 at 2:51 pm

Primeras Planas

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Cuando salí hoy de mi casa, iba con la firme intención de comprar al menos tres periódicos del día.
Sí, lo sé. Para los clavados en internet como yo (y mi generación, y mi círculo cercano), los periódicos comienzan a ser reliquias que caducan mucho antes de que siquiera comiencen a imprimirse en la madrugada.
En un mundo lleno de información (y de «información») como el nuestro, las noticias que incluye un periódico que cierra su edición a las 7 de la noche (a las 11 cuando las noticias son importantes), son cosas que pasaron hace once o doce ‘refreshs’ de distancia.

Sin embargo, coleccionar periódicos es una costumbre que tengo desde hace muchos años. Creo que mi colección inicia con el levantamiento zapatista del 94 y se cierra con las 9/11. Desde entonces había dejado abandonados mis recortes en una repisa de mi librero y no lo había vuelto a tocar. Supongo que no habían habido noticias que me llamaran la suficiente atención como para guardarlas. Hasta hoy.

Bueh, miento. En la oficina tengo guardados tres ejemplares de los tres días más fuertes de la crisis económica del mes pasado. Pero hoy recordé con más fuerza mi colección de primeras planas, porque justamente recopila el tipo de noticias que son atemporales: tragedias y triunfos que tocan lo más humano de nosotros. Por un lado está la esperanza del futuro y por el otro la dura certeza de un destino escrito con fuego.

El de ayer es uno de estos días en los que uno está convencido que vivimos en tiempos interesantísimos. Seguramente es un pensamiento muy similar al del resto de los seres humanos que nos antecedieron y al de los que vendrán; pero hay que aceptar que cierta capacidad de asombro que tenemos medio adormilada despierta con estos eventos.

Ya tengo aquí al lado mis primeras planas del periódico de hoy. Pienso, como los otros, guardarlos y leerlos en un par de años; cinco o diez años más. Leer un periódico viejo es como tomar la foto de un día no sólo del acontecer nacional sino de nuestra propia vida. Nos invita a recordar qué hacíamos mientras leíamos el encabezado y qué pensábamos al recorrer las hojas del diario. Nos dice también quiénes éramos nosotros.

Ahora que, gracias a internet, y particularmente al Newsmuseum, podemos ver y quedarnos para siempre con las primeras planas de los periódicos (sólo gringos, en este caso). Denle chance; hoy todo el mundo quiere ver las imágenes históricas… por eso mejor háganle como yo. Espérense unos días (o semanas, o años) y regresen.

Algunas veces las noticias viejas saben mucho mejor.

Written by Salvador Leal

noviembre 5th, 2008 at 8:30 pm

Ocho

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Un día como hoy, pero de 1938, entró en vigor la Fair Labor Standards Act, también conocida como el Wages and Hours Bill. ¿Y?

Pues es la ley que establece, por primera vez, el precedente de la semana laboral de 40 horas, o lo que es lo mismo, el día laboral de 8 horas. ¿Y?

Pues que recordé cuando me explicaron porqué 8 horas era la cantidad justa máxima de horas laborales. Resulta que el día tiene 24 horas y cuando lo dividen entre 3, les da ocho. ¿Y por qué entre 3? Pues porque la vida del hombre debe estar regida en tres grandes bloques de actividades:

– Dormir
– Trabajar
– Divertirse

Así, ocho son el número de horas máximas para trabajar. Lo que yo siento que de repente me falta, son horas de diversión.

Written by Salvador Leal

octubre 24th, 2008 at 8:53 am

Intento

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Lo realmente triste no es que nosotros nos olvidemos de los muertos, sino que, casi de inmediato, los muertos comienzan a olvidarse de nosotros, los vivos.

Post inspirado por lo que hace José Luis Zárate en su blog y en su twitter.

Written by Salvador Leal

octubre 17th, 2008 at 8:20 am

Vida

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“And in the end, it’s not the years in your life that count. It’s the life in your years.”
Abraham Lincoln

Para recordarlo el 19 de marzo de 2009, justo el día en el que cumplo 30 años. *escalofríos*

Written by Salvador Leal

septiembre 1st, 2008 at 7:52 pm

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Entrelíneas

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SalvadorLeal.com era el nombre. Como subtítulo tenía «Menos Crest y Más Zubrowka».
Así era este blog en los inicios. Yo acaba de salir de Procter & Gamble (hence la referencia al Crest) y el subtítulo invitaba al consumo del que, a pesar de los años, continúa siendo mi vodka favorito: el Zubrowka.
El Zubrowka es un vodka de color amarillento que tiene una larga vara de pasto en la botella. Dice la leyenda que ese tipo de pasto tiene propiedades afrodisiacas y que dicha hierba es la causante de que en Polonia todavía haya bisontes vivos. De hecho, la etiqueta del vodka trae un bonito bisonte. La recomendación de los conocedores es que se toma frío, sin hielos y casi-casi de Hidalgo; yo lo prefiero en un vaso de whisky, con hielitos y con sorbos pequeños. Mezclarlo es una grosería. A pesar de que se toma frío, jamás me lo he tomado (ni me lo tomaré) en la playa o en alguna calurosa noche citadina; el Zubrowka es perfecto para las posadas y fiestas de fin de año.

