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La vida irreal de Salvador Leal

Archive for mayo, 2004

Las cinco del viernes

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Este post debería estar dedicado a responder todas las dudas que ‘Jailhouse Rock’ ha provocado… pero mejor le vamos a dar un tiempecito y las respondemos el lunes. Así que, como no hay nada mejor que hacer, regresaremos a contestar las clásicas 5 del viernes.

1) ¿Cuál es tu libro favorito?
Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuchale! Preguntarme cuál es mi libro favorito es como preguntarme cuál es mi canción favorita.. -ejem- creo que esa es la pregunta no. 4 (diablos!!). Mmmmmmmm, no sé. ¿Un sólo libro? ¿no puede ser un autor? Híjole… y aunque fuera un autor, está muy cañón.
Mejor les dejo que ustedes escojan mi libro favorito de la siguiente terna:

1.- Las buenas conciencias, de Carlos Fuentes. Grandiosa narración acerca de un cuante como tú y como yo, pero que vive en el siglo 19 y es víctima de una sociedad hipócrita, intolerante y mocha… como la sociedad actual, curiosamente.
2.- Shampoo Planet, de Douglas Coupland. Si tuviera que escoger un gurú a quien seguir durante el resto de mi vida, sería este autor. Me habla en un lenguaje plástico *pop* que entiendo porque fui criado en él. Me habla de lugares artificiales donde el jugo de naranja es hecho por naranjas que nunca han conocido la lluvia verdadera… y eso me encanta.
3.- Estas ruinas que ves, de Jorge Ibargüengoitia. Una vez que caes preso en alguno de los libros de Jorge, es muy probable que quieras leer toda su obra (no es mucha, no te apures). Esta obra en particular se desarrolla en la provincia mexicana y la verdad me da mucha risa, será porque he vivido en ella y reconozco fácilmente las manías que se desarrollan en el libro.

2) ¿Cuál es tu película favorita?
Okey…. creo que estás ‘5 del viernes’ no nos van a llevar muy lejos. Tampoco tengo UNA sola película favorita. El cine es algo que me apasiona y no puedo quedarme con únicamente un film. Hagamos el mismo ejercicio que con la pregunta 1.

1.- Peter Pan, la versión de Walt Disney. Lo siento, son fan-fan-fan de esta muvi. Pero MUY fan. La historia está perfectamente hilada, los personajes son grandiosos y el Capitán Garfio es el mejor Villano Disney™ que hay. El doblaje mexicano supera por mucho a la versión en inglés, lo mismo que las canciones. Que les puedo yo decir… Peter Pan Rocks!
2.- Citizen Kane, de Orson Welles. A riesgo de caer en un lugar común, es una de mis películas favoritas. Saber la historia detrás de la realización de la muvi intensifica aún más mi admiración. El viaje a través de la vida de Charles Foster Kane y su personalidad, descubre al hombre que, por lo menos en mi caso, llevamos dentro. Sólo ‘El Padrino’ podría competir con la cantidad de ‘citas citables’ para ser usadas en toda ocasión.
3.- Y aquí estoy en duda… si digo ‘The Sound of Music’ va a sonar demasiado gay; pero si digo ‘Fight Club’ se pasa de rudo. Finalmente las dos me gustan, pero no sé… Mmmmmmm, okey! La tercera es Motorama de Barry Shils. Me encantan los temas apocalípticos, post-apocalípticos o de distopías (lo contrario a utopías) y Motorama es una excelente muestra de ese gusto sórdido (luego les platico de mi colección de películas acerca del *fin del mundo*)

3) ¿Cuál es tu sabor de helado favorito?
Ese sí está fácil. Lo único complicado es escoger el lugar.
En Baskin & Robbins, Pralines n’ Cream. En Santa Clara, el helado escocés. En McDonald’s, el McFlurry de Oreo. En Il Ricco (Altavista esq. con Revolución), el de manzana verde.

4) ¿Cuál es tu canción favorita?
Aquí sí pido tregua y lamento no poner UNA canción favorita. Lo siento. Me declaro un amante de toda la música y puede ser mi favolita lo mismo ‘Quítame a ese hombre’ de Pilar Montenegro que ‘Where is my mind?’ de los Pixies, o ‘A Day in the Life’ de los Beatles, ‘Champagne Supernova’ de Oasis, ‘Sing’ de Blur o ‘Horny’ de Mousse T. Lo siento, soy incapaz de contestar esta pregunta.

