SalvadorLeal.com

La vida irreal de Salvador Leal

Archive for diciembre, 2004

Economía Agrícola II

without comments

Hace algunos días, platiqué de la muerte de uno de los mejores profesores que he tenido y del libro donde narraba su vida. Después de buscar y rebuscar por todo mi librero, lo he encontrado y les paso el dato del libro:
FLORES, Edmundo, Historias de Edmundo Flores. Autobiografía: 1919-1950, Martín Casillas Editores, México, 1983, 454 pp.

Teniéndolo a la mano, le he hechado un ojo y quiero compartirles algunos pasajes para que comprueben lo que ya les había dicho. Que si bien el Dr. Edmundo Flores era toda una autoridad en su materia, vivió la vida como quiso e hizo lo que se le antojó. Algunos flashazos de su libro.

«Esta autobiografía constará de tres tomos, cuando menos. El primero se titula Historias de Edmundo Flores. Autobiografía: 1919-1950; el segundo, que va de 1950 a 1972, todavía no tiene título y pienso publicarlo a principios de 1984; el tercero irá de 1972 en adelante, e ignoro cuándo lo publicaré, aunque espero que no sea póstumamente»

«(…) En este volumen doy también un lugar muy importante a mi primer matrimonio, en 1946, con Sage Fuller, bella y rebelde joven norteamericana que conocí en la Universidad de Wisconsin, a la que llegó huyendo de su familia y de las escuelas aristocratizantes del Este de los Estados Unidos. (…) Mi esposa Sage estudió danza moderna, materia de la que en la Universidad de Wisconsin había un departamento de primera. Durante los cuatro años de nuestro matrimonio me enteré a fondo del estado de este arte y adquirí una intensa aversión, lo mismo hacia la danza moderna que hacia el ballet. Daría cualquier cosa por no volver a ver otra vez ‘El Lago de los Cisnes»

«En La Paz conocía a Augusto Monterroso, desde entonces entrañable amigo, que era funcionario en la Embajada de Guatemala. También me casé por segunda vez, con otra norteamericana de la que estaba muy enamorado. Ginny murió poco después de nuestro matrimonio. La viudez hiere infinitamente más que el divorcio.»

«En enero de 1970 me casé con Joan McNulty, norteamericana y ex madre superiora de la orden del Sagrado Corazón de María. Tenemos dos hijas, Maya y Lisa, de once y diez años respectivamente.»

«En 1972, el presidente Luis Echeverría me sacó de mis actividades esencialmente académicas, me nombró asesor suyo en economía y poco después, en 1973, me envio a Roma como representante permanente de México ante la FAO. Año y medio más tarde me nombró embajador de México en Cuba, donde pude observar muy de cerca cómo funcionan la economía y sociedad cubanas.
«Dejé Cuba en septiembre de 1975, cuando el licenciado José López Portillo, candidato a la presidencia de Mëxico, me invitó a participar en su campaña electoral. Al ocupar la presidencia me nombró Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)»

«Habitualmente, los mexicanos que han escrito autobiografías, dan énfasis a los aspectos profesionales, intelectuales, burocráticos y políticos de sus vidas, relatan en detalle sus interminables viajes en tren de México a Nueva York, y de ahí a Europa en el ‘Queen Mary’, y omiten su origen y problemas familiares, sus conflictos infantiles, sus dudas emocionales e ideológicas y las crisis que sufren como adultos; es decir, soslayan su condición de frágiles y contradictorios seres humanos. A riesgo de pecar de excéntrico y de ser acusado de exhibicionismo innecesario, pero consciente de que después de Freud las autobiografías burocráticas encubren más de lo que muestran, yo dedico una parte importante de esta autobiografía a relatar sin disimulos ni compromisos los problemas personales a los que me he enfrentado, lo mismo en lo emocional, lo intelectual, lo ideológico o lo profesional, problemas unas veces plenos de angustia, dolor y desconcierto, y otras de realización y euforia.
«Sé que corro el riesgo adicional de que más que escritas por un mexicano que debería ser fie a una subcultra hermética y celosa heredada de la España medieval, estas memorias pueden parecer escritas por algún hereje impúdico e irreverente, imitador de una tradición protestante y aglosajona. Quizá esto se deba a que nunca logré establecer diferencia alguna entre mis inquietudes profesionales, emocionales y deportivas; jamás, a pesar mío, fui capaz de dejar de pensar, en horas de asueto o en días festivos, en lo que me intriga o me preocupa. Por si esto fuera poco, tengo el don de resolver involuntariamente problemas y dudas técnicas, amatorias y aún triviales, durante el sueño. ¿Cómo podría, pues, mutilar una parte de mi vida?»