Conocí el Zubrowka gracias a Joe y Peter, en aquel aciago año del 2001. Los tres somos fanáticos del vodka y del vino tinto. En aquellos nuestros años universitarios, tomábamos Zubrowka porque era bueno y barato. Ahora sólo es bueno. Desde siempre lo he comprado en el Palacio de Hierro, sólo que antes costaba $70 pesos y ahora sale en más del doble. Recuerdo que un amigo de WFM se sorprendió de saber que en El Palacio® vendían buen chupe barato. Del puro gusto compró una botella y me la regaló.

Cada vez que terminaba el semestre del verano, se celebraba (se celebra) en mi universidad un festejo denominado «Los Mariachis». No hay mucha ciencia. La celebración consistía en conmemorar la tradicional salida de una generación más de alumnos acompañados de mariachi; el único detalle era que se hacían dentro de las instalaciones de la escuela, la noche de un jueves y con cantidades estúpidas de alcohol. Yo, como buen wallflower que era en la universidad ni quería ir ni quería celebrar ni nada de nada. Esa noche, un amigo, que ni siquiera estudiaba en mi universidad, pasó por mí con una botella de Zubrowka y me obligó a ir. Nunca le pude agradecer el detalle.

Hoy tomo más vino tinto que vodka. Antes tomaba puro vodka. Ron casi nunca. Tequila jamás. El Bacardí Limón con refresco de manzana me sigue gustando pero ahora me da un poco de flojera. En la prepa la bebida era el ‘Moradito’ (vodka [Absolut, obvio]) con jugo de uva.

Me quedé pensando en la expresión «de Hidalgo». ¿Se entenderá en otras partes de Latinoamérica? ¿Tendrá alguna referencia al Padre de la Patria? ¿O se referirá a los antiguos hidalgos españoles (i.e. el Ingenioso _______ Don Quijote de la Mancha)? Si se refiere a Don Miguel, ¿a qué momento histórico homenajeará el tomarse un trago de un solo golpe? El Grito de Dolores no necesariamente fue tan intempestivo, y cuando llega a la Ciudad de México, justamente peca de conservador en lugar de ser arrojado, osado y valiente. Misterio.

Juro que me he tardado en escribir por una falta absoluta de tiempo, que no de ideas. El WordPress lo sabe mejor que yo: hay 70 borradores de posts con temas de todo tipo. Unos apenas son frases de recordatorio mientras que otros son posts con piernas bastante bien desarrolladas que sólo necesitan un empujoncito para comenzar a correr. «Closure», por ejemplo, habla de las últimas películas que he visto (Batman y Wall-E, entre otras), mientras que «WorkOut» es acerca de mi nuevo acercamiento a los gimnasios. Por que sí, estoy yendo periódicamente -demasiado periódicamente- a un gimnasio. Y no a cualquier gimnasio. No, señor. Voy a El Califa de los Gimnasios, al lugar en donde te encuentras a medio mundo de la farándula, los famosos y la socialité. Con decirles que Pocholo y Javier Solórzano están entre mis compañeros de caminadora. Y jamás me había percatado de lo parecidos que son.

«Charlie» es un título provisional para recomendarles que vean, bajen o se pirateen la película de «Charlie Bartlett». Desde «Rushmore», ninguna película le había gustado tanto a mi alter-ego interior. «Monogamia» es un ensayo acerca de cómo la monogamia es lo de hoy, mañana y siempre. Surgió de un par de comentarios y de varios posts que he leído en contra de la monogamia y a los que decidí contestar evitando -como siempre- la mochez y el conservadurismo.
Los posts poco a poco se van haciendo más viejos y muchos de ellos pierden su valor original. «Querido Diego Luna:», por ejemplo, era una carta al actor de «Y tu mamá también» en donde hablaba de lo complicado que es explicarle a personas que recién conoces el hecho de que tengas un blog. Por eso le pedía a él que abriera uno, de tal forma que se pusieran de moda y que así uno pudiera decir «escribo en internet como lo hace Diego Luna» en lugar de comenzar a hablarle a la gente de lenguajes HTML, feeds, posts y contadores de hits. ¡Hoy ese post ya perdió su encanto pues hasta López Dóriga tiene uno!