5) ¿Cuál es tu ciudad favorita?
Esto es sencillo. Londres.
Siempre me ha gustado y siempre me gustará. Digo, la ciudad de México es bonita y me gusta vivir aquí… pero Londres es uno de los lugares más increíbles del planeta. ¿Mi segunda ciudad favorita? Probablemente Guanajuato o si no, Tapalpa, en Jalisco. Si nunca han escuchado de esta última ciudad, créanme… es un sueño.

Written by Salvador Leal

mayo 21st, 2004 at 11:55 am

Jailhouse Rock

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Cuando yo estaba en la prepa hice una lista de las cosas que tenía que hacer antes de cumplir los 21 años. La lista estaba llena de cosas como ‘lanzarme de paracaídas’, ‘navegar por el Amazonas’ y ‘viajar en submarino’. Dentro de el resto de actividades que tenía que cumplir en tiempo récord, estaba una que en aquel momento que la escribí me llenó de curiosidad pero que ahora que lo he experimentado, puedo tacharlo de la lista y esperar jamás volver a estar en una situación así.

No. No tiene que ver con la zoofilia o el bondage. Una de las cosas que estaba en mi lista era ‘pasar una noche en la cárcel’.

Pues resulta que tuve la oportunidad de visitar un reclusorio. Una vez adentro no me sentí ni oprimido ni encerrado ni mucho menos. Quizás eso fue lo más aterrador.
El reclusorio no se parece a las cárceles que vemos en la televisión. Más bien es como un enorme campus universitario con varios edificios y áreas libres. Los pasillos sí están enrejados, pero una vez que llegas a un ‘área común’, te sientes como si estuvieras en un parque de alguno de los cinturones de misera que pululan alrededor de la ciudad de México.
El uniforme reglamentario es de color caqui y no está homogeneizado en todos los reos, esto es, no hay un sólo modelito sino que la ropa que tengas, con tal de que sea de ese color, sirve. Hay una parte baja que está cubierta con lonas en donde se vende de todo… y ‘de todo’ cubre un rango que comienza con quesadillas y garnachas para terminar con armas y drogas.

El ambiente se siente pesado. El olor es muy característico y se te queda por mucho tiempo después de que ya has salido de ahí. La gente se te queda viendo de una manera bastante extraña y prefiero no darle interpretación a los pensamientos de los reos.

Es una pequeña sociedad donde -ahora sí, muy parecido a las cárceles de las películas- hay varias personalidades: los líderes que traen a su achichincles a un lado, los apestados que aún no se recuperan de la última golpiza, los flojos que no hacen nada y los deportistas que se pasan el tiempo haciendo ejercicio. Todo tiene precio: sentarte en la sombra, dormir con cobijas, no ser molestado. Hasta pareciera que resulta más caro vivir adentro que estar afuera.

Los reos no le tienen miedo a platicar. Muchos de ellos inclusive toman la iniciativa. El problema es cuando comienzan a preguntarte cosas demasiado personales como ‘¿en qué colonia vives?’ o ‘qué bonito reloj…¿dónde lo compraste?’.

La zona de la cocina y la panadería está aparte y cuando llegamos estaban lavando la primera y preparando los bolillos en la segunda. Esa mañana habían dado pancita de desayuno y, aunque me encanta la pancita, el olor penetrante que se desprenden los restos de 3000 raciones en el piso mezclado con agua jabonosa y manteca, me revolvieron el estómago. Los bolillos, por otro lado, olían delicioso.

Los reos escuchan radio y ven televisión. Me acordé mucho de mi antigua jefa en W que decía ‘nunca sabes quién te está escuchando… ni en dónde’. En efecto, los reclusos también bailan ‘La mesa que más aplauda’.

He escrito este post de una manera tan poco fluida debido a que he tratado de acomodar los recuerdos y las sensaciones que tengo en la memoria para darle un poco de orden a un lugar en donde la coherencia no es una virtud que sobresalga.