«(…) Por eso nunca confesé el incidente de la «Dorila», una pequeña perra callejera que merodeaba por el barrio, flaca de pelo y ojos amarillentos, herencia de algún antepasado coyote que comparten muchos de los perros callejeros de México. Un mediodía en que no había clases en San Borja, me subí a un árbol de tejocotes situado en un terreno bladío cercano a mi csa, y estaba muy a gusto comiendo tejocotes cuando noté que un perro, llamado el «Ventosiano», intentaba tirarse a la «Dorila». Pasé un rato largo viéndolos. Después de ser categóricamente rechazado, el «Ventosiano» desistió y se alejó indignado. Se me ocurrió entonces que tal vez a mí me iría mejor; bajé del árbol, me acerqué a la perra, que al verme movió la cola en señal de reconocimiento, la acaricié, y antes de seguir adelante miré a mi alrededor para asegurarme de que nadie me veía. Tranquilo, me inqué y probé suerte con la «Dorila», que cuando se dio cuenta de mis intenciones, se puso totalmente intratable, me gruñó, me mostró sus blancos colmillos amenazadoramente y por fin huyó»

Written by Salvador Leal

diciembre 14th, 2004 at 1:15 am

REGALO!!!

without comments

Adoro los regalos. Me encantan los regalos. Me fascinan los regalos. Los regalos rock my world!!

No me había dado cuenta, pero Butterposa tuvo a bien publicar botoncitos a distintos blogs que ella denomina como *blog-stars* (inserte aquí 500gr. de ego inflado)… y dentro de esos botoncitos estoy yo!! Y no, no es que lo haya hecho especialmente para mi primer blogiversario… pero igual lo estoy tomando así.


¿Quieren poner este botoncito en su blog? ¿No? ¡No importa! ¡Igual les paso el código html!! (jejeje)

‹a href=»http://salvadorleal.blogspot.com» target=»blank»›
‹img src=»http://img.photobucket.com/albums/v169/butterposa/CHAVA.gif» border=»0″›‹/a›

Written by Salvador Leal

diciembre 13th, 2004 at 6:37 pm

Cuenta Regresiva

without comments

En México, esta es la última semana del año. Lo que no pasa ahorita, ya no pasó en lo que falta del 2004. Esta semana se resuelve el todo y nada; es la última oportunidad que tienes para cumplir los propósitos del año antes de fotocopiarlos para que sean los propósitos del próximo. Son los últimos días en donde hay noticias ‘de verdad’ y, de hecho, es interesante pensar en la devaluación de hace diez años (el denominado ‘error de diciembre’) y cómo afectó o dejó de afectar que se diera la noticia un 20 de diciembre… pero bueh, eso será tema de otro post.

Siguiendo con la línea de pensamiento de ‘si no es ahora será hasta enero’, debo adelantar la celebración de un año de vida de éste, su blog amigo y de confianza. Aquellos con la curiosidad suficiente se habrán dado cuenta que esta aventura conocida como SalvadorLeal.com la comencé el 28 de diciembre del 2003. Esto, que bien podría ser considerado como una broma del Día de los Inocentes, ya lleva en su haber 220 post con ideas, tarugadas, anécdotas, traumas, críticas, ñoñadas y una que otra clavadez.

