SalvadorLeal.com

Prometí nunca hacerlo, me prometí nunca hacerlo; es más, ni siquiera se me antojaba, pensaba que eso no era para mí. Y hoy, así, sin más ni más, lo hice.
Me costó muchísimo más trabajo de lo que yo hubiera pensado y me dolió muchísimo menos de lo que cualquier persona pudiera pensar. Pero aún así, ahorita que ya pasó, no termino de recuperarme del shock de haber dejado entrar esa… cosa… a mi cuerpo.

Cada vez que visitaba el McDonald’s y veía que estaban vendiendo ensaladas se me retorcía el estómago y pensaba en los miles de fanfarrones que irían a comer ensalada a McDonald’s… ENSALADAS!! Por el amor de Dios, ¿existe algo más falso? ¿algo más poser? ¿algo más sinsentido?
Hoy fui a hacer algunas compras a un centro comercial que queda a tres cuadras de mi oficina y me di cuenta que no tendría mucho tiempo para comer. «Si quiero hacer mi shopping, tendré que comer algo en el food court del centro comercial», me dije. Pues bien, como ustedes saben Salvador Light ha invadido mi vida y cuando llegué a la mejor opción del lugar (McDonald’s), una pequeña vocecita comenzó a molestarme con que debería pedir una ensalada y que no debía hechar a la basura varios días de régimen y ejercicio que he tenido desde que comenzó el año y quién sabe qué basuras más. La cosa es que llegué con la señorita del McDonald’s y tardé bastante en decidirme por una ensalada. Ensalada. ¿Qué tan bajo he caído?

Lo curioso es que pedí la ensalada y no sólo me pareció comible sino que puedo decir que está bastante buena. El aderezo está muy sabroso, la pechuga empanizada tiene buen sabor y los componentes de la ensalada (lechugas y jitomates) están bien servidos y frescos.
Obviamente no puede ni podrá competir jamás con una Royale with Cheese (Quarter Pounder, para los no iluminados), unas papas grandes y un gigantesco refresco. El McTrío quizás es, después de la Santísima Trinidad, uno de los conceptos más equilibrados y magníficos que el hombre ha creado. Y si lo complementamos con un cono o con un generoso McFlurry de Oreo, la hora de la comida bien podría contar como el mejor momento del día.

… la verdad es que McDonald’s ni me gusta tanto, me gusta más Burguer King. Pero entiendan a esta pobre alma hambrienta de hamburguesas, papitas a la francesa y refrescos! Eso sí, cuando pides tu ensaladita, el mantelito de papel que le ponen a la charola trae los datos de cuántas calorías y grasas le metes a tu cuerpecito cada vez que te zampas una Big Mac o cualquier otro miembro del menú de McDonald’s, supongo que para que no estés TAN triste.

Por ejemplo: Salvador Leal, el feliz personaje que comía su quarter pounder, papas, refresco y cono, estaba introduciendo 50 grs de grasa total en donde 18 grs eran de grasa saturada. (el dato de las papas a la francesa es con papas medianas… así que le pueden agregar unos cuantos gramos más de grasa pues obviamente yo pedía que me hicieran ‘grandes’ las papas).
Hoy, Salvador Light, el triste pero *saludable* personaje que está bajo régimen, come su Ensalada con Pechuga Empanizada y su refresco bajo en calorías. Su comida tuvo un total de 19 grs de grasa total y 11 grs de grasa saturada.

Si nos vamos a las calorías, Salvador Leal consumía 1044 calorías, es que es un poco más la mitad de las calorías que, teóricamente, uno debe consumir diariamente. Hoy, Salvador Light únicamente consumió 374 calorías… 79% menos que lo que consumía regularmente!!

No sé si eso debiera animarme en esta *nueva* vida. Lo que sí sé es que alguien que comienza a contar calorías y grasas totales y saturadas, se acerca a la concepción de lo que Salvador Leal creía que era… una persona sin vida.