Salir de ahí es extraño. Al inicio les decía que no me sentí ni oprimido ni encerrado, pero al salir sí se siente una diferencia. No podría describirla, pero es más palpable afuera que adentro.

Asi que… ya visité el reclusorio. Puedo tachar eso de mi lista. Y sí, pensando en todos los que jamás hemos visto la cárcel por dentro, logré meter mi cámara; no es por presumir, pero sacar fotos en el reclusorio es algo prácticamente imposible. Si quieren ver las fotos, entren a la galería de SalvadorLeal.com

Nota: Tooooodavía no aprendo a ponerle pie de foto a las imágenes, pero hay una pequeña explicación de cada una de ellas si dejan el cursor sobre la foto durante más de tres segundos.

Written by Salvador Leal

mayo 20th, 2004 at 12:54 pm

…será?

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Navengado por la blogósfera, me encuentro un sitio para registrar blogs mexicanos (para ir, aquí). En donde, después de registrame, me pongo curiosear.
Paso por la parte de blogs divididos por categorías y OBvio entro en donde dice ‘Sexo’. Son seis únicamente, pero la descripción del segundo en la lista me pega como un golpe que aún no defino si es de sabiduría o de insensatez :

«Así viven los hombres» Escribe: Ludovico Mal – Idioma: Español. Una mirada sobre el paisaje urbano y sus habitantes. Y lo pongo en la categoria sexo porque hables de lo que hables, estás hablando de sexo, o de política, es lo mismo.

¿Será?

Written by Salvador Leal

mayo 19th, 2004 at 3:21 pm

Help!

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Recuerdo aquellas películas de Enrique Guzmán y César Costa donde el hijo bueno (siempre interpretado por el que sería co-conductor de Un Nuevo Día) salía de la universidad y comenzaba a trabajar arduamente en alguna labor ardua pero relacionada con su carrera. Si estudió derecho, comenzaba en algún despacho de donde se enamoraba de la hija del socio principal; si estudió medicina, entraba a algúna hospital donde se enamoraba de la hija de algún paciente rico, etc. Fuera lo que fuera, lo que hacía al cobrar su primer cheque era comprarle una lavadora (o algún otro aditamento doméstico) a su mamá o a su abuelita. Con el segundo cheque, compraba un coche. Modesto, usado… pero compraba su cochecito para ir de su casa a su trabajo.

Desde aquella época de agujetas de color de rosa y crinolinas para acá, muchas cosas han pasado, comenzando con el fin del Desarrollo Estabilizador y terminando con el Error de Diciembre. Y es por eso que el día de hoy, con el primer sueldo de un recién egresado de la universidad no alcanza ya no digamos para una lavadora, ni siquiera para una bolsita de Ariel… mucho menos para un coche!

Todo esto viene a cuento porque lo primero que me hubiera gustado comprar con mi sueldo, hubiera sido un coche. Ante la imposibilidad de que esto sucediera, decidí hacerme más *productivo* y decidí comprarme una laptop para poder trabajar en cualquier parte que se me antojara. Que estoy en Acapulco y entre chela y chela se me antoja revizar ese reporte que tengo que entregar el lunes… pues ahí está la compu; que me fui de campamento y a la mitad de la noche se me antoja hacer una tablita de excel para ver cuánto tiempo vamos a durar sin agua… pues ahí está la laptop; que estoy en el tráfico y necesito aprenderme la presentación de power point que voy a utilizar en cuanto llegue con algún cliente… pues igual.

Orson llegó a mi vida y desde entonces somos casi inseparables. Desde que pusieron internet inalámbrico aquí en la oficina puedo revisar mis correos hasta en el baño! No se diga bloggear o chatear por messenger. Mi laptop tiene ese nombre en honor del ser humano que más se acerca a lo que podríamos considerar como un role model: Orson Welles. Creo que si a los 23 logras aterrorizar a Nueva York con un programa de radio y a los 26 haces la mejor película de la historia del cine, tienes algo de mérito, ¿no?

En fin, el caso es que Orson y yo hemos llevado una relación estable basada en el mutuo respeto. No me genera demasiados problemas, es bastante versátil y además tiene reproductor de DVD, lo que lo hace el compañero ideal para esos momentos de aburrimiento oficinezco. Sin embargo, hace algunas semanas surgió un problema.