En aquél momento no tenía ni la más pálida idea de cómo hacer una página de internet, cómo postear en un blog, cómo incluir links o poner canciones disponibles para que las personas que leyeran mi página pudieran bajarlas. No digo que ahora soy el master de la computadora y Bill Gates me la pela, pero me sé defender en lenguaje HTML y mínimo el rollo del FTP ya no me da el pavor que me daba en aquél entonces.
Me da un poco de nostalgia no poder celebrar el 28 como debería ser; pero sé que ese día nadie va a estar pelando su computadora y (si todo sale bien) yo estaré en algún lugar disfrutando de mis vacaciones (que, por cierto, aún no me confirman aquí en la chamba, pero bueh…)

A pesar del tiempo que llevo posteando y leyendo blogs, aún no sé de una manera perfecta de celebrar un Cumple-Blog. Sirva este post como señal de que la celebración… HA COMENZADO!!


Mi blog ya es grande… ya tiene un año!

Written by Salvador Leal

diciembre 13th, 2004 at 1:50 pm

Las Cinco del Viernes

without comments

La mecánica la conocen. Van al blog de las Cinco del Viernes, copian 5 preguntas y las responden con el propósito de que nos conozcamos mejor. Bueh, esa es la excusa… la verdad es que cuando ha sido una semana de locos y uno está entre postear Las Cinco del Viernes y no postear…

1. ¿Cual es tu ingrediente fundamental o preferido que le pones a prácticamente todas las comidas?
A ver, comencemos por lo básico. Me gusta comer y además creo que lo hago muy bien. Esto es, sé reconocer sabores nuevos, distingo entre los distintos ingredientes que lleva un platillo y me gusta comer no sólo por la necesidad fisiológica del alimento sino como parte de un conocimiento del mundo que me rodea. Comer bien es como escuchar una buena rola, ver una película o leer un buen libro y lo tomo con la misma filosofía y *respeto* con la que podría tomar cualquiera de las otras actividades; al comer hay que darle su tiempo y su espacio. No es lo mismo comer para cumplir con el requisito físico en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de obstáculos, que llegar y sentarte, platicar, comenzar poco a poco e irte enfrascando en conversaciones y conocimientos personales y gastronómicos.

Dicho esto, es obvio que no tengo un ingrediente que le ponga a todas mis comidas. Si la comida está bien sazonada, no tengo porqué ponerle más sal o menos azúcar. Si está bien preparada y equilibrada, la comida (lo mismo que el libro, la película o la canción) se pueden defender perfectamente sin la necesidad de ningún tipo de adición. Así que, contestando a la pregunta, no hay ningún ingrediente que le ponga a la comida nomás por qué sí. Sería algo estúpido y poco respetuoso con la comida misma.

2. ¿Qué hora del día es la que prefieres para comer?
La hora de la comida se me hace magnífica.
En México tenemos la grandiosa costumbre de que las comidas familiares (o con los cuates) inician a eso de las 2 y van terminando a las 8 o 9 de la noche. Soy fan de hacer eso. Podría obviarme el desayuno y la cena teniendo una sola comida hecha y derecha. Las pláticas más memorables generalmente han sido alrededor de una mesa bien servida y con buena compañía.

3. ¿Cuál es tu plato favorito? ¿y el que más odias?
Creo que eso lo había contestado ya en un cuestionario, pero lo repito. La neta es que casi cualquier cosa que cocine mi mamá, rockea. Si tuviera que escoger algún plato favorito probablemente escogería algo que tuviera mucho queso derretido.
¿El que más odio? Mmmmm… ¿como platillo en sí? El hígado encebollado (viejos traumas infantiles), el huevo en casi todas sus presentaciones (frito, revuelto, cocido, duro, estrellado) y la nata.

4. ¿Qué comida o alimento es, para tí, el más afrodisíaco?
Chas! ¿Afrodisiaco? mmmmmmm
No creo en la comida afrodisiaca. Creo que cualquier comida puede volverse afrodisiaca dependiendo de la persona con la que te la comas.

