Blog Rockin’ Beats
Ser locutor de radio tiene sus grandes momentos de gozo. Uno de los que para mí resultaban simplemente grandiosos, era cuando la canción que iba a presentar era de mis favoritas.
Porque digo, no es lo mismo presentar una canción que está X y que significa nada para tí, que platicar de una anécdota particular con tal o cual canción, de lo mucho que significó (o significa) en tu vida la rola, si con ella recuerdas las secundaria o si cada vez que la escuchas piensas en cómo las decisiones que tomas verdaderamente modifican tu vida.
Sin embargo, en la estación que yo trabajaba (una estación que transmitía música electrónica en un 80%) esos momentos eran muy contados. Presentar algo de Peter Gabriel, Nirvana o U2 era bastante más raro de lo que cualquiera se pudiera imaginar. Hubo una vez que me puse New Year’s Day de U2 cuya presentación valió lo mismo que si hubiera ido tres meses a terapia. En pocas palabras, muchas de esas canciones servían para traer una paz largamente esperada por el locutor… como una vez ya dije, la Música es tan maravillosa que todo lo abarca, todo lo cura y todo mejora.
Es por eso que hoy voy a regalarles una de esas canciones que me encantaba presentar a la menor oportunidad. Es una de esas rolas que entra perfectamente en la clasificación de oldies but groovies y que en lugar de darme nostalgia del tiempo que ha transcurrido, me hace recordar el pasado con una enorme sonrisa.
Si la quieren, simplemente vayan aquí.