En la barra de Inicio, apareció sorpresiva e intempestivamente, el día de la semana en la que estamos. Así nomás. Abajito de donde dice la hora, salió ‘Lunes’ y luego ‘Martes’ y así…
El que haya aparecido el día de la semana no es un detalle menor; por un lado, no lo puedo quitar. No importa si le doy en configuración, en propiedades de la barra de inicio o en pantalla. Simple y sencillamente no hay cómo quitarlo de manera ‘convencional’. Por el otro lado, el hecho de que haya aparecido el día de la semana justo abajo de la hora, hizo que todos los iconitos que están en la barra de Inicio se hayan hecho más *gordos* y que se vean medio chafones.
Aquí, una prueba:

Aquí viene la pregunta… ¿¿¿ALGUIEN SABE CÓMO QUITARLE EL DÍA DE LA SEMANA A LA BARRA DE INICIO???
He consultado con dos de los mejores ingenieros que conozco y ninguno de los dos ha dado con la solución. Posteé un mensajito en la página de Microsoft y el único wey que me contestó (tres semanas después) en pocas palabras me dijo que ‘no tenía a la mano esa información’.

Ahora ya no estoy pidiendo ayuda, puesto que estoy desesperado. Más bien estoy ofreciendo una recompensa. Estoy ofreciendo pagar una comidita de $200.00 a aquella persona que logre darme las instrucciones necesarias para resolver mi problema.
Sé que hay lectores de este blog que viven fuera del Distrito Federal o que simplemente no me conocen personalmente por lo que la comidita se volvería algo poco práctico. Aquí, públicamente, me comprometo a depositar en la cuenta de su banco de preferencia (o hasta a enviarlo por Western Union!) la cantidad de doscientos pesos 00/100 M.N. si son ustedes los que resuelven el problema que tiene a Orson y a mí, transitando por la calle de la amargura.

Para las propuestas de solución, se tienen dos correos abiertos las veinticuatro horas del día: exlocutor@yahoo.com y exlocutor@hotmail.com
¡Que gane el mejor!

Written by Salvador Leal

mayo 19th, 2004 at 12:11 pm

Cosas nuevas

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Cuando la chamba es mucha, la creatividad huye de mi sesera. Afortunadamente, la comunidad de SalvadorLeal.com sale al rescate y hoy estrenamos dos nuevos escritos en la página. El primero es de Eduardo Nigma en donde le da una repasada al soundtrack de Kill Bill Vol. 2 (maldita sea, cuento las horas!!) y si le quieren echar un vistazo, está en la sección ‘escucha‘.
El otro es nuestro famoso colaborador Héctor Pada que, después de muchas vueltas, decide terminar con sus reflexiones acerca de la piratería musical. Su escrito está en ‘lee‘.

Yo, mientras tanto, le sigo dando a esto del ‘pan nuestro de cada día con el sudor de mi frente’. Aprovecho para felicitar al banano en su cumple. Felicidades blogger bud!!

Written by Salvador Leal

mayo 18th, 2004 at 2:24 pm

Algunos issues

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1. Alabado sea el Señor y toda la Corte Celestial, ya me regresaron a ‘Indiana’, mi fiel corcel. El servicio y todo lo que le tuvieron que hacer me salió más «barato» de lo que originalmente me había presupuestado el cuate de la Ford (pequeña anécdota: cada vez que voy a la agencia a dejar ya sea mi coche, o el de mi papá o la camioneta de mi mamá, se me olvida el nombre de nuestro ‘mecánico de cabecera’ de la Ford. Lo único que recuerdo es que tiene apellido de ex-presidente de México, así que he pasado grandes ridículos pidiendo por el Señor Díaz, el Ingeniero Cárdenas, el Señor Ruiz o el Ingeniero Santa Anna. Nota Mental: mi mecánico es el señor Juárez)
A pesar de que fue más «barato», me dejaron caer un buen sablazo… lo curioso es que lo más caro de toooodo el proceso (de acuerdo con la factura) es la mano de obra. ¿Quién dijo que en México tenemos mano de obra *barata*?