5. ¿Cúal es tu especialidad culinaria (esto es, qué plato es el que mejor sabes preparar o el único que te sale comestible)?
La comida muchas veces es como la vida: si te quejas de que no vives o no comes como te gustaría, la culpa termina siendo tuya y no del cocinero. Aprende a cocinar y a modificar las cosas que no te gustan. Dicen por ahí que si quieres que las cosas salgan bien, las tienes que hacer tú. Eso se aplica a la vida y desde luego se aplica a la cocina.
Dicho lo cual, me gusta mucho cocinar. No lo hago tan seguido porque, como buen economista, también creo en la división del trabajo, en la especialización y en las ventajas comparativas. Sin embargo creo que mi fuerte es la Lasagna Napolitana, el pastel de queso y las botanas en general. Ahora que, una vez cociné en Acapulco unos chilaquiles que me quedaron de antología! (*slurp*… creo que hoy iré a mi casa a comer!)

Written by Salvador Leal

diciembre 10th, 2004 at 11:27 am

Duda

without comments

Como ustedes saben, de los primeros truquitos que uno aprende para el uso de nuestras cada vez más indispensables computadoras, es el CTRL+ALT+SUPR. Si la computadora se traba, si el Word o el Excel ya no furulan, si el Explorer se pasma o simplemente por mero deporte, uno usa esas tres teclitas que, automáticamente tienden a resolver el problema, ya sea sutil y elegantemente o con el tacto de un verdugo medieval.

Hoy me desperté con una duda que igual y a nadie le importa pero que resulta muy reveladora en cuanto a las primeras cosas que me vienen a la mente en cuanto despierto…

¿Cómo le hacen las personas que sólo tienen una mano para aplicar el CTRL+ALT+SUPR?

… misterio!

Written by Salvador Leal

diciembre 9th, 2004 at 10:41 am

Navidad!

without comments

Estar seis años en el ITAM te cambia de varias formas. A algunos se les cae el pelo, otros se vuelven amargados y a unos más se les cae el pelo, se vuelven amargados y terminan trabajando en el Banco de México.

Aparte de los efectos que tan eminente institución tuvo en mi presión arterial y mi supuesto conocimiento de la ciencia económica, el ITAM tuvo a bien inmunizarme contra el espíritu navideño. Me explico.
Como varios de ustedes saben, la mayor parte de las universidades en el Distrito Federal (en México) se manejan por semestres; esto es, los cursos escolares comienzan en agosto y terminan en diciembre (1er. semestre) y vuelven a comenzar en enero para terminar en mayo (2o. semestre). Pues bien, el ITAM tiene la virtud de ser la universidad que empieza clases primero (por ahí del 2 de agosto ya pasamos el proceso de inscripción y comenzamos clases-clases) y termina hasta el final.

Y a ese punto es al que quiero llegar. ¿Pueden imaginar qué tipo de Navidad puede tener alguien que tiene examen el 22 de diciembre a las 8 de la noche? Pregúntenle a su itamita de confianza y estoy seguro de que sufre del mismo tipo de problema: cuando todos comienzan a sentir en sus venas el correr del Espíritu Navideño™, uno está estudiando para los exámenes finales.
Estudiar para los exámenes finales era, además, todo un ritual de estrés y malcopeo; la biblioteca permanece abierta las 24 horas para apaciguar los ímpetus ñoños de los estudiantes y por todos lados ves a los alumnos vestidos en sus peores pants con cientos de copias y libros bajo el brazo, arrastrándose a las clases extras de dudas o hacia los cubículos de los maestros para una pregunta de último momento.

De hecho, cuando me preguntan si no extraño la universidad, lo único que tengo que hacer es ponerme a pensar en Los Finales™ y mi respuesta es sencilla. No.

Pero en fin, el asunto es que, después de seis largos años de no ejercitar el sentimiento de que la Navidad se acerca, uno sale de la universidad y como que nomás no pega igual que antes. Es más… ya ni me acuerdo cómo era mi Navidad antes de entrar en ese hoyo de vicio y pernicio!

Por ejemplo, se me hace raro que ya comiencen las reuniones ‘navideñas’ y cada vez que voy a una de ellas y me encuentro a un camarada itamita, como que nos vemos a los ojos diciéndonos, sin hablar, que si uno no está tomando café, Cocas, aspirinas y pizzas frías… como que la Navidad no sabe igual. Pero, en fin, el Palacio de Hierro y Liverpool nos dicen que la época navideña nos envuelve día a día y lo, en lo único que no puedo dejar de pensar, es que no he ni siquiera comenzado con las compras de este año!!