«El GPS de tu vida» lo escribí un poco antes de casarme, pero nunca me gustó su desarrollo. La idea, que es de W.J. Wallace, acerca de tener un GPS que te dijera en qué momento de tu vida estabas, me encantaba. Pero la verdad es que el tema de la incertidumbre ya no me atrae tanto como antes. El estrés de saber si estás en un McJob, preguntarte si tres años es demasiado tiempo sabático o si ya va siendo hora de tener un hijo, todo ello gracias a este GPS, me ha dejado de interesar.

Al igual que el Bacardí Limón con refresco de manzana, supongo.

Written by Salvador Leal

agosto 19th, 2008 at 5:36 pm

Portabilidad II

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Puedes leer mis «10 razones para no cambiarte a Iusacell ahora que lo puedes hacer» en el post Portabilidad I.

Acabo de colgar con Mónica Roa, quien se presentó como alguien que trabaja en la Dirección General de Iusacell y que hablaba en nombre de su jefe, Gustavo Guzmán.

Sigo, obviamente, en shock. No sé si la llamada del Director General obedeció a la publicación de mi post o a una muy chafa estrategia de telemarketing en donde llaman «en nombre del Director General» para pedirnos de una manera muy bonita que nos quedemos en la empresa en la que hemos estado diez años. La cosa es que estuve platicando largo y tendido con ella acerca de las fallas de las que hablé en el primer post. Descubrí que mi contrato vence en 5 meses (no en un año, como hubiera creído después de mi última experiencia en un centro de atención) y que el Red Club no es un error de la Matrix, en verdad es muy malo y aún así lo sacaron al mercado.

Vaya. Sólo les tomó 10 años descubrir que era yo más que un nombre en una factura. Eso y la portabilidad numérica. Ahora sólo falta que mejoren la calidad de sus equipos, generen un plan de lealtad que sí funcione, capaciten a su personal técnico y disminuyan sus precios.

También me dijeron que en ese momento el Director General me estaba enviando una carta. A ver qué pasa.

¿A otros usuarios Iusacell les llegó una llamada como la mía o soy el único «afortunado»?

Written by Salvador Leal

julio 17th, 2008 at 2:02 pm

Portabilidad

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Desde hace muchos años he deseado que mi número celular sea mío.
Cualquiera que haya convivido conmigo más de un par de días sabrá varias cosas de mí: que no como huevo ni tomo leche, que soy un fanático de La Libertad®, que estudié en escuela de puros hombres y que soy de los tres pelados que tiene a Iusacell como empresa celular.

Para todos estos datos básicos, tengo una respuesta coherente, pero el caso de Iusacell es el único del que no me siento orgulloso. Si alguien pregunta, siempre digo lo mismo: «estoy en Iusacell porque llevo 10 años con el mismo número celular y no quiero perderlo si me cambio de compañía». Es una verdad tan cierta como dolorosa. Me rehúso (me rehusaba) a cambiarme de compañía celular y dejar mi tan querido número atrás. Hoy, junto con mi iPod y mi automóvil, probablemente sea mi posesión más preciada.

Así pues, durante todos estos años me ha tocado sufrir con Iusacell. No todo ha sido tristeza y frustración, pero sí han habido momentos en los que me habría gustado tener un arma como la portabilidad numérica para decirles «ah sí, pues me voy con todo y mi número!!»
Esto es una realidad a partir del 5 de julio será una realidad a partir del 14 de julio. Sí -AHORA SÍ- las compañías de telefonía celular harán toooodo lo posible por retener a sus clientes actuales y atraer a nuevos clientes. Clientes como tú y como yo que estamos dispuestos a irnos con el mejor postor y dejar a un lado los abusos, malos tratos y mediocridades. Bueno… más o menos, porque parece que las opciones que hay en el mercado (Telcel y Movistar) tampoco son laaaa onda.

Sea como sea, quiero hacer de este post un post color verde resentimiento y negro coraje. Por lo que si bien, se llama «Portabilidad», tiene como subtítulo «10 razones para NO cambiarte a Iusacell ahora que lo puedes hacer«.

Tomemos como base el cuadrito que pone Iusacell en su sitio de internet:

1. La Mejor Atención. ¿Mejor? ¿Comparado con qué? Lamento decírselos pero la atención de un servicio gubernamental como el del SAT es doce mil veces mejor que el de ustedes (lo acabo de comprobar). No sé si se están comparando con el servicio de Telcel, que me han dicho que es terrible. Pero para ser sinceros, no me importa, porque yo estoy en Iusacell, no en Telcel. Y esté en la compañía que esté, el servicio no es un plus; el buen servicio debe ser una característica que la des por hecho. Y ustedes, en Iusacell, no lo tienen.
Sus centros de atención son pocos y con gente insuficiente, que tardan horas en hacer cualquier trámite y que no le dan seguimiento a los problemas con los que uno se acerca. Ya no digamos el servicio técnico que tarda centurias (dos meses en mi caso) en regresar un celular reparado. Para que, al final, ni siquiera esté reparado del problema por el que lo llevé.