2. Afortunadamente he dejado de andar en micro y en metro. Sueno a fresa mamón, pero sí se me frunce el karma cada vez que el chofer decide hacer carreritas à la «Fast and the Furious» con otro microbús. Uno no tiene que irse a los grandes juzgados para saber que en México no vivimos en un estado de derecho. Tan sencillo como ver que la gente maneja como se le antoja precisamente porque sabe que nada le va a pasar. En este país tenemos tanta *libertad* que las leyes son opcionales.

3. Recuerdo que en alguna ocasión un conocido (un tío o alguien del mismo rango) dijo en la sobremesa de una comida familiar que el metro de la Ciudad de México era el segundo mejor del mundo después del metro de París.
No recuerdo si esta persona tenía alcohol en la sangre cuando lo dijo o si en algún momento nuestro metro fue el mejor del mundo. Lo que sí sé es que su evaluación requiere una pronta actualización. El metro de la Ciudad de México es una clara prueba de cómo los subsidios no generan los beneficios que se pensaban. La otra prueba clara, es la UNAM. Si todavía quieren una tercera prueba, intenten pensar en el campo mexicano.

4. Habitantes de la Ciudad de México… ¿se han dado cuenta que no tenemos un mapa de las rutas de los microbuses? ¿se dan cuenta que para ir de un lado a otro, tenemos que preguntarle a las personas que conocemos… «oye, cómo llegó en micro a Polanco?»? ¿se dan cuenta que deberíamos saber calle por calle, por dónde se van los microbuses para así planear mejor nuestros viajes? ¿se dan cuenta que López Obrador dista mucho de ser ese Demiurgo maravilloso que intenta vendernos?

5. Cuando uno viaja a otros países, se da cuenta que los mexicanos somos muy queridos. No es para menos, pues por lo menos de dientes para fuera, solemos ser muy hospitalarios con nuestros extranjeros. Cualquiera que haya tenido un amigo que viene de visita a México estará de acuerdo conmigo: lo llevamos a los lugares más representativos, va a comidas familiares, lo invitamos a fiestas de nuestros cuates, lo atendemos como si fuera nuestro mejor cuate… Tenemos fama de ser panchangeros, campechanos y despreocupados (happy go luck, diría mi maestra de inglés); el problema es cuando pasamos de ahí a ser descuidados, irresponsables y valemadristas. NO nos importa si las cosas salen bien o mal, creemos que ya con que salgan es ventaja.
Alguna vez, un maestro de la prepa nos mostró la diferencia de las sociedades anglosajonas y latinas, y comparó a los londinenses con los defeños. Su plática terminó con un comparativo que intento reproducir aquí:

La primera imagen es el metro de Londres, noten la organización de sus recorridos y la eficiencia resultante. La segunda imagen es de metro de la Ciudad de México… las líneas son el perfecto diseño de un niño de 3 años; nótese especialmente la línea dos (de color azul marino al centro del mapa) y su *suave* giro de 90°.

Such is life in the tropics…

P.D. Si quieren saber más de la historia del diseño del metro londinense, de cómo Harry Beck logró la abstracción visual hacia circuitos más comprensibles y un comparativo del metro ‘verdadero’ y del metro ‘conceptual’, vayan aquí.

Written by Salvador Leal

mayo 17th, 2004 at 11:29 am

El Metro (turiruuuuuu)

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En lo personal, me molestan mucho los weyes (y tipas) que son más fresas que yo y que nunca en su vida ha visitado un mercado. O el Zócalo. O que no comen tacos de carnitas porque se les olvida el fránces. O que su mayor preocupación es que la boutique de Ermenegildo Zegna ya no tiene la bufanda que vieron la semana pasada. Neta, son nefastos.

Y trato de no nefastear acerca de andar en metro y microbús. Pero no puedo. Y eso me molesta.
Hace algunos años, antes de que yo entrara a la Cuna de la Tecnocracia Mexicana (el ITAM), yo era un tipo que andaba en microbús como su fuera chofer de uno. Era experto en bajarme y subirme de microbuses en movimiento (habilidad que mantengo pero con un poco menos de osadía) y sabía cómo llegar de un punto a otro de la ciudad haciendo la menor cantidad de transbordos posibles.
Sé que han pasado muchas cosas desde aquellos -ahora- lejanos días de 1998, pero no sé si eso sea razón suficiente para haberme convertido en un zángano que la piensa dos veces antes de salir a la calle *nomás porque no tengo coche*.

