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La vida irreal de Salvador Leal

La vida on-line I

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Hace un par de días, en una cena con amigos que, como todo el planeta, están en Facebook y poco a poco han ido cayendo en las garras del Twitter, salió a la conversación el tema de la autocensura en este último medio y de no aceptar todas tus solicitudes en el Facebook por temor a que otras personas (principalmente papás y tíos) pudieran ver las fotos de tu última bacanal del fin de semana.

En ese momento no me pude explayar todo lo que quise… porque ¿a poco no odian a las personas que acaparan la conversación en una reunión y no les gustaría decirles «wey, abre un blog y pon todo lo que estás diciendo ahí para que, si alguien quiere, vaya y te lea»? … Y como yo tengo un blog justamente para eso, pues ahora es lo que voy a tratar de hacer.

Resulta que yo tengo un blog, este blog, desde 2003. Resulta también que, el 2003, comencé mi carrera como bloggero «en el closet» y con una doble vida, que consistía en que la gente que conocía en mi vida off-line (particularmente gente de mi trabajo y oficina) no sabía que yo escribía en un blog, ni que ventilo fotos y cosas de mi vida desde muchísimo antes que existiera Facebook y que si en algún momento fui catalogado por amigos y conocidos como un «exhibicionista», lo cierto es que ahora ellos son igual o más exhibicionistas que yo. Nomás que yo estuve aquí primero.

Escribir un blog, tener una doble vida y estar aquí primero, me ha dado tiempo para reflexionar sobre lo relevante de mi intimidad off-line y lo importante que resulta transmitirla, o no, en mi vida on-line. En pocas palabras, me ha permitido experimentar «estar en el closet» y vivir esa doble vida… y después de siete años, he puesto mis pensamientos y mis plataformas en orden y generar lo que creo que es mi Teoría Personal sobre mi Vida On-Line.

Creo que poco a poco, nuestra vida personal (off-line), o más bien, la vida personal de las personas que hemos decidido dejar entrar a la tecnología en nuestra vida personal, comenzará a confluir cada vez más y más con nuestra vida on-line. Si te preguntas si tú eres alguien con una vida on-line y usas un smart-phone o pasas más de seis horas frente a una computadora, pues tú eres de éstos. Si no, felicidades, perteneces a un grupo de personas que puede seguir aplicando un contrato social tradicional para mediar sus relaciones humanas.

Nosotros, los otros, no. Nosotros sabemos que no le podemos abrir la puerta a cualquier loco que conocimos en una reunión de trabajo y que quiere ver nuestras fotos en Facebook diez segundos después de habernos despedido de él. También sabemos que hay gente que no queremos que nos siga en Twitter, por más que el mismo medio nos dé todos los incentivos para juntar la mayor cantidad de followers y que, realmente, la aplicación jamás nos pueda dar la seguridad de que detrás de un nick inofensivo están nuestras ex-novias-from-hell o nuestros jefes o nuestros peores enemigos.

Lo más cómodo sería poder vivir varias vidas. Suponer que una es mi vida off-line y otra es mi vida on-line, en donde puedo ser más «abierto» o «libre» o puedo hablar de cosas que no puedo hablar en la vida off-line. Decir si me molesta mi jefe, si no aguanto a mi novio o si quisiera patear hasta la muerte a mi vecino que me llega a las cuatro de la mañana toda la semana haciendo un ruido del carajo. Supongo que así comenzamos todos, creyendo que internet era para tener un alter-ego que pudiera hablar de lo que no puede conversar con nadie en el elevador de la oficina. Así, nos inventamos un avatar para nuestra imagen en la vida on-line en donde somos más guapos, o más altos, o una caricatura (siempre benéfica) de nosotros mismos. Somos superhéroes, somos personajes de series de televisión, somos los protagonistas de nuestra propia novela, contada todos los días a través de distintas plataformas: el blog, el Twitter, el Facebook, el Flickr, el Foursquare, el Tumblr.

Pero eso, queridos lectores del 2010, fue en los albores del nuevo siglo. Cuando Google no nos tenía a todos y cuando Hi5 era lo más atrevido que el ser humano común y corriente (no los geeks) podía adentrarse en internet. Internet forma, hoy más que nunca, parte de nuestras vidas.

Lo que estoy diciendo, esta última frase, es la cosa más obvia del mundo y es tan trillada y tan de lugar común, que es un verdadero cliché. Pero aunque es así de obvia, parece que no ha entrado aún en nuestro ADN. Que internet sea parte de nuestras vidas implica que TODO lo que en algún momento escribimos en cualquier plataforma, podría ser buscado, encontrado y usado por otra persona. Punto. Todas las fotos, todos los miles de tuits, las letras que conforman cada uno de los blogs. Todo.