2. Iusacell te promete hablar gratis con todos sus usuarios. Desgraciadamente, la labor de marketing que tienen ustedes es taaaaan mala (digo, es de Grupo Salinas, no se puede esperar demasiado), que ni el 10% de mis conocidos está en Iusacell. Es algo así como «yujú, le puedo hablar a todas las personas que no conozco, pero totalmente gratis!!»

3. La última tecnología. Sí, es cierto. Tienen 3G desde hace 5 años. Y tecnología CDMA también. Súper. Díganme que esa tecnología me permite hacer a) llamadas a bajo costo a otras compañías celulares y b) llamadas a un costo razonable estando en EE.UU.
Tu tecnología puede ser la mejor, pero si cuando viajo 3 días a Nueva York cuasitriplico mi facturación por costos de roaming, claramente no es suficiente. No para el cliente, por lo menos.

4. Equipos 3G. No, no. Eso sí que no. Ahí sí me están mintiendo a la cara en algo que, además, es súper sensible. TODOS los usuarios de Iusacell sabemos que los equipos son simplemente asquerosos. Mientras que todo el mundo trae cámara en su celular, yo apenas tuve uno hace un año… y no es el equipo más bonito, eh! No sé exactamente cuál es la razón, pero el 80% de los equipos son chafísimas (sí, LG califica como chafísima; lo digo por experiencia). Y si quieres un Nokia o un Motorola, y tienes la suerte de encontrarlo en tu tienda Iusacell, te tienes que conformar con el equipo que no trae los últimos avances.
Prueben al azar en alguna reunión social. Pregunten quién es cliente de Iusacell. Si alguien se atreve, muerto de la pena, a aceptar que él es cliente Iusacell, pídanle su celular. Véanlo y entenderán por qué está muerto de la pena.

5. Según Iusacell, puedes ver televisión y entrar a Internet desde tu teléfono. Es cierto. Jamás en la vida vería algo medianamente *importante* en mi celular (que tiene una pantalla diminuta), pero de que se puede, se puede.

6. La tarjeta BAM es algo que más o menos ha puesto a Iusacell en el radar de todos los que querían navegar por internet desde cualquier lado. Y es cierto, puedes hacerlo y funciona muy bien. El único problema es que cuando viajas a ciudades pequeñas (y por pequeñas me refiero a ciudades turísticas como Pátzcuaro), la señal no es suficiente. Y no sólo para tu BAM, tampoco tu celular tiene señal.

7. Ubicacel es de esas cosas que se sacaron de la manga para ponerla como «beneficio» de estar en Iusacell. La verdad es que yo, como hard-client de Iusacell, apenas me voy enterando que eso existe. Me aterra su existencia, la verdad, pero adicionalmente a eso, es algo que no se han molestado en venderme. Hasta ahorita.

8. Copiloto. Ver comentario de Ubicacel.

9. De acuerdo con este número, tener smartphones es un plus de Iusacell. Y yo pregunto. Si tienes tecnología 3G y te precias te tener smartphones, ¿tengo la posibilidad de tener un iPhone?

10. El décimo punto son los precios. Debo decir que son muy competitivos. También debo decir que cada vez gasto más en mi cuenta de celular, que no hay un plan para gente que mandamos más de 700 SMS al mes y que no hay persona que conozca (porque, claro, no conozco a mucha gente en Iusacell) que se mantenga en lo que marca su contrato.

Y va el número 11 como bonus. Soy un cliente que lleva más de 10 años con ustedes. DIEZ AÑOS. ¿Saben qué tipo de servicio/atención/beneficios adicionales tengo por llevar más de 3,600 días en una compañía que ha pasado tiempos buenos, malos y terribles? Cero. Nada. No soy apreciado como cliente. Ni cuando quiero un teléfono mejor al renovar mi contrato anual, ni cuando acudo al centro de servicio técnico, ni con algún tipo de tarifa preferencial o de roaming o algo. Vaya, no recibo ni siquiera una felicitación por Navidad o por mi cumpleaños o por la fecha en la que me volví cliente de ellos. Para Iusacell sólo soy un número más.

Por eso, y muchas cosas más. No, no te cambies a Iusacell.

P.D. No agregaron en sus «beneficios» el hecho de que puedas enviar SMS gratis a través de la página de internet. Espero que no sea porque estén por cobrarlo, eh!

Written by Salvador Leal

julio 8th, 2008 at 11:56 am