Lo peor del asunto es que (inserte voz de viejito) «en mi tiempos», los microbuseros traían a todo volumen estaciones de radio guapachosas y naconas. ¡¡Y ahora hasta ellos traen noticias!!

Acepto que soy fresa. Es un adjetivo que no me molesta ni me acompleja, muy por el contrario. Soy fresa pero no soy inútil. O idiota. O nena. Bueno… a lo mejor si soy medio nena… sobretodo porque YA NO AGUANTO ANDAR EN METRO Y MICROBÚS!!!!!

Written by Salvador Leal

mayo 14th, 2004 at 1:36 pm

Salvador Va A La Oficina

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El título de este post está inspirado en aquellos cuentos de grises autores de literatura para niños de 3 años. No sé si ustedes recuerden aquellos primeros libros de seis o siete hojas (diez ya era para eruditos) que tenían enormes dibujos y un máximo de quince palabras por hoja. Cada imagen era acompañada de una pequeña y brevísima explicación de lo que le sucedía al protagonista de la historia. Generalmente la trama era sencilla y directa (tan directa como un máximo de diez cuartillas a quince palabras por cuartilla te obligan a ser), esto es: Salvador Se Lava Los Dientes, Salvador Come Verduras o Salvador Tiene Sarampión (Dios, no!)

Pues bien, aquí comienza Salvador Va A La Oficina.
Les pido que se imaginen los dibujitos porque si el dibujo no se me da, el dibujo decorativo de literatura infantil, mucho menos.

1. «¡Pobre Salvador! Su coche está en el taller y no tiene cómo irse a su oficina… ¿qué hará ahora? ¿cómo viajará tan enormes distancias entre su casa y su lugar de trabajo?»
El dibujito muestra al coche de Salvador («Indiana») con el claxon pegado, humo saliendo del cofre y los papeles del coche que muestran que el auto no ha entrado al servicio en mucho tiempo. Junto al coche, Salvador está negro de coraje y le sale humito de las orejas.

2. «Mientras Salvador piensa cómo resolver su problema, se acerca un microbús. ¡Muchas personas viajan en él!»
La imagen es de un microbús con colmillos que salen de la parrilla y, en lugar de faros, unos ojos inyectados de sangre. Salvador se hace a un lado justo antes de que el microbús infernal lo atropelle sádicamente. De las ventanitas del microbús, se ven personas apretadas unas con otras sin poder respirar.

3. «El chofer del microbús no está nada contento cuando Salvador no trae cambio para pagar. Adentro del microbús hay estudiantes y oficinistas que se dirigen a su lugar de trabajo.»
El chofer dice #$%!»%=)&%@»# cuando Salvador trata de pagar con un billete. Al fondo, hay usuarios que se van durmiendo, otros ven con ojos lujuriosos a su compañera de asiento mientras que un último pasajero está sustrayendo la cartera de un burócrata que se ha quedado dormido.

4. «El microbús ha llegado a la estación del metro. El metro viaja por debajo de la tierra y así ahorra mucho tiempo a sus usuarios»
Salvador se baja del microbús y se mete en el metro. De una de las escaleras eléctricas sale una rata que bien podría ser un gato; los vidrios del metro están rayados y la gente tiene cara de niño sacado de ‘The Wall’. La corbata de Salvador se queda atorada en una de las puertas del metro y por poco provoca la muerte por asfixia de nuestro protagonista.

5. «Al salir del metro, Salvador todavía tiene que tomar otro microbús… y ahora tiene que hacer fila pues otros usuarios también quieren llegar a tiempo a su trabajo!»
El dibujo muestra una fila kilométrica a la que no se le ve fin. La gente se golpea para subirse al microbús pues ya se les hizo tarde. El traje y la camisa de Salvador ya están manchados. La corbata parece jerga de gasolinera.

6. «Finalmente, Salvador llega a su trabajo. «¿Qué te sucedió?» pregunta el portero. Salvador sólo se mete a su oficina y cierra con un portazo»
El dibujo de una nubecita gris con un rayito está arriba de la cabeza de Salvador.