Por razones obvias, la vida on-line no es para gente que sufre de paranoia. Estar en Facebook, o Twitter, tener un blog o incluso estar en Linked In, significa que eres susceptible de ser buscado en Google, que hay fotos de ti pululando por la red y que no puedes hacer mucho para controlar el uso de las mismas (se los dice alguien que vio una foto suya con un cuate siendo utilizada en una promoción de cruceros gay). Si tienes un smart-phone, no necesitas ser el más clavado de Foursquare para que la gente te localice de forma sencilla, nomás rastreando el GPS de tu aparatito podríamos saber en dónde estás ahorita. Si subiste fotos a Facebook y pones dos o tres cosas en tu estatus, créeme, cualquiera puede saber tu nivel socioeconómico, tu estado social o el número de miembros que tiene tu familia y quién es más importante para ti de todos ellos.

¿Pero quieres saber lo más maravilloso de todo? Tu vida off-line es igual de reveladora. Porque la gente termina enterándose, tengas Facebook o no, que te fuiste de vacaciones a las Bahamas, que engañas a tu novia o que te acaban de correr de la chamba. Alguien observador o con un poquito de tiempo (y ganas y un motivo) puede averiguar las placas de tu coche, echar un vistazo en la basura de tu casa para saber de tus gustos, o darse cuenta de lo que te gusta y lo que no, de qué lugares frecuentas y de tus amistades. ¿Ves? La vida on-line y la vida off-line confluyen, queriendo o no.

Conforme fue pasando el tiempo, del 2003 a la fecha, me di cuenta que tener una doble vida es muy complicado. Y más bien, comienzas a convivir, off-line, con tu vida on-line. Comienzas a conocer en persona a las amistades que vas haciendo gracias al internet y que sólo te conocen por tu nick o tu avatar. Comienzas a publicar cosas de tu blog (preciado y secreto) en tu Facebook para que esté al alcance de cualquiera de tus contactos. Tuiteas con el mismo cuidado con el que comentas algo con desconocidos, sabiendo que cualquier palabra podría ser utilizada de una forma errónea pero tratando de no inducir al error. Al final, después de todos estos años, descubrí que lo más cómodo es que cualquier cosa que escriba en mi blog, publique en mi Facebook o ponga en el Twitter, la pueda sostener cara a cara de quien sea.

La vida on-line comenzará a confundirse con nuestra vida off-line. Uno sabe qué fotos sube a Facebook y cuáles no, como sabe qué le dice a compañeros de la oficina y qué no. O de qué platicas con tus papás o con tus hermanos. O qué tuiteas. Eres uno solo, pero en distintos medios. Lo único que queda es ser lo más auténtico posible.

Written by Salvador Leal

agosto 3rd, 2010 at 8:35 pm

Posted in blog,blogosfera

6 Responses to 'La vida on-line I'

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  1. Y los que no quieran vida online… pues #quemamuchoelsol

    Chanfle II

    3 Ago 10 at 8:52 pm

  2. Bastante de acuerdo con tu punto de vista.

    Ademas de la regla de no poner en tu vida on-line lo que no puedes sostener cara a cara en tu vida off-line, otra regla que ayuda es: no le hagas a los demas lo que no quieres que te hagan a ti (on u off-line).

    Saludos!

    @Humberto2210

    4 Ago 10 at 12:44 pm

  3. clap clap clap clap clap clap

    !!!!!

    alice

    4 Ago 10 at 11:24 pm

  4. Deberías regresar mas seguido a tu Blog, siempre se agradecen tus palabras, especialmente como estas, donde eres tan pero tan atinado. *Aplausos*

    jesus

    9 Ago 10 at 1:25 pm

  5. MA-RA-VI-LLO-SO post… así deben haberse sentido Luke cuando hablaba con Yoda, Daniel (o Dre en su versión 2010) con el Sr. Miyagi (el Sr. Han) y Lisa con Encias Sangrantes… hoy absorbí un poco de la sabiduría de Salvador Leal… al borde de las lágrimas

    untipo

    12 Ago 10 at 11:40 am

  6. […] hace algún tiempo he traído en la cabeza el tema de la vida on-line versus la vida off-line (ver aquí, aquí y aquí). Es un tema que me ha tenido obsesionado no sólo por sus repercusiones en el […]

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