Written by Salvador Leal

diciembre 8th, 2004 at 10:45 am

Frases

without comments

Frases de mi fin de semana:

…the next song enters into the category of the songs that don’t belong to us anymore; instead, it belongs to each and everyone of you… and for us is a pleasure to play it for you.
Michael Stipe, al presentar ‘Losing My Religion’ en el concierto del viernes

– Oscar: ¿… y hay algo bueno que ver en el cine?
– Salvador: Pues hace un rato que no voy al cine
– Oscar: Yo quiero ver la de ‘Alexander’
– Salvador: Claro, claro, yo también. Soy fan de Sylvester Stallone y no me puedo perder esa película.
– Oscar: …
– Salvador: …
– Oscar: ¿Sylvester Stallone sale en ‘Alexander’?
– Salvador: no, no… cómo crees… él es el director y…. No, no… perdón, el director es Oliver Stone, no Sylvester Stallone
– Oscar: Qué wey eres! A mí lo que no me late es que salga Collin Powell de rubio si Alejandro Magno ni rubio era.
– Salvador: ¿Colin Powell sale en ‘Alexander’?
– Oscar: Pus sí, ¿no? Él la hace de Alejandro Magno.
– Salvador: ¿Qué ese no es Colin Farrell?
– Oscar: …
– Salvador: …
– Oscar: Salud!
– Salvador: Saluuud!

Diálogo de Oscar y Salvador en una fiesta el jueves.

*Housetribal de Provocación y Descaro*
*Excitante y Delirante Progressive House*
*Progressive House de Factura Impecable*
*Puro y Gozoso Electro/Techno*
*House en Femenino, Imaginativo y Sabrosón*

Descripciones leídas en un flyer de una fiesta de música electrónica el viernes

Nomás vamos un rato
Sábado en la noche antes de ir a un antro y regresar a las 6.30 del domingo.

P.D. Se busca al redactor del flyer para que redacte mi curriculum vitae.

Written by Salvador Leal

diciembre 5th, 2004 at 11:54 pm

Economía Agrícola

with one comment

Cuando estudias Economía en el ITAM, llega un momento del plan de estudios en el que las materias obligatorias comienzan a ser menos y tú tienes que decidir entre muchísimas opciones de materias optativas, según esto para que tú le vayas dando el perfil que quieres a la carrera.
La verdad es que si bien uno quiere estudiar y ser un buen economista y bla bla bla, lo último que necesitas si te dan materias optativas a escoger, es seleccionar una materia que te quite tiempo para estudiar para las otras que son obligatorias y que generalmente son un pain.

Así fue como llegue a la clase del Dr. Edmundo Flores. Su clase se llamaba ‘Economía y Globalización’ o algo por el estilo y tenía fama de ser una clase buena y que, si le echabas ganas en los momentos indicados, podías pasarla super bien sin demasiado esfuerzo. En el primer semestre del año 2000, que fue cuando yo tomé la clase, Edmundo Flores tenía algo así como 85 años, tenía el pelo blanco y muy largo (hasta la cadera), que amarraba con una cola de caballo.
Siempre llegaba con su bastón y un folder en donde lo único que guardaba era la lista del grupo.
En el ITAM no se suele tomar lista, así que él fue de los pocos maestros que contaba la asistencia a su clase. Y no era para menos, ir a la clase era justamente lo que él deseaba que hiciéramos.