7. «…Ahora es tiempo de planear el trayecto de regreso!»
Salvador llora desconsolado en su escritorio mientras la rata que vimos en la imagen del metro se come su lunch.

El viaje no estuvo taaaaan malo. Pero sí me hizo reflexionar mucho; necesito viajar menos en coche y más en transporte público.

(¿¿a quién engaño?? INDIANAAAAAAA, TE EXTRAÑO!!!!!!)

Written by Salvador Leal

mayo 12th, 2004 at 5:08 pm

Hay de DJ’s a DJ’s

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Durante el tiempo que trabajé en WFM transmitiendo música electrónica, dos de cada cinco preguntas que llegaban a cabina eran referentes a cuál era mi DJ favorito.
Y la verdad es una pregunta bastante válida para las personas que estábamos expuestas a una enorme cantidad de música, productores y DJ’s… de tooooodo el movimiento electrónico, ¿cuál es nuestro DJ favorito?

Algunas veces el público trataba de adivinar y daba una enorme lista que comenzaba con DJ Chrysler, Tini Tun y BuBu (no, por favor, en el nombre de la humanidad, NO!) para terminar con Tiesto, Digweed y Cox.

Por si alguien se moría de curiosidad (yo sé que unos sí y que a otros les vale sorbete), éste es mi DJ favorito.

Written by Salvador Leal

mayo 11th, 2004 at 11:49 am

Swingin’ Nights

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Cuando yo era fanático de escuchar radio (hoy ya no lo soy pues ya no hay *radio* [en el broad sense de la palabra] que escuchar) y ponía WFM los sábados, oía un programa que se llamaba «El Circo».
En «El Circo» se hablaba de todo y nada, se decían muchas estupideces y también muchas cosas inteligentes… pero sobretodo, en «El Circo», quienes se divertían, eran los locutores. Se notaba que toooooda la semana se pasaban pensando en las tonterías que armarían al aire durante su programa, se notaba que morían y mataban por su programa y se la pasaban genial durante dos horas. Yo, de 15 años, babeaba nomás de imaginarme lo divertido que sería estar al aire.

Algunos años después tuve la oportunidad de entrar a trabajar en mi estación de radio favorita y de vivir la grandiosa sensación de preparar tu programa y pensar en todo lo que en él puedes decir y cómo lo puedes decir; escoger tus fondos, el timing para las bromas, las llamadas al aire… en fin, la adrenalínica y maravillosa experiencia de hacer un programa en vivo.
Y también ahí, en WFM, conocí a uno de los locutores que conducían aquel programa a inicios de los noventas. Nomás nos vimos y nos caimos mal. Para mí fue como conocer al wey que te había hecho reír mucho en un programa que había pasado hacía mucho tiempo y para él fue como conocer a The Ultimate Fan From Hell.

Hoy en día somos grandes cuates que no pueden salir a tomarse un café juntos pues con la cantidad de estupideces por minuto que dicen ahuyentan a la clientela de cualquier lugar. Así de grave es el asunto.

En fin, todo esto es para decirles que el día de hoy, a las 9.30pm compartiré el micrófono con mi cuate Jesús Guzmán. Él tiene un programa que se transmite lunes y miércoles por MVS Radio (en la Ciudad de México, el 102.5 de FM)
Si quieren pasar un buen rato riéndose de la cantidad de tarugadas que de repente se nos pueden ocurrir dentro del marco de su programa (un programa que trata de la Mafia, el Padrino, el Jazz y el Swing)… préndanle a su radio hoy por la noche!

Resumen Ejecutivo:
Swingin’ Nights con Jesús Guzmán
Invitado: Salvador Leal
Hora: 21.30hrs (Hora del Centro), 02.30hrs (GMT)
Lugar: MVS Radio, 102.5FM (lo que antes era BestFM)
* No sé si actualmente haya una página de internet que transmita el contenido de MVS Radio pues Monitor (sí, el de Gutiérrez Vivó) está haciendo uso casi único de la señal. Si quieren hacer el intento de escucharnos, prueben en el sitio de MVS o a través de Monitor.

Written by Salvador Leal

mayo 10th, 2004 at 9:47 am