Se sentaba (exigía que las niñas más guapas se sentaran en la primera fila) y comenzaba su clase. Sus clases incluían los datos más actualizados y las anécdotas más viejas de su larga carrera en el gobierno; había sido parte del Gabinete de Echeverría y López Portillo y había recorrido medio mundo como Director del CONACYT, por lo que conocía y sabía mucho de muchas cosas.
Citaba libros, autores y lugares con la autoridad que tiene alguien que ha leído los libros, conocido a los autores (y platicado con ellos) y visitado los lugares de los que hablaba. Pero no crean que Edmundo Flores era el típido Doctor en Economía que estaba subido en un pedestal y desde el cual se dignaba a repartir migajas de conocimiento a sus alumnos. Para nada. De hecho, de cada cinco palabras, tres eran groserías… y de las fuertes, eh!
Durante las clases mentaba madres de todo y de todos, pero sus temas favoritos eran Dios y la Virgen de Guadalupe. Y siempre se reía porque había terminado la clase sin que le cayera un rayo divino después de haber puesto a media corte celestial en las situaciones más carnales que se puedan imaginar.

Un dato curioso es que, por vueltas que da la vida, Edmundo Flores tambien fue maestro de mis papás, cuando daba clases de Economía Agrícola en la UNAM por allá de 1968. «Después de la primera semana», me contaba mi papá, «la clase era de puros hombres pues las mujeres se espantaban con las groserías y los rollos de Edmundo Flores». Y no lo dudo, nomás en el primer tomo de su autobiografía cuenta sus bajas pasiones por un perro de su colonia. Así se las gastaba.

El día de hoy me entero por una esquela que publica el ITAM, que el día de ayer falleció Edmundo Flores. La noticia, debo admitirlo, me entristeció mucho al principio, pero mientras más vueltas le doy, la tristeza va desapareciendo. Al ser él una de las personas más interesantes que conocí (y de los mejores maestros) fue también de esos personajes extraños que hacen lo que quieren y viven la vida que realmente desean. Conoció cientos de lugares, tuvo varias esposas y amantes (cuya relación detalla cuidadosamente en su autobiografía), trabajó en las situaciones más extrañas e interesantes y fue un apasionado del complicado arte de vivir.

Supongo que cuando mueres así, hasta te vas riendo. Sobretodo porque finalmente vas a poder mentarle la madre a Dios cara a cara.
Descansa en paz, Edmundo Flores… literalmente, donde quiera que te encuentres.

Written by Salvador Leal

diciembre 3rd, 2004 at 10:01 am

Rapid Eye Movement

without comments

Ya he hablado en este espacio acerca de lo difícil que fue mi adolescencia. Claro, no quiero sonar demasiado quejumbroso; entiendo que la razón de ser de la adolescencia es ser dolorosa… pero bueh, a mí me gusta clavarme en mis traumas.
Durante aquellos aciagos años en los que vivía como cualquier otro ñoño puede vivir (detrás de unos gruesos lentes y un outfit mal combinado), la música fue mi fiel compañera. Sí, mi vida era patética y casi no tenía amigos; no salía de antro los viernes o sábados, pero me quedaba escuchando mis CD’s una y otra vez, leyendo algún buen libro o viendo toneladas de televisión.

De aquellas tardes tristonas pero vividas muy plenamente, son mis primeros recuerdos de ‘Losing My Religion’. Recuerdo además (no me pregunten por qué), que era la canción que sonaba en la última parte de un capítulo de Beverly Hills 90210 (creo que es en el capítulo en el que Brenda cree que está embarazada… sí, también era fan de esa serie, pero nadie se puede jactar de tener un historial limpio en su adolescencia, ¿ok?)
Sí, conocí a R.E.M. como cualquier otra persona: con ‘Losing My Religion’. De ahí comencé a buscar y rebuscar su música y sus discos. De los últimos videos que recuerdo haber visto fue el de ‘Everybody Hurts’ (el de LMR nunca lo ví) y recuerdo que me impactó mucho. Luego conocí ‘Man on the Moon’, ‘Imitation of Life’, ‘Bad Day’ y mis grandes favoritas ‘At My Most Beautiful’ y ‘Nightswimming’.

Todo esto lo digo pues resulta que ahora, más de diez años después, iré a un concierto de R.E.M. Creo que a mi Yo de 15 años le encantará estar ahí… sobretodo porque mi Yo de 25 tiene BOLETOS DE SEGUNDA FILA!!

(inserte aquí una enorme cara de sorpresa)

Yo, aún no me la creo.

Written by Salvador Leal

diciembre 1st, 2004 at 4:10 pm